Hay quien envidiará los horarios flexibles que tiene Elena por ser autónoma. No tiene que aguantar a ningún jefe ni rendir cuentas a terceros por su productividad. Es actriz y directora de teatro. Con sus obras, genera empleo para ella misma y también para otras mujeres. Y en pleno verano ensaya a contrarreloj para estrenar en septiembre La portera nacional en el Teatro Lara de Madrid. Un trabajo que parece muy atractivo si no fuera porque también tiene una cara B y apenas puede disfrutar de las vacaciones de verano. Porque Elena si no trabaja, si no acude al teatro, no factura. Así que una semana de descanso es un lujo para ella además de un peso mental porque nunca acaba de desconectar de sus tareas. “Muchas veces las vacaciones son algo ambivalente porque tú necesitas generar el trabajo para poder ganar dinero y los días libres evidentemente no son pagados como en el caso de cualquier trabajo asalariado. Muchas veces tienes que llevarte el trabajo a la playa para seguir generando beneficios a la vuelta así que los días de vacaciones se han convertido, desde que soy autónoma, en un privilegio”, explica.
Según el Estudio sobre la Salud Profesional de los Trabajadores Autónomos de Previsión Mallorquina, hay muchos autónomos en la misma situación de Elena. Solo un 18,5% tuvo en 2023 30 días o más de vacaciones. Un 40% tuvo entre 1 y 7 días en total y un 25,8% entre 8 y 15 días. El 17% restante consiguió arañar entre 16 y 29 días.
Según María José Landaburu, Secretaria General de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, UATAE, “el derecho a vacaciones para los trabajadores autónomos no está reconocido en España, salvo para los Trades (trabajadores autónomos económicamente dependientes), que no superan los 10.000 declarados en toda España, aunque son muchísimos más (trabaja más del 75% para un único cliente).
Los dos motivos fundamentales para no poder hacer vacaciones tienen que ver con dos elementos centrales: la disponibilidad que a muchos autónomos le exige el cliente, y que en ocasiones puede suponer rescindir el contrato o penalizaciones económicas y la dificultad de dejar de facturar y por tanto ingresar y que un número importante de autónomos no se puede permitir por sus bajos ingresos”.
Para UATAE los autónomos deberán ver reconocido su derecho a vacaciones en un futuro Estatuto del Trabajo. “Es necesario dignificar el trabajo por cuenta propia, caminando en la reducción de la precariedad que soportan muchos de ellos y habría que estudiar fórmulas de compensación económica para que los autónomos disfruten de un número de días de vacaciones necesario para desconectar y mejorar sus condiciones de salud”.
Porque si apenas tienen vacaciones, su salud mental también se resiente. Estar siempre disponible es una carga mental que, como mínimo, genera el síndrome del trabajador quemado o burn out, que no es otra cosa que la cronificación del estrés laboral y que se manifiesta con agotamiento físico y mental prolongado en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador.
Un 83,9% de los autónomos españoles ha visto cómo su trabajo ha impactado en sus niveles de estrés y un 15,1% ha necesitado apoyo profesional para mantener la salud mental.
Para Maite Burdalo, psicóloga sistémica, “es importante atender todas las partes de nosotros. Tenemos un ‘’yo laboral que tiene un papel que es sacar adelante un trabajo pero también tenemos otros yoes que necesitan una parte de ocio y desconectar de esa intensidad. Todas esas partes deben estar atendidas y son importante. Si solo damos foco y energía a una sola parte laboral desatendiendo al resto va a tener consecuencias. Es posible que acabe teniendo el síndrome del quemado, un cansancio crónico, falta de energía o incluso depresión, ansiedad o insomnio. Es muy importante tener todas las partes en equilibrio”.
Hay quien va todavía más lejos y en verano evidencia una fuerte adicción al trabajo. “Y como otras adicciones, lo que sucede es que tapa otros asuntos desatendidos, quizás es una manera para no conectar contigo mismo y sea el momento de acudir a un profesional y solucionarlo”. Una buena planificación financiera es fundamental para dosificarse los ahorros y poder disfrutar de un descanso que no debe considerarse como un privilegio sino como una necesidad para parar y coger fuerzas para el nuevo curso.