La bomba arancelaria de Trump ha disparado la volatilidad de los índices de todo el planeta. El Ibex 35 perdió los 13.000 puntos el pasado 4 de abril y salvó los 12.000 esta semana. Desde que Donald Trump proclamó el ‘Día de la Liberación’ el pasado 2 de abril, el selectivo español ha perdido casi un 8% (-7,97%), cerrando la sesión del viernes en los 12.286 puntos.
Uno de los mayores inversores del Ibex 35 es el propio Gobierno español. A través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) tiene acciones en siete cotizadas, entre las que destacan Indra (27,99% del capital), Redeia (20%) o Telefónica (10%), además de un 4,08% de Airbus. El día antes de que los mercados se tambalearan, el brazo inversor del Estado tenía una cartera valorada en casi 12.000 millones. El pasado viernes, se había depreciado un 10%, dos puntos porcentuales más que el Ibex 35, ocasionando unas minusvalías latentes de 1.200 millones (-1.196 millones).
Los dos farolillos rojos de la cartera del SEPI son Telefónica y Airbus, que suponen más del 90% de las pérdidas en los mercados. En el polo opuesto, Indra el valor de los títulos de Indra apenas se han depreciado tras el anuncio de aranceles de EEUU y la firma sigue rebotando por encima del 50% en lo que va del año gracias al boom de la defensa. El contrapeso vendrá de la mano de los dividendos, que garantizan este año unos ingresos superiores a los 400 millones, gracias al rendimiento de firmas como Ebro Foods, Enagás o IAG, matriz de Iberia, o a los compromisos de compañías como Redeia, antigua Red Eléctrica. La Junta de Accionistas de Telefónica, sin ir más lejos, aprobó el pasado jueves, 10 de abril, su dividendo de 30 céntimos. Airbus celebrará el próximo martes 15 de abril la suya, donde se espera que se ratifique la propuesta del consejo de administración de remunerar cada acción con tres euros.
Indra, la más rentable
La SEPI gastó 173,5 millones de euros en febrero de 2022 para ampliar su participación en Indra desde el 18,75% del accionariado que poseía entonces hasta el 27,99% en el que está actualmente. De este modo, el Gobierno es el principal accionista de la firma que preside Ángel Escribano. Y está rentabilizando su inversión, cuyo valor se ha multiplicado por más de 2,7 veces desde entonces.
Si en febrero de 2022 se estimó que la participación de la SEPI en Indra superaba los 480 millones, esta ha rebasado los 1.300 millones, gracias al rally que protagoniza el sector de la defensa en toda Europa. En lo que va de año, la tecnológica ha subido en bolsa más de un 53%. Indra obtuvo un beneficio neto de 278 millones de euros en 2024, un 34,9% más que en el ejercicio anterior. Por esa razón, el consejo de administración de la compañía anunció en febrero un dividendo de 25 céntimos que retribuirá en julio de este año, con lo que la SEPI se embolsará 12,36 millones de euros. La compañía también anunció en febrero la compra de Hispasat a otra de las participadas por la SEPI, Redeia, por 725 millones.
Redeia mantiene su valor
Todo ello a pesar de que Redeia había comprado Hispasat a Abertis por 949 millones en 2019. El interés de Indra -y, en esencia, del Gobierno- es que Hispasat e Hisdesat (su rama de satélites militares) pasen a manos de la firma que dirige Escribano para que toda la cadena de valor espacial española estuviera concentrada en una sola compañía. Eso ha repercutido en las cuentas de Redeia, antes Red Eléctrica, donde la SEPI posee el 20% de los títulos.
En el último ejercicio, la operadora de infraestructuras eléctricas ganó 368,4 millones, un 46,6% menos que en 2023. El beneficio, descontando la venta de Hispasat, habría sido de 500 millones, según aseguró la compañía. Esta cifra hubiera ido en línea con lo que preveía el consejo que lidera Beatriz Corredor, presidenta reelegida por la junta en junio del año pasado.
Si a principios de año la participación de la SEPI en la empresa se valoraba en 1.779 millones, ahora el 20% que el Estado mantiene en la antigua Red Eléctrica ha superado los 2.000 millones. En enero, la SEPI ya cobró 20 céntimos del dividendo a cuenta de Redeia, y se espera que en julio cobre otros 60 céntimos del complementario, lo que eleva los emolumentos hasta los 86,5 millones.
5% de Enagás
Como Redeia, Enagás ha resistido el efecto en los mercados del embate arancelario de Trump. Pero son tiempos difíciles en el grupo que dirige Antonio Gonzalo Aizpiri, con unas pérdidas de 299,3 millones en 2024, cuando un año antes obtuvo un beneficio neto de 342,5 millones. Algunas de las razones: las minusvalías de casi 610 millones registradas por la venta de su 30% en la estadounidense Tallgrass Energy (363,71 millones) o el laudo arbitral relacionado con el conflicto en el proyecto Gasoducto Sur Peruano (245,72 millones de euros).
La SEPI alcanzó el 5% de su accionariado cumpliendo un acuerdo del Consejo de Ministros de hace 18 años. Entonces la operación se tasó en unos 200 millones. Hoy, sin embargo, su participación se valora en 167 millones.
A pesar de las circunstancias, Enagás comprometió 40 céntimos de dividendo por acción a cuenta en diciembre, y después anunció un complementario y un extraordinario de 60 céntimos con cargo a reservas de libre disposición con los que redondeó la retribución al euro bruto por acción. En total, la SEPI habrá cobrado 13 millones de euros.
10% de Telefónica
La teleco española ha sido la última en incorporarse a la familia de la SEPI. La empresa semiestatal terminó de aflorar en el accionariado de Telefónica en mayo del año pasado tras recibir la orden de hacerlo por parte del Consejo de Ministros en 2023. El objetivo: tratar de diluir la entrada de la teleco saudí STC.Para entrar en Telefónica, la SEPI invirtió cerca de 2.285 millones de euros. Tras la caída de la acción desde el 8,47% desde el pasado 2 de abril, su participación está valorada en 2.268 millones.

El pasado jueves, 11 de abril, la firma celebró su junta anual de accionistas y Murtra reivindicó los esfuerzos para reducir la exposición de la compañía en Hispanoamérica (con la venta de sus filiales en Argentina y Colombia y el concurso de acreedores en Perú). La operación sigue siendo rentable: a pesar de las minusvalías por la evolución de los precios, la junta también aprobó su dividendo de 30 céntimos, con lo que el Estado recibe a cuenta del último ejercicio 170 millones.
Airbus pierde un 17%
Precisamente Airbus es la síntesis perfecta para muchos analistas de lo que debería ser una Europa con grandes empresas. La compañía nació como un consorcio de compañías europeas para competir con los gigantes estadounidenses. A pesar del rally en el sector de la defensa europeo, el precio de sus títulos caen un 17% en lo que va de año, con lo que la SEPI, que participa con algo más de un 4% de las acciones suma ya unas minusvalías latentes de 805 millones de euros.
Además de por la SEPI, Airbus está participada por otros grandes Estados europeos. Más del 10% del capital es del Gobierno francés, y otro 10% es del alemán. En marzo, los títulos de la compañía se negociaron en 175 euros, marcando su techo en lo que va de año. Ahora la acción vale 135 euros, lo que se explica en buena medida por la sacudida que la Administración Trump ha provocado en los mercados.
El año pasado Airbus ganó 4.232 millones de euros, un 12% más que en 2023, y su junta de accionistas tendrá que aprobar la semana que viene un dividendo de 2 euros y otro extraordinario de un euro bruto más por acción. En total, la SEPI, cuya participación en Airbus se valora ahora en unos 4.365 millones de euros, recibirá 96,9 millones de euros por esos dividendos.

2,52% de IAG
La tensión arancelaria y el potencial impacto que se anticipa en el turismo, se ha dejado sentir en la cotización de la matriz de Iberia. La entidad que dirige Belén Gualda sigue presente en su accionariado después de que la compañía ampliara su capital en un 150% en 2020 para superar los efectos de la pandemia. El Consejo de Ministros autorizó, entonces, a la Sociedad Estatal a suscribir 69,3 millones de euros en nuevos títulos para evitar diluir su participación del 2,52%, entonces valorada en 231,4 millones de euros. Hoy esa participación se valora en 335 millones. En 2025, la aerolínea ha perdido casi un 24% de su capitalización.
La matriz de Iberia ganó 2.732 millones después de impuestos en 2024, año en el que volvió a pagar dividendo tras cinco años de sequía. Fue uno a cuenta de tres céntimos que se ha acabado complementando con otro dividendo de seis céntimos. En total, IAG remunera a sus inversores con nueve céntimos por título, repartiendo 435 millones de euros, de los que el Estado se lleva 10,8 millones a través de la SEPI.
10,36% de Ebro Foods
El gigante de 2.500 millones de euros detrás de marcas de arroz como Brillante o SOS -y de sus vasitos para calentar en el microondas- ha aguantado bien el embate de Trump y también da un respiro a la SEPI, que está presente en su accionariado con el 10,36% de los títulos. Se anotó en 2024 un beneficio neto de 207,9 millones, 11,2% más que en 2023, lo que le ha permitido mejorar su dividendo un 4,5%. Antonio Hernández, el presidente de la mayor multinacional española de la alimentación, fue el encargado de anunciar que los accionistas percibirán 69 céntimos brutos por acción en tres pagos iguales en abril, junio y octubre de este año.
A principios de mes SEPI cobró los primeros 3,6 millones de euros fruto de ese reparto, y aumentará ese saldo hasta 11 millones de euros para finales de año. El Estado sigue siendo accionista de referencia en una de las mayores productoras de arroz del planeta, con una participación valorada en 266,5 millones de euros. Es un valor estable: en 2011, cuando la SEPI se abría paso entre los títulos, su participación se estimaba en 207 millones.
Otras inversiones del Estado
La SEPI interviene en las siete cotizadas mencionadas, aunque la entidad también tiene participaciones minoritarias en empresas no cotizadas como la propia Hispasat, ahora en manos de Indra, o Enresa, dedicada a la gestión de residuos nucleares. También posee posiciones mayoritarias en empresas públicas como Correos, Navantia o la Agencia EFE.
Sin embargo, el Estado no solo actúa a través de la SEPI. EnAire es el titular del 51% del gestor aeroportuario español, AENA, cuyos títulos crecen casi un 2,9% en lo que va de año y que el jueves aprobó un dividendo histórico de 9,76 euros por acción así como el desdoble de sus acciones en una proporción de 10 a 1. De esta forma, EnAire se embolsará más de 750 millones de euros.
También el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) mantiene una participación del 18% en CaixaBank a través del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la antigua Bankia. El banco fusionado, que en lo que va de año se dispara en bolsa un 24%, pagará a finales de mes un dividendo a cuenta de 0,2864 euros por acción, por lo que el FROB recibirá 371 millones de euros tras anunciar que amplía el plazo hasta 2027 para desinvertir en la entidad.
Con los dividendos de AENA o CaixaBank, el Estado en su conjunto se embolsará este año más de 1.500 millones de euros. La SEPI aportará sólo 400 millones, en buena medida por la desigual suerte que están teniendo sus cotizadas, pero las firmas ya ponen la mirada en el rendimiento del presente ejercicio. En eso, y en todo lo que venga pasando al otro lado del Atlántico: Washington seguirá marcando en los próximos meses los mercados de todo el planeta, lo que tendrá efectos inmediatos en la cartera del Gobierno.