La decisión de tipos de la Reserva Federal nos ha dejado un buen sabor de boca en todas las bolsas del mundo. Pero esta semana podría ser diferente. Las tensiones geopolíticas en Líbano pueden provocar inestabilidad en los parqués europeos y americanos. A los inversores no les gustan los cambios bruscos, nada que no puedan controlar o tengan ya contemplado con anterioridad. En paralelo, pendientes en Estados Unidos de la confianza del consumidor, como termómetro para comprobar cómo va la economía estadounidense, en principio, optimista tras la bajada de medio punto de los tipos y la reactivación de la actividad. El jueves también sabremos la confianza del consumidor, pero de Alemania y en este caso se espera todo lo contrario, muchas dudas se ciernen sobre la economía germana, con la guerra abierta de los aranceles con China y los coches eléctricos que tanto afecta a su mercado automovilístico y con la amenaza extra de cierre de varias fábricas de uno de los buques insignia del país como es Volkswagen.
Si nos centramos en España, el viernes conoceremos el dato final del producto interior bruto del segundo trimestre. Se espera una buena cifra, la última es de un 0,8%, aunque el Banco de España en sus previsiones ya habla de cierta ralentización de la economía para el tercer trimestre con una caída de dos décimas hasta el 0,6%.
Y en el punto de mira nacional estarán de nuevo las negociaciones por la reducción de la jornada laboral. El jueves 26 de septiembre, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras se movilizarán frente a las sedes de la patronal de todas las capitales de provincia para presionar a la CEOE a que se una a ese acuerdo con el ministerio de Trabajo y que contempla la rebaja para este 2024 de las 40 horas actuales semanales a las 38,5 horas y ya para el 2025, a las 37,5 horas. Esto en la práctica supone trabajar media hora menos al día sin que esto suponga una reducción del salario.
La patronal por su parte no parece tener voluntad para alcanzar sinergias y mantiene que reducir las horas de trabajo incrementa sus costes y reduce la productividad.
Según Antonio Castelo, economista de iBroker, “tras el período en el que las principales referencias las han encontrado los inversores en las reuniones de los bancos centrales y sus decisiones de tipos de interés de referencia, comienza una semana en la que serán ya los datos macro los que marquen la pauta. El recorte de tipos de 50 puntos básicos realizado por la Reserva Federal ha reforzado el optimismo de los mercados, al no percibirse como señal de alarma económica y sí como control de la inflación, pero los índices PMI preliminares que se comienzan a publicar a partir del lunes 23 pueden volver a mostrar la mayor vulnerabilidad de la economía, especialmente de la europea.
China sigue planteándose para Europa como un lastre y el profit warning dado a conocer por Mercedes-Benz el viernes, es una nueva evidencia. Habrá que estar atentos también al recrudecimiento de las tensiones geopolíticas. Y como otro asunto a seguir, se habla de un posible nuevo debate entre Harris y Trump el próximo 25 de septiembre”. Cualquier movimiento político importante tiene una repercusión directa en los mercados, especialmente sensibles a las guerras y a cualquier circunstancia que acontece en Estados Unidos. Una consecuencia habitual de vivir en estos tiempos convulsos es que el precio del oro se mantiene en máximos históricos, por encima de los 2.600 dólares la onza. Y el Bitcoin, que espera que gane Trump las elecciones presidenciales para coger carrerilla ascendente.