Las pensiones no contributivas (PNC) son una de las ayudas económicas más importantes para quienes no han cotizado lo suficiente durante su vida laboral. Estas prestaciones, gestionadas por la Seguridad Social a través de las comunidades autónomas, ofrecen un apoyo esencial a personas en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, el incumplimiento de ciertos requisitos puede llevar a la suspensión de estas pensiones. A continuación, explicamos cuáles son las condiciones que debes cumplir para no perder tu pensión no contributiva en 2025.
¿Qué es una pensión no contributiva?
La pensión no contributiva está dirigida a aquellos ciudadanos que, debido a la falta de cotización o insuficiencia en sus años laborales (menos de 15 años cotizados), no tienen derecho a una pensión contributiva. Estas ayudas pueden ser de jubilación o invalidez y están diseñadas para garantizar un nivel mínimo de ingresos a las personas en situación de necesidad.
En 2025, estas prestaciones han experimentado una revalorización. Según la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), el importe para un beneficiario individual será de 7.905,80 euros anuales, lo que equivale a 14 pagas de 564,70 euros cada una. Si hay más de un beneficiario dentro de la misma unidad familiar, los importes varían, como se detalla a continuación:
- Dos beneficiarios: 6.719,93 euros anuales (14 pagas de 480,00 euros al mes).
- Tres beneficiarios: 6.324,64 euros anuales (14 pagas de 451,76 euros al mes).
Los tres requisitos clave para mantener tu pensión no contributiva
Aunque estas prestaciones son un salvavidas para muchas personas, es importante recordar que la Seguridad Social puede suspender el pago de una pensión no contributiva si no se cumplen ciertos requisitos. Estas son las tres razones principales que pueden llevar a la suspensión:
- No comunicar cambios en tu situación personal o familiar: Si hay cambios en tu estado civil (por ejemplo, te casas o te divorcias) o cambias de residencia, estás obligado a informar a la administración correspondiente. Este requisito es fundamental porque estos cambios pueden afectar a tu derecho a recibir la pensión no contributiva o al importe de la misma.
- No informar si comienzas a trabajar: Si empiezas a trabajar, incluso en un empleo temporal o de jornada parcial, debes comunicarlo a las autoridades. Esto se debe a que los ingresos derivados del empleo pueden influir en el cálculo de la pensión no contributiva. No hacerlo podría considerarse un incumplimiento que puede llevar a la suspensión de tu prestación.
- No presentar la declaración anual de ingresos: Este es uno de los requisitos más importantes. Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), todos los beneficiarios de una pensión no contributiva deben presentar una declaración anual de ingresos antes de que finalice el primer trimestre de cada año. El incumplimiento de esta obligación conlleva la suspensión inmediata del pago de la pensión.