Cani Fernández, presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), reflejó ayer en el Congreso de los Diputados que entiende por ‘responsabilidad institucional’ ante una situación en el organismo que es todo menos fácil. La CNMC tiene que asumir nuevas funciones. A la reciente aplicación de los reglamentos de los mercados y servicios digitales, se suma ahora el registro de medios de comunicación, pero arrastra falta de personal y de presupuesto.
Y lleva más de un año con su cúpula pendiente de renovación, está vacante la vicepresidencia y el nombramiento de cuatro miembros del consejo. Entretanto, en el ámbito de la competencia, tiene sobre la mesa uno de los expedientes más sensibles de los últimos años: la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell, operación contra la que se ha pronunciado abiertamente el Gobierno.
“Afrontaremos esos retos con un equipo de servidores públicos de gran bagaje técnico, motivado, trabajador, responsable y comprometido. Pero no podemos hacerlo solos. Para hacer frente a todos esos desafíos necesitamos el apoyo y el compromiso de todo el sistema institucional -de todos ustedes-, de las instituciones europeas y, por supuesto, seguir contando con la colaboración de los consumidores, empresas y operadores como hasta ahora, así como los medios humanos y presupuestarios necesarios para cumplir nuestras funciones”, resumió al término de su intervención en la Cámara Baja.
En este sentido, la presidenta admitió que la CNMC no puede hacer todo lo que debería en el marco del Reglamento de Servicios Digitales (DSA) como coordinadora de servicios digitales porque “nos falta la habilitación legal [está pendiente la modificación legislativa que debe aprobarse en las Cortes Generales], nos faltan los medios, nos falta el personal. No podemos tomar las riendas del mayor reto regulatorio y supervisor de la Unión Europea. No podemos proteger como podríamos a nuestros consumidores, no podemos actuar contra la desinformación, no podemos proteger como deberíamos, a nuestros menores”, a pesar de que son conscientes de su papel clave como garantes y supervisores del entorno digital.
Registro de medios
En esta ‘responsabilidad institucional’, Cani Fernández aseguró que su organismo está dispuesto a asumir la responsabilidad del registro de medios de comunicación que anunció el pasado martes el Gobierno en el marco del Plan de Regeneración Democrática, aunque de momento no conoce ni el alcance y ni el contenido de la propuesta.
Esta nueva función exigirá cambios en la ley que regula la CNMC y su estructura para incorporarla y está sujeta a la aprobación en el Parlamento: “Si el Congreso de los Diputados nos da este mandato, la CNMC ejercerá esta nueva función, como hace con el resto, con la responsabilidad, el rigor técnico, la independencia y el compromiso que define a esta institución”, afirmó Fernández.
Tal y como expuso, antes de que llegue al Congreso la reforma del organismo -no será inmediata- hay una urgencia mayor. Debe cerrarse la renovación de la cúpula, con la elección de cuatro consejeros y el nombramiento de un nuevo vicepresidente tras el fallecimiento de Ángel Torres el 23 agosto de 2023. Tras la ruptura de los puentes entre el Gobierno y el PP a raíz del nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España, la conversación entre ambos para la renovación de las instituciones está suspendida.
La presidenta destacó la importancia y la necesidad de que los nombramientos se hagan “en tiempo y forma” y “sin sobresaltos”. “Espero y deseo que pronto puedan comparecer ante esta Comisión los profesionales que sean propuestos”, señaló durante en la Comisión de Economía del Congreso para exponer las líneas básicas de su actuación y sus planes y prioridades para el futuro.
Opa de BBVA
En el ámbito de competencia, Cani Fernández explicó que la CNMC todavía está analizando la oferta pública de adquisición (OPA) de BBVA sobre Banco Sabadell debido a los múltiples requerimientos de información que ha tenido que remitir a esta última por el carácter hostil de la operación que en la práctica está alargando el proceso. “Como pueden imaginar, en el caso de una OPA hostil, tenemos toda la información del notificante, es decir, del adquiriente, pero no tenemos la información del objeto de la OPA, del Sabadell”, admitió.
Detalló que la obtención de información se está haciendo a base de requerimientos “que han sido retirados en la medida de lo necesario” y que ha tenido que hacer ejercicios de comparabilidad de los datos, porque en “muchas ocasiones” la información que ha obtenido “no es compatible”. BBVA remitió la solicitud de autorización a la CNMC el pasado 31 de mayo. El regulador dispone de un plazo de un mes para emitir su dictamen, pero ese plazo queda en suspenso siempre que realiza una solicitud de información para poder analizar por completo la operación de concentración.
“Hay que tener la necesaria paciencia, el necesario respeto al trabajo de los técnicos, porque desde luego lo que no vamos a dejar de hacer es aplicar el rigor técnico que siempre hemos aplicado a este tipo de operaciones”, puntualizó. Posteriormente, una vez disponga de toda la información necesaria y termine la primera fase, la CNMC puede decir si se aprueba, si se aprueba con compromisos o si se pasa a una segunda fase en función de la complejidad. Y esta segunda fase durará tres meses, con la misma posibilidad de quedar en suspenso ante requerimientos de información.
Además, en caso de llegar a segunda fase, ya se vaya a aprobar con compromisos o condiciones, la operación se elevará “de oficio” en una tercera fase al Ministerio de Economía, que a su vez podrá elevarla al Consejo de Ministros, que podrá imponer condiciones más duras o relajarlas en función de otros criterios diferentes a la mera competencia.
Fernández explicó que la segunda fase podrá acabar con una aprobación con compromisos o con una mezcla de compromisos y condiciones o con una prohibición total. “Debo señalar que en nuestro sistema, a diferencia de otros sistemas de otros reguladores del entorno, además de aceptar compromisos, tenemos la posibilidad de imponer condiciones”, subrayó, al tiempo que recordó que el proceso de análisis de esta operación se está realizando con arreglo a “metodologías ya establecidas”.
Retos
Entre los retos futuros, siguiendo la hoja marcada el Plan Estratégico 2021-2026 de organismo -que “ha podido resistir los vaivenes con plena operatividad al fijar unas líneas principales de actuación que han permitido a la CNMC adaptarse a los cambios sin perder en ningún momento sus objetivos estratégicos”-, identificó el desafío digital. “En esta última parte de mi mandato, la Inteligencia Artificial generativa y todo lo relacionado con el sector digital, desde el punto de vista de garantizar estructuras de mercado competitivas pero, sobre todo, en relación con la supervisión de los entornos y contenidos digitales, van a marcar el rumbo de la CNMC”, detalló.
“Somos muy conscientes de la relevancia de nuestra actividad y de la necesidad de acompañar a los mercados y a la sociedad en los cambios que ya se están produciendo”, recalcó Cani Fernández, que tiene ante sí el desafío de concluir la hoja de ruta que dibujó para el organismo en menos de 24 meses. Su mandato concluirá en junio de 2026.