BRECHA DE EMPLEO

¿Por qué hay tan pocas mujeres en la pesca de altura?

Las empleadas a bordo de esta actividad pesquera son una excepción y no alcanzan el 2,5% del total de trabajadores

Vista del pesquero Argos Georgia, en el que iban 27 personas a bordo, entre ellos tripulantes gallegos, que se ha hundido de madrugada en las Islas Malvinas
Vista del pesquero Argos Georgia, en el que iban 27 personas a bordo, entre ellos tripulantes gallegos, que se ha hundido de madrugada en las Islas Malvinas. EFE

La tragedia del pesquero ‘Argos Georgia’, hundido en la madrugada del 24 de julio en las Islas Malvinas, ha vuelto a poner de manifiesto las duras condiciones y los riesgos de la pesca de gran altura. A 11.600 kilómetros, los allegados de los seis supervivientes españoles -de un total de 14- respiraron tras ser informados de que fueron rescatados. En dos familias gallegas el corazón está teñido de negro, sólo pudieron recuperar los cuerpos. Y en las localidades de Ribeira y Noia, prosigue la angustia con dos de sus pescadores desaparecidos. En estas tristísimas noticias, las mujeres -esposas, madres, hijas…- están en tierra firme y son las que esperan las noticias. En España, prácticamente no hay mujeres a bordo en la actividad pesquera.

La primera gran dificultad es conocer esta realidad. “La presencia de las mujeres en el sector de la pesca ha permanecido durante mucho tiempo invisibilizada y una de sus consecuencias es justo la falta de datos y estadísticas que nos dibujen una radiografía sobre la importancia y relevancia de la mujer en la pesca en España y en Europa”, explica a Artículo14 Rita Míguez de la Iglesia, presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca), que nació hace ocho años con el objetivo de darles voz y promover su incorporación al sector.

¿Cuántas mujeres hay faenando? El 6,15% del empleo en la pesca extractiva corresponde a mujeres (1.143), pero si se consideran solo las embarcadas el número se reduce hasta las 668 trabajadoras (el 2,15% del total), frente a 28.172 hombres a bordo. Es prácticamente imposible encontrar una mujer española faenando en las Islas Malvinas,  sólo dos faenan en aguas no nacionales, un 82% lo hace en el Atlántico Norte y el resto en el Mediterráneo, según datos del año 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), recogidos en el Diagnóstico del liderazgo y la representación femenina en los órganos de gobierno y decisión del sector pesquero.

Como advierte el MAPA, el sector pesquero cuenta con una tasa de integración femenina muy por debajo —o con una evolución mucho más lenta— que en otros ámbitos tradicionalmente masculinizados como la Marina Mercante, donde en 2023 el Instituto Social de la Marina (ISM) contabilizó 2.794 mujeres, que representan el 17,5% del total de inscritos en esta actividad.

María Caldeiro, gerente de Fundamar, que entre sus objetivos tiene facilitar y promover las condiciones de acceso igualitario al empleo, confirma estas cifras para la pesca de altura (hasta 200 millas náuticas) y gran altura (a partir de las 200 millas). En su opinión, esta baja representatividad obedece a los estereotipos de género.

“El sector pesquero se percibe como muy duro y no ha sido hasta mediados de los años ochenta cuando las mujeres han podido acceder por primera vez a las formaciones profesionales náuticas”, explica Calderio a Artículo14. A esta brecha en la formación, se suman otras barreras de género -que en su opinión hay que romper- como el hecho de que las embarcaciones no estén adaptadas a tripulaciones mixtas -por ejemplo, con espacios de intimidad para las mujeres-. Según viene advirtiendo Cepesca, la patronal de los armadores, la Política Pesquera Común no ayuda, pues dificulta que puedan ampliarse los espacios dentro de los buques.

“La conciliación se atribuye exclusivamente a la mujer y parece que por su condición de poder ser madre, de alguna manera, las disuade de este trabajo, cuando las mujeres que están en un barco saben mejor que nadie lo que supone”, añade Calderio. Gráficamente explica que la situación a la que se enfrenta una mujer que se postula a un puesto a bordo de un pesquero es semejante a la de un hombre que opta para ser un cuidador. “¿A quién crees que van a coger en cada caso?”

Dificultades

Remedios Ruso es armadora de ‘La Garrucha’ un pesquero de arrastre en la Cofradía de Pescadores de Santa Pola (Alicante) y presidenta de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Fresco de esta localidad. Al sector llegó muy joven tras el fallecimiento de su padre. Su hermano es quien está a bordo y ella se encarga de toda la gestión. Ella pone de manifiesto otra realidad, las mujeres tampoco están en los puestos de liderazgo en las cofradías como patronas mayores. En su caso, sí ha logrado la confianza de sus pares -quienes le han votado- para liderar la asociación de armadores.

“Tras los últimos comicios celebrados en los pósitos gallegos en octubre de 2022, solo tres mujeres ostentan el cargo de patrona mayor en las 63 cofradías gallegas”, recoge el Diagnóstico del MAPA, que constata un retroceso en su representatividad. Y Galicia es donde mayor liderazgo femenino existe, pues en el resto de territorios costeros su participación es aún menor, según los datos del Ministerio.

Las mujeres en la pesca de altura son pocas, pero en lo que coinciden los testimonios de aquellas que han decidido embarcarse es en la pasión por su profesión. Rompen mitos sobre su dureza -“no lo es más que otras”- y son conscientes de los riesgos y el sacrificio que conlleva, pero a cambio valoran la vinculación con la naturaleza, la sensación de liberad y lo impredecible de cada jornada.

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