La nueva pandemia en las empresas: el despido silencioso

A la hora de despedir a empleados las empresas tienen muchas tácticas, algunas más morales que otras, y una de las más extendidas es la del 'despido silencioso', la cuál se usa para que sean los trabajadores los que acaben marchándose

No saber desconectar del trabajo es uno de los principales problemas a la hora de coger vacaciones.

Igual que si fuera una relación personal, en el trabajo es muy complicado soltar las cosas. Lo es para los trabajadores y lo es también para las empresas, puesto que tanto a nivel social como muchas veces económico, hay que pagar mucho para despedir a un trabajador. No obstante, las empresas han encontrado la forma de que eso no sea un problema y aunque sea con prácticas moralmente cuestionables, les funciona. Un ejemplo de ello puede ser el ‘ghosting laboral’, en el que sol los propios empleados los que se crean un problema entre sí. Pero ahora ha surgido otra que sale directamente de las empresas hacia sus trabajadores, el ‘despido silencioso’.

Según los expertos en el tema, el “el despido silencioso es una técnica que se usa cuando una empresa utiliza tácticas sutiles (y a veces no tan sutiles) para hacer que un empleado se sienta incómodo, desmotivado o excluido en su lugar de trabajo, con la esperanza de que decida abandonar voluntariamente la empresa”.

Reunión de trabajo - Economía

El ‘despido silencioso’ es una táctica cada vez más entendida

Ejemplos de tácticas del “despido silencioso”

Hay una serie de prácticas y comportamientos que suelen repetir en todos los ejemplos de despido silencioso que vemos en las empresas. En todas ellas lo que se busca es desgastar psicológicamente al trabajador, así como desmotivarle o desprestigiarle profesionalmente, hasta llevarle al punto de querer dejar el trabajo. Algunas de las más usadas son las siguientes:

  • Sobrecarga de trabajo: darle más tareas al empleado, incluso sin el tiempo suficiente para que pueda ejecutarlas todas, con la intención de saturarlo.
  • Reducir significativamente sus tareas o funciones: al contrario de lo anterior, es quitarle funciones, lo que puede minar su moral o desmotivarlo. También puede pretender reducir su influencia y responsabilidad en la empresa.
  • Falta de reconocimiento u oportunidades: negarle la posibilidad de ascender, aunque lleve años en la compañía; asignarle tareas por debajo de su experiencia o competencia; o no reconocerle los logros e, incluso, restarles importancia.
  • Asignar tareas por debajo de la experiencia o competencias o apartarlo de reuniones estratégicas: viene a ser dejar al empleado fuera de la toma de decisiones.
  • Recibir un feedback negativo constante y desproporcionado, sin oportunidad de mejora, o presiones emocionales.
  • Aislamiento laboral: no solo consiste en apartar al empleado de reuniones importantes, sino de cualquiera que se celebre en la empresa, no comunicarle las decisiones que se toman o los proyectos que se están adoptando, no invitarlo a planes fuera del trabajo o sacarlo fuera de conversaciones, pueden ser otras formas de aislamiento.
  • Cuestionar continuamente el desempeño del trabajador o lanzarle comentarios desmotivadores.
  • Asignar metas ambiguas o inalcanzables, con el objetivo de generar frustración e inseguridad.

Los beneficios de las empresas al usar el ‘despido silencioso’

Hay diversas teorías que pueden ayudarnos a entender el por qué utilizan las empresas esta estrategia, y es que al conseguir que el trabajador renuncie voluntariamente a su puesto de trabajo, se ahorran el tener que pagarle una indemnización por despido. Pero no solo esto, si no que además, se evitan posibles reclamaciones legales (como por ejemplo si un despido no cumple con los requisitos formales que se recogen en el Estatuto de los Trabajadores, ni se justifica por una causa legal, el trabajador puede reclamar para conseguir la improcedencia o nulidad del despido, dependiendo del caso). Pero esos problemas si es el empleado el que se va, no existen.