La mujer de Steve Jobs se propone acabar con el smartphone como lo conocemos

Laurene Powell, Jony Ive y Sam Altman abren la carrera por jubilar el smartphone con una nueva generación de asistentes IA sin pantalla

Laurene Powell Jobs (61 años), viuda del fundador de Apple y una de las amigas y patrocinadoras del propio Ive.

Hace casi un siglo, en 1926, el visionario Nikola Tesla, padre de la corriente alterna, aseguró en una entrevista que cuando se pudiera aplicar la tecnología inalámbrica el planeta se convertiría “en un enorme cerebro”. “Seremos capaces de comunicarnos entre todos al instante”. En 2007, Steve Jobs, fundador de Apple, presentó el primer modelo del iPhone, estandarizando y viabilizando el concepto de teléfono inteligente en el mercado. Desde entonces, no es fácil imaginar un mundo sin que todos llevemos potentes miniordenadores en el bolsillo conectados a internet.

Ahora varios nombres están decididos a jubilar la idea del smartphone. OpenAI, la propietaria de ChatGPT, ha adquirido por unos 6.500 millones de dólares io, la empresa de Jony Ive, quien fuera mano derecha creativa de Jobs. El objetivo: que los dispositivos que estén en los bolsillos de millones de personas sean inteligencias artificiales compañeras, sin que se trate necesariamente de un aparato con pantalla. Esa misión también es la de Laurene Powell Jobs (61 años), viuda del fundador de Apple y una de las amigas y patrocinadoras del propio Ive.

Powell, la benefactora clave

Ella lo tiene claro. En una entrevista con el Financial Times, Powell advertía que ahora se sabe “sin ambigüedades” que la tecnología “puede tener usos perversos”. “Basta con observar los estudios que se están realizando en adolescentes, sobre la ansiedad en los jóvenes o sobre el creciente problema de la salud mental para entender que el desarrollo tecnológico se ha desencaminado”. También admitía vivir una “era de lo desconocido” o que la IA “transformará nuestra forma de trabajar, relacionarnos y comunicarnos”, pero sigue viendo el futuro con incertidumbre. “No está claro hacia dónde se dirige el mundo”.

Por esta razón, Laurene Powell es la patrocinadora imprescindible de todo el proyecto de Ive, a quien le une una profunda amistad que se estrechó todavía más tras el fallecimiento de su marido en 2011. Laurene Powell y Jony Ive se conocieron en 1997. Steve Jobs acababa de volver a Apple, tras un período fuera de la empresa, e Ive iba regularmente a la casa familiar de los Jobs, sobre todo los fines de semana, para trabajar mano a mano con el matrimonio en el desarrollo de productos tan icónicos como los iPod o el iPhone. “Siento como si hubiéramos crecido juntos”, decía Ive en la misma entrevista reciente.

Steve Jobs y Jony Ive.

Nace el proyecto io

Tras la muerte de Steve Jobs, Jony Ive continuó varios años trabajando en Apple, hasta que en 2019 anunció su marcha. Fue un duro golpe para la firma de la manzana: una de las mentes legendarias tras el iPhone abandonaba el barco. Entonces pareció que simplemente optaba por un retiro apacible, por una jubilación anticipada. Nada de eso. Ive fundó LoveFrom, un colectivo de diseño que ha trabajado para diferentes marcas, y como el propio tecnólogo reconoce, el proyecto “no habría sido posible” sin Powell, su benefactora.

Mientras LoveFrom ha venido firmando proyectos para marcas como Ferrari o Airbnb, Ive comenzó a interesarse cada vez más por la inteligencia artificial. Esa inquietud derivó en 2023 en una alianza estratégica con Sam Altman, CEO de OpenAI. Ambos compartían una obsesión: reinventar la interacción humano-máquina más allá de las pantallas. Fruto de esa colaboración nacería io en 2024, una startup destinada a explorar ese futuro sin smartphones. El mes pasado, OpenAI anunció la compra de io por 6.500 millones.

Filantropía

La adquisición de io por parte de OpenAI ha sido un suculento éxito para muchos de los inversores iniciales de io, entre los que se encontraba la propia Powell. Se estima que el patrimonio de la filántropa supera los 11.400 millones de dólares. Su mundo no se ligó a la tecnología hasta que conoció a Jobs: trabajó en Merrill Lynch y en Goldman Sachs, iniciando su carrera en el sector financiero. Tras el fallecimiento de su esposo, heredó sus participaciones en compañías como Apple o Disney, donde Jobs llegó a tener el 7% de los títulos por su papel como fundador de Pixar.

Desde entonces, Laurene Powell Jobs ha centrado su trabajo en la filantropía, fundando el XQ Institute como una organización sin ánimo de lucro para repensar la educación secundaria de EEUU. También ha sido conocida por su apoyo a la excandidata del Partido Demócrata en las últimas elecciones presidenciales del país, Kamala Harris, o por su activismo en favor de los inmigrantes. Buena parte de su inversión la canaliza a través de Emerson Collective.

Laurene Powell, fundadora de Emerson Collective.
Emerson Colective

Cambio de paradigma

No son tiempos en los que muchas de las causas en los que Powell se ha involucrado tengan mucho seguimiento por parte de los electores estadounidenses. El inquilino del Despacho Oval, Donald Trump, es conocido por impulsar redadas contra los migrantes en el país. Lo ha venido haciendo con el apoyo de los grandes empresarios de las tecnológicas, que destinaron millones de dólares a la investidura del mandatario. El estallido de la guerra entre Trump y Elon Musk, el hombre más rico del mundo, no cambia nada. Para Powell, todo lo que se ha visto estos meses evidencia que Silicon Valley se ha desencaminado.

El papel de Powell en la búsqueda del siguiente gran hito que reemplace al smartphone es crucial. Ella, como una de las primeras benefactoras del proyecto, será quien se preocupe de que el proyecto siempre se atenga al diseño ético y al bienestar de los usuarios. Si tiene éxito será un cambio de paradigma en la industria tecnológica.

Precedentes

Buscar el siguiente hito de la industria tecnológica tras la aparición del smartphone es la gran obsesión del mercado. Ejemplo de ello fue que Mark Zuckerberg transformara Facebook en Meta para avanzar sus aspiraciones por crear y desarrollar el metaverso. A Zuckerberg le atraviesa la idea de que Facebook llegó tarde a las aplicaciones móviles. Por esa razón se hizo con Instagram o WhatsApp. OpenAI se ha hecho con io, de Jony Ive, por una razón similar. Nadie sabe qué será lo que reemplace al smartphone como estándar, pero bien podrían ser inteligencias artificiales compañeras. Eso sí, ya se han hecho experimentos y no han salido bien.

Dos extrabajadores de Apple fundaron la startup tecnológica Humane en 2018 y cinco años después, en 2023, presentaron el Humane AI Pin. Fue un dispositivo impulsado por IA, una suerte de medalla que el usuario se podía enganchar al pecho para lanzarle consultas y ver las respuestas con un proyector que iluminaba la palma de la mano. Un precedente claro de las IA compañeras que ahora Jony Ive, el propio Altman o Laurene Powell querrían ver en un futuro.

Fue un fracaso. Se pudo ver el dispositivo en el Mobile World Congress de Barcelona del año pasado, llegó al mercado meses después, pero todo apunta a que fue un dispositivo avanzado a su tiempo por la poca batería, el sobrecalentamiento que ocasionaba y las respuestas lentas y malas. El fabricante informático HP compró Humane este año y retiró el aparato del mercado. Solo el tiempo dirá si la propuesta de Powell, Ive y Altman correrá la misma suerte.

TAGS DE ESTA NOTICIA