La Justicia británica avala devolver una mansión de 32,5 millones por una plaga de polillas

El Tribunal Superior de Londres dictamina que un matrimonio millonario tenga derecho a devolver al comprador la vivienda por una infestación de polillas de la que no fueron informados y que el vendedor conocía

Como si de la icónica mansión de Bitelchús se tratara, donde los nuevos propietarios descubren demasiado tarde que no están solos, una pareja millonaria ha vivido su propia pesadilla inmobiliaria en una lujosa casa de Notting Hill, valorada en 32,5 millones de libras esterlinas (39 millones de euros). En este caso, el problema no era paranormal, sino muy terrenal: un ser vivo, diminuto, de poco más de un centímetro, y con alas. Pero su existencia ha determinado la devolución de la compra, con el aval de la justicia británica.

El Tribunal Superior de Londres ha dictaminado que Iya Patarkatsishvili, hija del fallecido magnate georgiano Badri Patarkatsishvili, y su esposo, el Dr. Yevhen Hunyak, tienen derecho a devolver la mansión en uno de los barrios más exclusivos de Londres debido a una infestación de polillas. La resolución concluye que el vendedor no reveló de manera adecuada la magnitud del problema existente en la propiedad.

Horbury Villa

La propiedad, conocida como Horbury Villa, está situada en el número 85 de Ladbroke Road. La construcción original del XIX fue remplazada a en la década de los setenta y terminó en manos del actor Martin Starkie, quien mantuvo la propiedad hasta su muerte. En 2011, William Woodward-Fisher, un agente inmobiliario, y su esposa diseñadora de interiores, compraron la casa y la remodelaron. Se trata de una mansión victoriana de siete dormitorios con instalaciones de lujo, incluyendo piscina, spa, gimnasio, sala de vinos, biblioteca y cine, que adquirió la pareja en mayo de 2019.

Pocos días después de la mudanza, los nuevos inquilinos detectaron una presencia masiva de polillas. En un intento de revertir la venta, demandaron al vendedor alegando que contestó falsamente a tres preguntas previas al contrato y solicitaron una orden de reembolso del precio de la compra con intereses y daños y perjuicios por las pérdidas incurridas en la transacción. Durante el juicio, la pareja argumentó que Woodward-Fisher proporcionó información falsa sobre el estado de la vivienda y que no reveló la gravedad de la infestación. Presentaron pruebas de que el vendedor había recibido dos informes -16 de mayo y 25 de junio de 2018- de control de plagas en los que se recomendaba la retirada completa del aislamiento afectado para erradicar la infestación.

Fallo judicial

El juez, Mr. Justice Fancourt, concluyó que, aunque Woodward-Fisher, de 68 años, no actuó con intención de engaño deliberado, sí tenía conocimiento del problema y no informó adecuadamente a los compradores. Según el fallo, la infestación estaba presente en la casa antes de la venta y había sido identificada en informes previos.

La sentencia ordena la rescisión del contrato de compraventa, lo que implica la devolución del precio de compra a la pareja, descontando aproximadamente 6 millones de libras en reconocimiento del uso que hicieron de la propiedad desde su adquisición. Además, el fallo establece una “indemnización sustancial” valorada en 4 millones de libras adicionales en concepto de daños, incluyendo 15.000 libras por ropa dañada y 3,7 millones de libras correspondientes al impuesto de timbre pagado por la transacción.

Precedente

El abogado de la pareja, Chris Webber, afirmó que este caso subraya la importancia de que los agentes inmobiliarios proporcionen información completa y precisa a los compradores. El fallo destaca la relevancia de la transparencia en las transacciones inmobiliarias y la necesidad de una divulgación clara sobre el estado de las propiedades en venta. Según los documentos presentados en el juicio, la pareja visitó la vivienda en al menos 11 ocasiones antes de completar la compra, sin detectar la magnitud del problema. Posteriormente, al notar la infestación, contrataron expertos en control de plagas, quienes confirmaron que la presencia de polillas estaba extendida en diversas partes de la casa.

Este fallo del Tribunal Superior de Londres establece un precedente en relación con la responsabilidad de los vendedores en la divulgación de problemas estructurales o sanitarios en las propiedades. Así lo refleja el hecho de que Woodward-Fisher deberá asumir los costes de la devolución y compensación impuesta por el tribunal. Termina así la pesadilla inmobiliaria de Patarkatsishvili y Hunyak, en la que no hacía falta invocar a Bitelchús: bastaba con abrir un armario para que la plaga de polillas hiciera su aparición.

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