Hasta ahora, la jubilación activa era cosa de hombres. Para poder acceder a esta modalidad que permite trabajar y cobrar parte de la pensión, era necesario haber cotizado los años suficientes para percibir el 100% de la pensión. Históricamente, las mujeres han tenido más lagunas de cotización porque son ellas las que sacrifican sus carreras laborales habitualmente para cuidar a sus hijos o familiares y esto en la práctica ha impedido que se pudieran sumar a esta clase de modalidad.
Los números no mienten. Según datos de la Seguridad Social de enero de 2024, el número de mujeres acogidas a la jubilación activa era de 10.653 frente a 53.729 hombres. Es decir, solo uno de cada cinco jubilaciones activas eran femeninas. Con el acuerdo sobre las pensiones que acaba de aprobar el Gobierno con el apoyo de los sindicatos y la patronal, se da un paso más para que no haya discriminación en cuanto a género en este asunto.
Pero no es el único punto en el que se está avanzando para que la jubilación sea lo más igualitaria posible. En el caso de los fijos discontinuos, el acuerdo contempla mejoras en las condiciones de acceso a las pensiones y la cuantía de las mismas. Para estos empleados se multiplicará cada día trabajado por 1,5 a efectos de cotización. Y según confirman en UGT, eso ayudará a las mujeres puesto que suelen copar este tipo de empleos.
Los contratos fijos discontinuos están pensados para aquellos trabajos que se desarrollan de forma intermitente pero estable, como en el caso de la recogida de las cosechas en la agricultura. La empresa no necesita al empleado de forma continua durante todo el año, pero sí en periodos de tiempo recurrentes e intermitentes durante cada ejercicio.
En estos casos, si trabajabas seis meses, cotizabas por seis meses. Con la reforma de las pensiones, trabajar seis meses se traducirá en una cotización de nueve. Es un salto que ayudará a las trabajadores pero sobre todo, a las trabajadores con esta clase de empleos.
Hay un tercer punto que también acerca la igualdad de género en la jubilación que son los trabajos que conllevan mayores índices de penosidad y peligrosidad. Para este tipo de trabajadores se les reconocerá coeficientes reductores de la edad de jubilación. Y se basarán en circunstancias objetivas y no solo teniendo en cuenta la peligrosidad sino la penosidad. De esta manera muchas mujeres con trabajos penosos se les reconocerá esta situación y podrán jubilarse antes, una circunstancia que estaba acotada en su mayoría a los hombres.
Es el caso de las cuidadoras de dependencia, kelly’s, auxiliares de sanidad, profesiones feminizadas que estaban claramente discriminadas frente a otras profesiones más masculinizadas. Hay ejemplos flagrantes como el sector aéreo, que contempla la peligrosidad que supone trabajar en las alturas para los hombres, en el caso de los pilotos, pero no en las azafatas, cuando las circunstancias atmosféricas son las mismas.
Tiene mérito haber sacado adelante esta reforma porque ha contado con el visto bueno de todas las partes, incluida la patronal. La CEOE dio luz verde al texto el miércoles por la mañana en su comité ejecutivo. Un pacto tripartito con el que se pretende incentivar a quienes continúen en activo más allá de la edad de jubilación, hacer el retiro parcial más atractivo, mejorar los recursos de las mutuas y regular el acceso a la jubilación de las profesiones especialmente duras y expuestas a riesgos. Y otro paso hacia adelante para corregir las discriminaciones del pasado para que la mujer pueda acceder a todas las modalidades de jubilación en las mismas circunstancias que un hombre.
Para la jubilación activa, el trabajador cobrará un 45% de la pensión en el primer año de demora, el 55% en el segundo, 65% en el tercero, el 80% con cuatro años y la pensión completa tras el quinto. Hasta ahora, el trabajador solo podía percibir el 50%, con independencia de los años en activo.
En la jubilación parcial, se podrá acoger con 62 años siempre que haya además un contrato de relevo en paralelo que permita formarle y sustituir al trabajador cuando su jubilación se convierta en total.
La reducción de jornada durante el primer año estará entre el 20% y el 33%, y los trabajadores que opten por la jubilación parcial podrán concentrar su jornada laboral si se acuerda en el centro de trabajo. Además, el acuerdo prevé un incremento progresivo en las cotizaciones de la empresa y del jubilado parcial, comenzando con un 40% en 2025 y aumentando anualmente hasta alcanzar el 80% en 2029.