Medir la incertidumbre desde el punto de vista económico es complejo. Precisamente porque, si algo gusta a los mercados, es la previsibilidad. Justo lo contrario de lo que el mundo vive desde que, el pasado 2 de abril, Donald Trump desatara una guerra comercial global con giros de timón tan virulentos como inesperados. A la hora de escribir este artículo, EEUU mantiene un arancel universal del 10% a la importación de bienes (con excepción de algunos productos), ha suspendido durante 90 días los recíprocos (bilaterales por países) y acentuado la tensión con China, donde impone un arancel de efectos “inmediatos” del 125%, al que acaba de sumr otro 20% (ahora queda el 145%).
En esta vorágine, una de las fórmulas que los economistas utilizan para medir la incertidumbre es el índice de riesgo geopolítico (GPR), basado en noticias sobre eventos adversos y sus riesgos asociados. Este índice se disparó durante las dos guerras mundiales, al inicio de la Guerra de Corea, en la Crisis de los Misiles de Cuba o tras el 11-S. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha aplicado esta metodología, complementada con variables asociadas a la guerra comercial y los aranceles, y su conclusión es clara: “El indicador de incertidumbre de política comercial ha ascendido a niveles nunca vistos”, advirtió su directora de Análisis Económico, Esther Gordo.
Impacto de la incertidumbre
“Hemos tratado de estimar cuál puede ser el impacto de este aumento de la incertidumbre en el crecimiento de la economía española y la conclusión es un impacto relativamente importante, de 0,5 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB en el año 2025 si no se corrige de manera rápida”, detalló Gordo. Dado que cada punto porcentual del PIB equivale a 1.500 millones de euros, ese medio punto de incertidumbre se traduce en un impacto potencial de 7.500 millones en la economía nacional. Para entender su magnitud, un dato: equivale a más de la mitad de la nómina mensual de pensiones, que en marzo sumó 13.492,5 millones.
¿Podría trasladarse el impacto de la incertidumbre directamente a un menor PIB? “Esto no quiere decir que nuestra previsión de crecimiento del PIB tenga que pasar del 2,5% al 2%, porque los efectos sobre el comercio y de los aranceles son muchos”, matizó Gordo. Por ejemplo, la última decisión sitúa a España en una posición relativamente mejor frente a China, porque los productos europeos se han abaratado frente a los chinos, lo que podría beneficiar a las exportaciones hacia Estados Unidos. Además, sobre el conjunto del sector exterior, EEUU representa solo el 5%. “Por eso, en este momento es muy difícil incorporar cualquier impacto en nuestro cuadro macro. Tenemos que hacer una valoración global de todo”, señaló. La AIReF revisará nuevamente en mayo su cuadro macroeconómico.
Mantenimiento previo del PIB
La autoridad fiscal realizó esta estimación como un ejercicio adicional dentro de la presentación del Informe sobre los Presupuestos Iniciales de las Administraciones Públicas (AAPP) 2025, en el que actualiza sus previsiones macroeconómicas y fiscales. Frente a otras entidades que, antes de la guerra comercial, habían revisado al alza sus estimaciones para la economía española, la AIReF mantuvo el crecimiento del PIB en el 2,5%, igual que en su previsión de enero. Esta tasa coincide con la anunciada también ayer por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé que España crezca un 2,5% en 2025 y un 1,8% en 2026, lo que implicaría una desaceleración respecto al 3,2% registrado en 2024.
Los pilares de esta previsión de crecimiento son la fortaleza de la demanda interna, el avance del empleo, las elevadas tasas de ahorro alcanzadas y la mejora en las condiciones de financiación. “La caída de los precios hace que la renta disponible crezca a tasas muy elevadas; de hecho, a finales de 2024, las familias tenían niveles incluso superiores a los que veíamos antes de la crisis financiera global”, destacó Gordo. El escenario también contempla una recuperación de la inversión empresarial, aunque -como puntualizó la experta- en el contexto actual de incertidumbre, esta recuperación está sujeta a riesgos a la baja.
Revisión futura
Según recalcó en su informe la AIReF, este escenario aún no incorpora el impacto de la guerra comercial desatada por Estados Unidos, cuyo desenlace resulta difícil de prever. Sin embargo, advirtió de que los riesgos a la baja son elevados. Así, la incertidumbre ha provocado caídas en los mercados bursátiles que podrían frenar la inversión, mientras que el aumento de los aranceles -al encarecer los precios en EEUU- puede elevar el riesgo de recesión en la primera economía mundial, lo que tendría consecuencias globales. Parte de estos factores negativos podrían verse compensados en la Unión Europea por el aumento del gasto en defensa o por un posible giro en la política fiscal alemana, aunque sus efectos no se esperan hasta 2026.
Hasta la fecha, las instituciones que han analizado el impacto de los aranceles sitúan el efecto en la economía española en torno a los 0,2 puntos porcentuales del PIB. En el caso de BBVA Research, estima para la eurozona una caída de 0,4 puntos, que se reduciría a la mitad en España por su menor exposición. CaixaBank Research también calcula un impacto del 0,2%, mientras que Funcas maneja una horquilla de entre 0,2 y 0,3 puntos. El Banco de España, por su parte, anunció que revisará a la baja su previsión de crecimiento, que en su última actualización elevó al 2,7%, una décima por encima de la del Gobierno.
De momento, una cifra es clara. En términos individuales, la factura de la incertidumbre asciende a casi 153 euros por español.