PREVISIONES DE FUNCAS

La guerra arancelaria de Trump costará a España siete décimas de PIB en dos años

La economía española crecerá un 2,3% este año y un 1,6% en 2026, según las previsiones de Funcas, que atribuye la rebaja al impacto de la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos

Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Despacho Oval
Efe

La Fundación de las cajas de ahorros, Funcas, el ‘think tank’ de las entidades integradas en CECA, ha sido la primera entidad en cuantificar el impacto en el crecimiento económico de la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump. Lo hace advirtiendo del contexto de gran incertidumbre, lo que eleva el margen de error en sus estimaciones. Según sus previsiones de primavera, la economía española crecerá un 2,3% este año y un 1,6% en 2026, lo que supone una rebaja de tres décimas al PIB este año y de cuatro el próximo, en un escenario central en el que se descarta una escalada adicional. Es decir, en un contexto equiparable al actual, con un arancel general del 10% y del 25% al automóvil, el acero y el aluminio.

Esta es una crisis autoinfligida”, advirtió Carlos Ocaña, director general de Funcas, al presentar las previsiones para el bienio 2025-2026. “No responde a una pandemia ni a una catástrofe natural, sino a decisiones políticas que alteran los equilibrios económicos y desordenan el comercio internacional”, añadió. En este sentido, recordó que la política arancelaria de la administración estadounidense ha neutralizado el impulso con el que arrancó 2025 y ha obligado a revisar a la baja la proyección inicial.

Hipótesis

Funcas sostiene su escenario central sobre la base de tres hipótesis: mantenimiento de los aranceles generales del 10%, sin aplicación de medidas recíprocas por parte de Europa; una guerra comercial más intensa con China, aunque con cierto margen para suavizar restricciones clave. En este marco, considerando el primer escenario, el impacto total de la guerra comercial en el crecimiento español sería de siete décimas: 2,5 se atribuyen al golpe directo sobre las exportaciones y 4,5 a la desaceleración de la economía norteamericana y sus derivadas en el comercio global. “Nuestra exposición al comercio con Estados Unidos es relativamente pequeña”, matizó Ocaña, “pero el daño viene del impacto si el resto de Europa se estanca o incluso se contrae, si se mantiene la incertidumbre”.

Aun así, la economía española sigue mostrando un diferencial positivo respecto a sus socios europeos. “Seguiremos creciendo por encima del 2% este año”, subrayó Ocaña. “Es un nivel indudablemente cómodo, confortable, sobre todo si nos comparamos con lo que está ocurriendo globalmente”. De hecho, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento del 0,7% para la eurozona en 2025, frente al 2,3% español.

Crecimiento por el consumo

Este crecimiento, sin embargo, será menos equilibrado que en ejercicios anteriores, ya que dependerá casi exclusivamente de la demanda interna. En los tres últimos años, más del 30% del crecimiento del PIB español provino del sector exterior. Ahora, este componente restará tres décimas en 2025 y otras tantas en 2026. “Ese viento favorable que venía del exterior ha cambiado completamente de dirección”, avisó Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas.

Dentro de la demanda interna, Funcas destacó el vigor del consumo privado, que aportará 1,7 puntos al crecimiento de este año. Según explicó Ocaña, los hogares seguirán aumentando la renta disponible, en parte por el ahorro acumulado durante los últimos dos años, cuando la tasa de ahorro alcanzó el 13,6% de la renta disponible bruta, “un porcentaje que duplica la tasa histórica”. El consumo público también aumentará ligeramente -su contribución será modesta (0,4 puntos)- por la prórroga presupuestaria y las limitaciones de liquidez de las administraciones territoriales.

Inversión en vivienda

La inversión sumará medio punto al PIB este año, con un perfil desigual entre sus componentes. El mayor empuje vendrá de la construcción residencial, que muestra señales claras de reactivación. Según explicó Raymond Torres, “se ha iniciado un ciclo de construcción de viviendas”, aunque todavía insuficiente para cubrir el déficit habitacional existente. En su opinión, indicadores como el número de viviendas iniciadas, el consumo de cemento o el repunte en las promociones terminadas apuntan a un nuevo ciclo en marcha. Sin embargo, la inversión en bienes de equipo -clave para la modernización del tejido productivo- continuará lastrada por la incertidumbre económica global y la prudencia de los inversores. “En un contexto tan incierto, se frenan las decisiones de inversión más estratégicas”, advirtió Torres.

En el polo opuesto, las exportaciones se verán afectadas por la combinación de aranceles y apreciación del euro. El comercio de bienes es el más expuesto, mientras que los servicios no turísticos también perderán dinamismo. Funcas estima una pérdida de competitividad en el mercado estadounidense del 20% al sumar los aranceles y el efecto del tipo de cambio. En paralelo, los intentos de reubicación de productos asiáticos expulsados de EEUU aumentarán la presión competitiva sobre el mercado europeo.

Inflación y empleo

Funcas prevé una moderación de la inflación: la tasa media será del 2,3% en 2025 y del 1,9% en 2026. Según sus hipótesis, esta evolución se verá favorecida por el abaratamiento de hidrocarburos, la apreciación del euro y la entrada de productos importados más baratos, en un contexto de competencia creciente. El escenario contempla también un recorte de tipos por parte del Banco Central Europeo, lo que situaría el Euríbor en el 2% a final de este año y en el 1,75% en 2026.

Este contexto afectará al vigor del mercado laboral, aunque España seguirá creando empleo. El think tank estima la generación de 360.000 puestos de trabajo netos anuales en el bienio, por debajo del promedio de 550.000 registrado en los últimos dos años. En este sentido, Ocaña avanzó que estimas que la tasa de paro pueda perder los dígitos en 2026 -bajaría por debajo del 10%-, seis décimas menos que en su anterior previsión. Esta evolución, según el centro de análisis, responde al impulso de la demanda interna, en especial del consumo privado y la inversión residencial, que sostienen el dinamismo del mercado de trabajo pese a un entorno internacional menos favorable.

Déficit y defensa

En cuanto a las cuentas públicas, Funcas proyecta un déficit del 2,9% en 2025, que se reduciría tres décimas si se excluyen los efectos de la DANA. Para 2026, el desequilibrio fiscal se mantendría en el 2,8%, mientras que la deuda pública seguiría rondando el 100% del PIB. La fundación advierte, además, de que estas previsiones no incorporan el plan de 10.471 millones en gasto en defensa presentado ayer por Pedro Sánchez. “No disponemos de información suficiente para saber si esos 10.000 millones se ejecutarán este año o en dos ejercicios”, advirtió Torres.

Tampoco está claro, de momento, qué parte de ese gasto podrá computarse como inversión dual -es decir, compatible tanto con objetivos de defensa como con otros ámbitos civiles, como el clima o la tecnología- ni en qué proporción. “Queda todavía un remanente que posiblemente sea gasto neto”, advirtió Torres, subrayando la falta de detalles sobre cómo se integrará esta partida en los presupuestos sin afectar al déficit.

Peor escenario

Funcas advierte de que, en un escenario menos benévolo, en el que la guerra comercial y la incertidumbre se prolongan en el tiempo, el coste para la economía española podría alcanzar los 1,2 puntos de PIB entre 2025 y 2026. En ese caso, el crecimiento sería del 2% este año y del 1,4% en el próximo. El margen de error, advierte Funcas, es más amplio de lo habitual y, sobre todo, “a la baja”, como aclaró Ocaña.

El crecimiento de la economía española encara un bienio condicionado al contexto exterior. “El margen de error de las previsiones esta vez no lo marcan los datos, sino las decisiones que se tomen -o no- al otro lado del Atlántico”, resumió Ocaña. Y en eso, poco puede hacer la macroeconomía.

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