La adquisición de un automóvil nuevo es una decisión importante que implica no solo el costo inicial del vehículo, sino también una serie de impuestos y tasas que deben ser considerados por los compradores. Desde el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) hasta el Impuesto de Matriculación, entender los impuestos asociados a la compra de un coche nuevo es fundamental para evitar sorpresas financieras.
Impuestos a asumir por la compra de un vehículo
Un grupo de coches en un concesionario (Pexels)
Al comprar un coche nuevo, los compradores deben tener en cuenta varios gravámenes que se suman al precio de venta del vehículo. Entre los más relevantes se encuentran:
- Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): El IVA es uno de los más conocidos y aplicados en la compra de bienes y servicios en España. Para los vehículos nuevos, el tipo de IVA aplicable es del 21% sobre el precio de venta, aunque existen algunas excepciones para vehículos eléctricos e híbridos, que pueden tener un tipo reducido del 10%. Por otro lado, las personas con movilidad reducida solo pagarán un 4% de este impuesto.
- Impuesto de Circulación: El de Circulación, también conocido como Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), es un impuesto municipal que debe ser pagado anualmente. Su cuantía varía según la potencia fiscal del vehículo, su antigüedad y el municipio donde esté registrado. Este impuesto es independiente de la compra del vehículo, pero debe ser considerado como parte de los costos asociados a la propiedad del mismo.
- Impuesto de Matriculación: El de Matriculación es un gravamen estatal que se aplica a la compra de vehículos nuevos en función de sus emisiones de CO2. Los vehículos que emiten menos CO2 están exentos de este impuesto, mientras que los que emiten más están sujetos a un porcentaje sobre el precio de venta que varía según el nivel de emisiones.
¿Qué pagamos si el coche es de segunda mano?
Un conjunto de coches en circulación (Pexels)
En el caso de la compra de un coche de segunda mano, los gravámenes a pagar son diferentes a los de un vehículo nuevo. Principalmente:
- Circulación: Al igual que en el caso de los vehículos nuevos, el de Circulación también se aplica a los vehículos de segunda mano. Sigue las mismas reglas y se paga anualmente en función de la potencia fiscal del vehículo y el municipio de registro.
- Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP): En lugar del IVA, en la compra de un vehículo de segunda mano se debe pagar el ITP. Este gravamen es gestionado por las comunidades autónomas y su cuantía varía según la comunidad, pero generalmente oscila entre el 4% y el 8% del valor del vehículo.