El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que la compañía va a tratar de “buscar mecanismos” que le permitan seguir con su actividad en Venezuela, a pesar de la decisión del Gobierno de Donald Trump de revocar los permisos y exenciones concedidas a varias empresas petroleras, incluida la española, para exportar crudo desde ese país.
En su participación en el evento ‘Wake Up, Spain!’ organizado por ‘Invertia-El Español’, Imaz afirmó que Repsol mantiene un “diálogo abierto y fluido” y con “relación directa con las autoridades americanas”.
“Vamos a ver si somos capaces de buscar mecanismos que puedan permitir que sigamos con nuestra actividad en este país, que nunca ha sido fácil, pero que, lógicamente, tenemos también una responsabilidad en la medida en la que prácticamente una parte importante del sistema eléctrico del país también depende de nuestra producción”, recordó.
Y es que el ejecutivo de la energética indicó que Repsol lleva 32 años presente en Venezuela, donde, principalmente, es productor de gas natural, que representa casi el 85% de su producción en el país.
A este respecto, señaló que en los últimos 10-15 años la presencia en el país caribeño ha estado marcada por “muchas vicisitudes” y aseguró que Repsol siempre ha tenido una cosa “clara”, que es el cumplimiento con la legislación, “la venezolana y la internacional”.
“Hemos estado en todo momento y estamos a lo largo de todos estos años muy cerca de la Administración americana con total transparencia y colaboración. Siempre hemos, por supuesto, respetado y respetaremos todo el ámbito de la legislación internacional relativa a sanciones”, dijo.
Imaz defendió tener una “visión atlántica de la vida”, que pasa por “crear un espacio de valores, democracia, derechos humanos, de seguridad jurídica y también de equilibrio de poderes”. “Y yo creo que eso lo representamos en Europa y en Norteamérica”, añadió al respecto.
A favor de mantener operativa la nuclear
Por otra parte, Imaz consideró que España necesita la energía nuclear y mostró su confianza en que el Gobierno tomará “las decisiones correctas” y está tecnología continuará operativa en el país.
“A mí me daría mucha pena, y creo que también es mi responsabilidad decirlo, que podamos perder proyectos como un Almaraz, por ejemplo”, aseguró, en referencia al calendario acordado de cierre de la nuclear, que prevé la clausura del parque de esta tecnología entre 2027 y 2035, empezando por el primer reactor de la planta extremeña.
Y es que Imaz valoró las bondades de las renovables, pero subrayó que estas energías son intermitentes y necesitan una energía base que, excluido el carbón, solamente puede darla la nuclear y el gas natural. “Si cerramos la nuclear, vamos a usar más gas, vamos a depender más de las importaciones de gas y vamos a generar más emisiones”, advirtió.