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La fiebre del oro contagia a la plata mientras el platino espera su momento

En un año en que el oro ha roto todas las expectativas con una subida anual del 26%, no es el único metal precioso que está dando que hablar

En un año en que el oro ha roto todas las expectativas y cotiza por encima de los 3.300 dólares la onza con una subida anual del 26%, no es el único metal precioso que está dando que hablar. La plata y el platino también están en el radar de los inversores este año, aunque con dinámicas muy distintas entre sí. Mientras que la plata sorprende con una escalada consistente en su cotización, el platino mantiene un tono más apagado, ofreciendo un campo fértil para quienes buscan anticiparse al mercado.

La plata: ¿la gran alternativa al oro?

La plata ha tenido un comportamiento robusto en lo que va del año, con una subida cercana al 10%. Más allá de su carácter de refugio, su fuerte uso industrial (en tecnología, energías renovables y automoción) le otorga un atractivo particular. Firmas como Jupiter AM destacan que la combinación de escasez estructural y fuerte demanda industrial hacen de la plata una apuesta con base sólida.

Aunque UBS se muestra más cauto y ha rebajado sus expectativas para la plata, la firma suiza prevé que una vez que inicie un movimiento alcista firme, “su recorrido podría ser rápido” debido a su actual infravaloración frente al oro. La relación oro/plata, una métrica clásica que compara cuánto cuesta una onza de oro frente a una de plata, sugiere que esta última tiene aún mucho margen para recuperar terreno.

Y no es solo teoría. El interés renovado por los ETF (fondos cotizados) de plata, como iShares Silver Trust o Sprott Physical Silver Trust que acumulan ganancias del 16% respectivamente, es un indicio de que los inversores minoristas e institucionales están buscando alternativas al costoso oro. También ha ganado atractivo el fondo Global X Silver Miners ETF. Con una revalorización del 37% en los últimos doce meses, este fondo cotizado permite apostar por la evolución del metal o por el desempeño de empresas del sector. Otra vía es la inversión directa en compañías mineras como First Majestic Silver o Pan American Silver, que suelen beneficiarse desproporcionadamente cuando la cotización del metal se dispara.

La plata física, en forma de lingotes o monedas, sigue siendo una opción popular para quienes buscan un activo tangible. Aunque requiere almacenamiento seguro y puede tener costes adicionales, ofrece una conexión más directa con el activo y una sensación de seguridad que muchos valoran en tiempos convulsos.

Precio del oro - Economía
Una imagen simbólica del precio del oro en Estados Unidos
Shutterstock

El platino, una apuesta industrial

Por su parte, el platino no ha tenido un comienzo de año tan brillante. En abril, su precio ha retrocedido desde los 987 dólares hasta los 895 por onza. En euros, la caída ha sido similar, lo que ha enfriado el entusiasmo de algunos inversores. Aun así, no todo está perdido. La oferta de platino es limitada. Está concentrada en países como Sudáfrica y Rusia, y su demanda industrial, especialmente en la automoción para la fabricación de catalizadores, sigue siendo robusta. La situación económica en China y la fortaleza del dólar influyen también de forma relevante en su cotización.

Aunque UBS ha revisado a la baja sus previsiones para el platino, prevé que el metal alcance los 1.023 dólares por onza en los próximos 12 meses. Esto abre la puerta a estrategias de inversión más tácticas, pensadas para capitalizar una eventual recuperación. Los analistas coinciden en que, si bien al platino le falta ahora una narrativa potente que lo impulse como al oro o la plata, su escasez y sus usos industriales podrían jugar a su favor a medio plazo.

Para quienes quieran diversificar con platino, existen varias alternativas. Comprar platino físico, ya sea en monedas o lingotes, es la más directa, aunque conlleva mayores costes y menos liquidez que el oro o la plata. Otra opción son los ETF como WisdomTree Physical Platinum o Xtrackers Physical Platinum, que replican el precio del metal o invierten en empresas relacionadas. Por último, están las acciones de compañías mineras como Anglo American Platinum o Impala Platinum, que ofrecen un mayor potencial de rentabilidad, pero también implican una mayor tolerancia al riesgo.

En ambos metales, la elección del vehículo de inversión dependerá del perfil del inversor. Los ETF ofrecen liquidez y fácil acceso; las acciones de mineras pueden multiplicar beneficios en ciclos alcistas; y el metal físico ofrece la seguridad de un activo tangible.

Invertir en metales preciosos no es solo una estrategia de diversificación, sino también una forma de protección frente a escenarios económicos turbulentos. En épocas en los que la inflación todavía podría dar más de un susto, desaceleración económica o incertidumbre política, estos activos tienden a conservar su valor e incluso apreciarse, sirviendo como escudo para las carteras más conservadoras.

Además, su liquidez global y la posibilidad de acceder a ellos mediante múltiples vehículos, físicos o financieros, los convierten en una opción versátil y accesible para todos los públicos.

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