Donald Trump ha puesto en marcha la maquinaria para que EEUU tenga su primer fondo soberano a nivel federal tan pronto como sea posible. El presidente ha firmado una orden ejecutiva para que su Administración estudie cómo hacerlo viable, con lo que dicho fondo podría nacer tan pronto como dentro de doce meses.
La medida suscita sorpresa, más en “un contexto de desglobalización y proteccionismo” que, en buena medida, impulsa el propio Trump con su política arancelaria. Sin embargo, Carlos Balado, profesor de la OBS Business School y director de la consultora Eurocofin, matiza que “desde una perspectiva económica y financiera, estos fondos son una garantía de estabilidad”.
Superávit
Los fondos soberanos son un vehículo mediante el que los estados invierten, tanto fuera del país de origen como en el ámbito interno. A diferencia de otro tipo de fondos, los soberanos buscan, además de maximizar el rendimiento de sus inversiones, conseguir estabilizar las economías de sus países de origen. Por ejemplo, suavizando el impacto de posibles crisis, como pandemias o guerras, o desafíos medioambientales: los fondos de Arabia Saudí y Catar están apostando por recursos hídricos ante la escasez mundial de agua.
Se nutren del capital que proviene de la exportación de materias primas como petróleo o gas, de la comercialización de metales preciosos, o bien del superávit presupuestario del país en cuestión. A Trump no le queda otra que fiar la consolidación de este fondo soberano a lo que ingrese el país en aranceles: EEUU cerró 2024 con un déficit cercano al 6,4% de su PIB.
Esa es la razón por la que España tampoco tiene un fondo soberano, más allá de que el Estado esté entrando en compañías “estratégicas” como Telefónica mediante la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). Este vehículo inversor no puede considerarse como tal porque tiene un objetivo defensivo: en el caso de Telefónica, el objetivo era diluir la entrada de la teleco STC en el accionariado de la multinacional española. STC está participada mayoritariamente por el fondo soberano saudí.
De hecho, uno de los primeros propósitos que podría tener el fondo soberano estadounidense sería comprar las operaciones de TikTok en el país. En España, algo ligeramente análogo sería ese escudo antiopas que el Gobierno consolidó tras la pandemia. La receta difiere, aunque el objetivo es el mismo: soberanía estratégica.
Fondos con músculo
Los fondos soberanos están en buena forma. En 2023 alcanzaron los 13,6 billones de dólares en activos, casi nueve veces el PIB de España. También ese año, según un informe de IE University e ICEX-Invest in Spain, España fue el sexto receptor mundial de inversiones de fondos soberanos: 6.900 millones de euros en 13 operaciones distintas.
La cifra mejoraba la de 2022 en un 140%: el año anterior España contabilizó 2.900 millones de euros en inversiones de fondos soberanos. 2023 fue el mejor año de la serie histórica, solo superado por 2011, cuando Mubadala, un fondo soberano de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) se hizo con el 100% de Cepsa, ahora Moeve.
Descarbonización y digitalización, las claves de España
El histórico de operaciones de los fondos soberanos en España también refleja el enorme interés que el país genera para este tipo de vehículos de inversión, sobre todo en sectores como el turismo, las renovables o las infraestructuras digitales, como evidencia el caso de Telefónica. Cabe pensar que esas operaciones seguirán “aumentando”, “especialmente en España, en un proceso de descarbonización con posibilidades de generar infraestructura y posibilidades de inversión”, incide Balado.
Iberdrola también es muestra de ello. El fondo soberano catarí todavía es su principal accionista, desde que en 2011 comprara el 6% de la eléctrica por 2.000 millones. La firma que preside Ignacio Galán cerró en 2023 alianzas con el GIC, el fondo soberano de Singapur, y con Masdar, una compañía de Mubadala. Ya el año pasado, recibió una inversión de 307 millones en una cartera de activos renovables del fondo soberano noruego, el más grande del mundo en capitalización.
Qué grandes fondos soberanos están en España
Buena parte de los “seis magníficos” (los mayores fondos soberanos del mundo en activos) están presentes en España. Además del noruego (con posiciones muy diversificadas en banca, vivienda, hoteles, energía e incluso retail), también está presente la Autoridad de Inversión de Abu Dabi (que está en el sector inmobiliario y turístico con alianzas con Meliá), o el Fondo de Inversión Público de Arabia Saudí (Telefónica, con Stc).
Pocas mujeres
Las cifras de estos fondos, además, son mareantes. El fondo noruego rompió a finales de 2024 el récord de los 1,7 billones de euros, duplicando su valor en apenas un lustro, gracias a, fundamentalmente, sus ingresos en gas y petróleo. La Autoridad de Inversión de Abu Dabi linda los 1,1 billones. El saudí, supera los 925.000 millones. El GIC de Singapur, los 847.000 millones. El Qatar Investment Authority, los 510.000 millones.
La máxima responsable del fondo noruego es la gobernadora del banco central del mismo país, Ida Wolden Bache. También hay otra mujer en el comité ejecutivo del GIC de Singapur, Jeanette Wong. No sucede lo mismo en los fondos soberanos de Oriente Medio.
Quedará por ver si el futuro fondo soberano de EEUU tendrá el mismo interés por España que el que han mostrado otros players. Es “un tanto chocante”, recalca Carlos Balado, refiriéndose a cómo crecen las suspicacias a fondos soberanos a medida que avanza el proteccionismo, pero “es una señal muy positiva que España sea atractiva para estos”.