La economía española necesita mujeres como Natalia Rodríguez, fundadora de Saturno Iabs, laboratorio pionero en investigación en inteligencia artificial, o Sara Correyero, cofundadora de IENAI SPACE, cuyos módulos de propulsión eléctrica para pequeños satélites evita que estos choquen entre sí y no haya basura espacial.
Ellas son parte de una minoría de 26.000 mujeres que lideran proyectos de emprendimiento innovador y cuyo talento representa solo el 26% de este ecosistema en el que compiten con 73.000 hombres.
Esta brecha de género en el emprendimiento innovador costó 5.300 millones de euros a la economía española en 2023, el equivalente al 0,43% del Producto Interior Bruto (PIB) de España. Se trata de un emprendimiento con gran impacto por el valor añadido de los proyectos.
Si se considera el universo del emprendimiento en general, donde ellas suman 922.000 personas frente a 1.100.000 hombres, el coste de la brecha de género se eleva hasta 16.400 millones de euros (1,34% del PIB), según el estudio Coste de oportunidad de la brecha de género en el emprendimiento innovador, elaborado por Afi e impulsado por Redeia para ClosinGap.
“La desigualdad de género no solo es injusta, sino que, además, nos sale cara“, reconoció la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, en la presentación del estudio.
El origen de esta brecha de emprendimiento tecnológico se resume en cinco factores: menor número de niñas y jóvenes con interés por la tecnología, menos autónomas y emprendedoras, más baja participación de ellas en profesiones innovadoras, la falta de referentes femeninos y el menor acceso a la financiación de los proyectos tanto pública como privada.
“La solución a esta situación debe enfocarse desde la educación para favorecer las vocaciones femeninas en áreas técnicas. Una ingeniera no se ‘fabrica’ de la noche a la mañana“, explicó Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, líder en talento femenino a pesar de operar en un sector masculinizado.
En la compañía, las mujeres son mayoría en el consejo de administración y alcanzan el 50% en la alta dirección (en la media del Ibex 35 es del 25%), mientras que en los puestos de menor cualificación se sitúan en el 29% ante la dificultad de ficharlas, “nos peleamos todos por las mismas especialistas”.
“Cuotas evidentemente, gracias a eso tendremos un 40% de hombres en todos los equipos directivos, porque está claro que las mujeres vamos a alcanzar el 60%”
“Cuotas evidentemente, gracias a eso tendremos un 40% de hombres en todos los equipos directivos, porque está claro que las mujeres vamos a alcanzar el 60%”, se mostró convencida Corredor, que insistió en la importancia de romper estereotipos y apoyar financieramente proyectos impulsados por mujeres que tienen un gran impacto social.
Financiación
Las mujeres emprendedoras reciben menos apoyo financiero a pesar de que requieren menos capital semilla inicial -la inversión media de sus proyectos de carácter innovador es de 67.279 euros, un 11% menos en comparación con los 74.779 euros en los fundados por los hombres-, según datos del Observatorio del Emprendimiento de España.
Otro dato corrobora esta realidad: en 2023, solo el 7% de las rondas de financiación en Europa se otorgaron a equipos fundados exclusivamente por mujeres, a pesar de que las startups fundadas por ellas generan un 10% más de ingresos que las fundadas por hombres y fracasan en un 27% menos de los casos que ellos.
Uno de los problemas es la falta de mujeres en posiciones de toma de decisiones de inversión. Las inversiones capitaneadas por hombres superaron los 13.500 millones de euros entre
2018 y 2023, mientras que aquellas lideradas por mujeres se situaron en el entorno de los 661 millones de euros.
De ahí, la necesidad de iniciativas como WA4STEAM, una comunidad internacional de business angels inversoras, que buscan ampliar la presencia empresarial liderada por mujeres en los campos STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Arquitectura y Matemáticas) y que en sus seis años de vida ha analizado 300 proyectos liderados por mujeres, que se han materializado en una inversión de 2,7 millones de euros en 30 startups femeninas.
“Hay un sesgo inicial en función de si la persona que presenta un proyecto es un hombre o una mujer”, explicó Marisol Santana, vicepresidenta de WA4STEAM. Así, a ellos en la presentación del proyecto se les pregunta por las posibilidades de crecimiento, mientras que a ellas por la mitigación de riesgos. “Y si a una empresa le preguntas por expectativas tiene más posibilidades de conseguir financiación”, admitió.
Referentes
“Necesitamos referentes que inspiren en el emprendimiento a otras mujeres con su experiencia y aprendizajes”, señaló Lucila García, directora general de ClosinGap. La falta de referentes es algo que han vivido en primera persona Natalia Rodríguez de Saturno Labs y Sara Correyero de IENAI SPACE
“Según vas teniendo más ambición por progresar el porcentaje de mujeres cae en picado“, explicó Sara Correyero. Ella estudió ingeniera espacial, una carrera en la que las mujeres suponen el 30%, sin embargo cuando decidió doctorarse era la única mujer en un claustro de 40 personas. “Tampoco he visto mujeres en el sector espacial cuando decidí montar mi empresa e ir a eventos, ferias comerciales o encuentros científicos. Hay que conseguir que las mujeres se mantengan”, insistió.
Para Natalia Rodríguez, es importante trasladar a las niñas y jóvenes que la ingeniería tiene impacto social y que es un ámbito muy creativo. “Pocos proyectos me han dado tantas satisfacciones como la tecnología aplicada a la medicina, comopor ejemplo en la mejora de los tratamientos oncológicos con la aplicación de la IA”, subrayó.
Entretanto y para incentivar el emprendimiento innovador y especialmente el femenino podemos aprender de otros países como Suecia donde la palabra ‘fracaso’ no existe sino que se ve como experiencia, según recuerdó el CEO adjunto de Kreab Worldwide, Eugenio Martínez.