La violencia financiera contra las mujeres es la tercera manifestación más frecuente de violencia de género en España y sin embargo, no está reconocida legalmente. Y tampoco existe jurisprudencia al respecto, únicamente cinco sentencias en los tribunales superiores que la mencionan. En el ámbito penal, esta forma de abuso se vincula principalmente con el delito de impago de pensiones. A pesar de que este tipo de violencia económica afecta al 11,5% de las mujeres en España, con más de 2,3 millones de víctimas.
“La violencia económica no está recogida de modo expreso en el ámbito de la Ley Orgánica 1/2004 de Violencia de Género”, a pesar de que España ratificó en el año 2014, el Convenio de Estambul en que se incluye esta modalidad, concluye el estudio ‘Violencias Económicas y Salud Financiera’, de la Fundación Nantik Lum y la Universidad de Oviedo, que analiza los avances normativos sobre la violencia económica en el derecho internacional, comparado y español con motivo del Día de la Educación Financiera (7 de octubre).
En este sentido, recuerda que el Convenio del Consejo de Europa sobre Prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, conocido como Convenio de Estambul -se ratificó en dicha ciudad en mayo de 2011- está vigente en España desde 2014. Dicho convenio considera como actos de violencia basados en el género que implican o puedan implicar para las mujeres daños o “sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad en la vida pública y en la privada”.
A pesar del reconocimiento internacional de dicho convenio, no solo no está señalada la violencia económica como modalidad de violencia de género, sino que tampoco se observa que se haya producido una modificación en el Código Penal para regular este tipo de violencia contra la mujer.
“Aún no se ha desarrollado de manera específica en el marco normativo penal español, siendo el Tribunal Supremo y la jurisprudencia menor las que abordan el tratamiento de este tipo de abuso, si bien aún de manera demasiado tibia”, recalca Javier Fernández Teruelo, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo y experto en violencia de género.
Ámbito penal
En el ámbito penal, esta forma de abuso se vincula principalmente con el delito de impago de pensiones. Desde 2014, sólo dos sentencias y un auto del Tribunal Supremo refieren este tipo de violencia y únicamente una sentencia incluye literalmente el término de ‘violencia económica’ -“todo ello determina que podamos denominar a estas conductas como violencia económica cuando se producen impagos de pensiones alimenticias”-.
Tras el análisis de la jurisdicción civil y de los tribunales de superiores de justicia de las comunidades autónomas, el estudio alerta de que muchas sentencias desestiman la violencia económica, citando razones como la falta de pruebas, la percepción de que el impago de pensiones no es violencia económica a menos que se combine con otros tipos de abuso, y la idea de que las mujeres afectadas son económicamente independientes.
Para los autores del estudio, estas deficiencias legales y judiciales ponen de manifiesto la importancia de abordar con urgencia la violencia económica de manera integral en España, pues existe una relación directa entre el conocimiento financiero y la violencia económica: las mayores competencias financieras e independencia económica disminuyen la probabilidad de sufrir este tipo de violencia.
Según un estudio reciente del Banco de España, el 81% de los españoles no poseen conocimientos básicos sobre competencias financieras, siendo las mujeres las que presentan un mayor desconocimiento. Sólo un 37% de las mujeres afirma sentirse segura sobre sus conocimientos financieros generales. El resto (63%) se siente vacilante, mientras que en el caso de los hombres este porcentaje se reduce en casi diez puntos, tal y como refleja un estudio de Mastercard.
Si bien las mujeres están familiarizadas y conocen los conceptos de `ahorro´ y `presupuestos´, cuando toca hablar de términos más complejos, como `hipotecas´, `inversiones´ o `pensiones´, más de la mitad admiten dificultad para entenderlos. Aunque ha habido avances y las mujeres han ganado independencia financiera, los datos de la firma de medios de pago reflejan lo que ha sido una tradición en los hogares españoles.
En el objetivo de revertir esta situación, prevenir y combatir la violencia financiera a través de la formación y el acompañamiento a mujeres, la Fundación Nantik Lum ha desarrollado un programa específico. “Es un programa de educación financiera desde una perspectiva de género y de acciones concretas con el fin de construir una sociedad más igualitaria”, detalla Lucía Medina Ruiz-Mateos, directora de la Fundación Nantik Lum.
Este programa de la Fundación Nantik Lum y la Universidad de Oviedo forman parte del Plan Nacional de Educación Financiera, una iniciativa colaborativa promovida por el Banco de España, la CNMV y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y en el que participan más de 45 instituciones cuya finalidad es mejorar la educación financiera de los ciudadanos.