A pesar de los esfuerzos de las instituciones europeas, las mujeres aún se encuentran en desventaja en el ámbito laboral. No solo ganan menos por motivos culturales y estructurales, sino que también tienen menos acceso a ciertos tipos de empleo, dedicando más tiempo a trabajos domésticos y de cuidados, que no están remunerados.
La brecha de empleo sigue siendo una triste realidad en la Unión Europea. Según las cifras de la Comisión en 2022, el 80% de los hombres en edad laboral estaban empleados, superando en un 69,3% a las mujeres, es decir, por 10,7 puntos. En 2023, la situación mejoró lentamente, con diferencias notables entre países del bloque. La brecha disminuyó en tan solo 0,1 puntos entre el tercer y cuarto trimestre.
"La brecha de género en el empleo en España (ES) en alrededor del 10%, lo que supone duplicar la media de la Unión Europea (UE), que es de aproximadamente 5%"
Lituania mostró la menor brecha de empleo de género, con solo 0,8%, seguida de cerca por Finlandia (1,2), Estonia (2,9) y Letonia (3,1). Estos cuatro países destacan por tener brechas que no superan los 5 puntos, indicando mayor igualdad de género en el mercado laboral. Por otro lado, Rumanía (18,6), Italia (19,7) y Grecia (21,0) registraron las mayores brechas, todas superando los 18 puntos.
Para la UE en su conjunto, la tasa de empleo para las mujeres aumentó del 60,6% en 2009 al 69,3% en 2022, mientras que, para los hombres, la tasa creció más lentamente, del 74,0% al 80,0%. Además, hay una diferencia clave entre hombres y mujeres en el trabajo a tiempo parcial; en 2022, el 27,8% de las mujeres en edad laboral trabajaba a tiempo parcial, en comparación con solo el 7,6% de los hombres. Las responsabilidades de cuidado de niños o adultos con discapacidad fueron una de las principales razones para esta brecha.
Alemania y Francia, grandes brechas salariales
Hay un segundo problema relacionado con la desigualdad de empleo: la brecha salarial. Según Eurostat, en la Unión Europea fue del 12,7% en 2022, lo que indica que las mujeres ganaban en promedio el 87,3% de lo que ganaban los hombres por hora. Tendrían que trabajar 1,5 meses más que los hombres para alcanzar la misma remuneración.
La cifra varía entre los Estados miembros del bloque: Estonia presenta la brecha más alta con un 21,3 %, seguida de Austria (18,4 %) y Suiza y la República Checa (ambos con 17,9%). También son sorprendentes las profundas desigualdades en países como Alemania, con un 17,7%, y Francia, con un 13,9 %. Ambos superan el promedio de la UE y destacan entre los países más importantes del bloque por su elevado nivel de desigualdad salarial.
Empleos con menor remuneración
¿A qué se deben estas diferencias? En muchos países, las mujeres están sobrerrepresentadas en ocupaciones de baja remuneración, como el cuidado, la salud y la educación, mientras que los hombres predominan en sectores mejor remunerados, como la tecnología y la ingeniería. Este fenómeno también se refleja en la segregación ocupacional, donde las mujeres ocupan posiciones de menor rango dentro de los mismos sectores. Además, aunque en muchos casos es ilegal, la discriminación salarial sigue siendo un problema, ya que las mujeres reciben menos paga que los hombres por trabajo igual o de igual valor.
Pero hay ejemplos positivos y esperanza para lograr una igualdad plena. Luxemburgo, por ejemplo, es una excepción, con una brecha negativa del -0,7%, lo que indica que las mujeres ganan ligeramente más que los hombres. Entre los países con las brechas más pequeñas se encuentran Italia, Rumanía y Bélgica, todos con menos del 5%. En general, la desigualdad disminuyó lentamente en Europa durante la última década, reduciéndose en 3,7 puntos porcentuales desde el 16,4% en 2012. La excepción son seis países, Eslovenia, Letonia, Polonia, Malta, Suiza y Lituania, donde la brecha ha aumentado.
La Comisión Europea se ha fijado como meta reducir a la mitad la disparidad salarial entre hombres y mujeres para el 2030. El avance es continuo, aunque a un ritmo pausado. Durante el período de 2012 a 2022, la diferencia salarial por género en la Unión Europea se redujo en 3,7 puntos porcentuales, pasando de un 16,4% a un 12,7%.
España tuvo la mayor reducción en la brecha salarial, con un descenso de 10 puntos, alcanzando un 8,7 %. De esta manera, nos convertimos en uno de los países del bloque con menor desigualdad salarial, detrás de Italia (4,3%), Rumanía (4,5%), Bélgica (5%), Polonia (7,8%), Eslovenia (8,2%) y, por supuesto, Luxemburgo.
Mayores diferencias en el sector privado
La brecha salarial es mayor en el sector privado. Eurostat sugiere que esto podría deberse a que los sueldos en el sector público se basan en gran medida en escalas salariales transparentes y uniformes. La brecha fue mayor en el sector público únicamente en Portugal, Eslovenia y Finlandia. En Chipre hasta se observó una brecha negativa del -0,2%, lo que indica que las mujeres ganaban más que los hombres.
En el sector privado español, las mujeres ganan de media un 12,8% menos que los hombres. Y la República Checa presentó la mayor brecha salarial de género en el sector privado con un 20,5%, seguida muy de cerca por Alemania con un 19,9%. Esto implica que, en promedio, las mujeres ganan 80 € por cada 100 € que ganan los hombres en el sector privado alemán.