Las empleadas del hogar realizan numerosas tareas relacionadas con el cuidado y el mantenimiento de una vivienda. Sin embargo, muchas de ellas no solo no son valoradas en sus puestos de trabajo sino que tampoco tienen una situación laboral regularizada. De ahí que muchas no estén aseguradas. Sin embargo, este aspecto es obligatorio en caso de querer contar con los servicios de una persona empleada del hogar.
Estas personas realizan funciones específicas que pueden variar según el acuerdo entre el empleador y la trabajadora, pero generalmente se incluyen actividades como las tareas de limpieza y mantenimiento del hogar, lavado y planchado de ropa, cocina y preparación de alimentos, cuidado de niños o personas mayores, u otras tareas como la organización de espacios o jardinería.
Tipos de personas empleadas del hogar
Dependiendo de las necesidades del empleador y de las características del hogar, una empleada del hogar puede desempeñar distintos roles:
- Empleada de hogar interna: Vive en la casa del empleador, generalmente en régimen de 24 horas de trabajo, con tiempo libre por las tardes o los fines de semana.
- Empleada de hogar externa: Trabaja en el hogar del empleador durante un número determinado de horas al día (por ejemplo, 4 a 8 horas), sin vivir en la vivienda.
- Empleada de hogar por horas: Realiza trabajos puntuales o esporádicos, como limpieza general, de manera ocasional.
Las empleadas del hogar no suelen encargarse de tareas fuera de la casa (por ejemplo, trabajos fuera del hogar o en la oficina del empleador) o de actividades que requieren especialización (como reparaciones eléctricas, fontanería, etc.), a menos que se haya acordado expresamente. Sin embargo, dedican muchísimas horas a mantener el hogar limpio y con todas las tareas realizadas. De tal modo, desempeñan un papel crucial en el funcionamiento diario de muchas casas, realizando tareas que van desde la limpieza y el cuidado de la ropa hasta el cuidado de personas y niños