Febrero ha sido un revés para Bitcoin (BTC). La criptomoneda ha interrumpido su senda alcista batiendo su soporte de los 88.000 dólares, y conociendo suelos que no visitaba desde mediados de noviembre del año pasado, cuando la divisa empezó a dispararse tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU.
El BTC se ha movido en una horquilla de entre los 90.000 y los más de 105.000 dólares estos meses, hasta que el pasado miércoles 26 de febrero cayó por debajo de los 85.000. A finales de semana, lejos de seguir hundiéndose, la criptodivisa empezó a cotizar plana. Javier Molina, analista de Mercados de eToro, recuerda que no se debe olvidar que la volatilidad anualizada e histórica del Bitcoin asciende al 60%, lo que implica que “movimientos de variación del 4% o del 5% son normales”.
Con todo, en el acumulado de febrero el Bitcoin ha perdido en torno a un 15% de valor y su cotización ha caído por debajo de los 87.000 dólares. Haber superado ese umbral “no confirma automáticamente un colapso”, matiza Molina, pero “sí marca un nivel crítico para los alcistas”.
Pero, ¿qué ha pasado? Eduard Rosicart, profesor de la OBS Business School y CEO de Kaitaku Digital, habla de que se está viviendo “un punto crucial”. “Veníamos de la resaca de la llegada de Trump, que junto con Musk supuso un revulsivo. Ahora en febrero nos hemos encontrado con esta corrección”. Rosicart, y otros especialistas consultados por Artículo14, identifican tres claves.
Aranceles
Los aranceles que ya aplica la Administración Trump, más todos los que puedan venir después, están generando incertidumbre económica. Esto afecta a los inversores y, en consecuencia, a los mercados de riesgo como el cripto, señala Rosicart. Los factores geopolíticos y macroeconómicos están incidiendo en la volatilidad del Bitcoin, como reseña Manuel Villegas, analista en Julius Baer, pero no es el único factor que explica el actual escenario de la criptodivisa.
Aun así, la caída de la confianza de los inversores tiene su reflejo en la cotización de las cripto, y se hace notar en la mayor divisa por capitalización, que es el Bitcoin. El desplome en su cotización también se hila con los flujos de salida de capital de fondos que operan en mercados como este: muchos se están retirando. No es solo el temor a más aranceles, es la posibilidad de que la desaceleración de la economía estadounidense acabe siendo una realidad. Es el mismo fenómeno que explica la actual fiebre del oro.
Ciberataque
La puntilla a esta semana de caídas en Bitcoin la ha protagonizado un exchange de otra criptodivisa, Ethereum (la segunda en capitalización, por detrás de Bitcoin). ByBit sufrió un sofisticado ciberataque el viernes de la semana pasada. Se trata de una de las plataformas de intercambio de criptomonedas más populares del mundo, con más de 40 millones de usuarios. Los atacantes -algunos especialistas señalan a piratas informáticos con mecenazgo de Corea del Norte- lograron vaciar la billetera fría de la plataforma, vaciándola de 401 tokens. En otras palabras: llevándose un botín valorado entonces en 1.400 millones de dólares.

Un hacker sin identificar aprovechó un fallo de seguridad y robó 1.460 millones de dólares en cripto Ethereum.
Las billeteras frías cripto son sistemas desconectados de la red donde se almacenan divisas. Precisamente por estar desconectadas de la red son más seguras. Pueden ser dispositivos conectables, programas instalados en un ordenador o incluso papeles donde estén apuntados las credenciales. En los exchange estas billeteras frías asumen el rol de caja fuerte. Sucede que uno de los ejecutivos de ByBit sufrió un sofisticado ataque de phishing (los ciberdelincuentes hacen creer a su víctima que está accediendo a la billetera cuando en realidad está colocando las credenciales en un formulario cebo idéntico elaborado por los atacantes) que ha ocasionado este asalto.
ByBit no es el primer exchange que sufre un ataque de esta naturaleza y ha respondido a la altura, con transparencia y agilidad. Las autoridades están tratando de seguir el rastro del botín perdido por toda la blockchain. A pesar de los esfuerzos, el pánico ha cundido. Eduard Rosicart, el profesor de la OBS Business School, entiende que los titulares de un fenómeno como este calen en la gente. En realidad, no es que las criptomonedas sean inseguras. El eslabón débil siguen siendo las infraestructuras tecnológicas, aclara. De hecho, Manuel Villegas, de Julius Baer, advierte que con el alza en el mercado cripto los inversores podrían verse expuestos a un creciente número de estafas y ciberataques.
Memecoins
El presidente argentino Javier Milei protagonizó un escándalo alrededor de una estafa con criptomonedas hace unos días. Es el caso de $Libra. El mandatario compartió en sus redes sociales el nacimiento de un proyecto en torno a esos tokens y adujo que se trataba de una iniciativa que impulsaría a las pymes del país americano. Resultó ser una moneda meme, sin respaldo en la economía real, y acabó desplomándose y generando pérdidas a cientos de usuarios. Milei adujo que él no había recomendado nada, solo compartió información, aunque acabó borrando las publicaciones en redes sociales relativas al proyecto.
Además de ser un escándalo político, la situación también ha golpeado a los mercados cripto. Las monedas meme “minan la confianza” de los inversores, advierte Eduard Rosicart. Solana, una red blockchain muy popular para los impulsores de estas monedas meme, ha cerrado febrero perdiendo casi la mitad de su valor. Cotizaba en los 236 dólares a finales de enero y ahora se mueve en la horquilla de los 137 dólares.

$Melania, la memecoin de la esposa de Donald Trump.
Futuro
Las explicaciones ayudan a entender por qué Bitcoin ha pegado un frenazo este febrero. Sin embargo, el optimismo sigue apoderándose del mercado cripto. Este jueves, sin ir más lejos, el jefe de analistas de activos digitales de Standard Chartered, Geoffrey Kendrick, vaticinaba que Bitcoin alcanzaría el hito de los 200.000 dólares antes de que acabe 2025 y podría llegar a récords de 500.000 dólares antes de que Trump concluya su mandato. Parecen cifras astronómicas, pero no hay que olvidar que la criptomoneda alcanzó sus máximos históricos este mes de enero.