Unidad del sector de automoción español frente a dos desafíos inmediatos. Los fabricantes de vehículos, sus proveedores y los concesionarios españoles tienen una posición unánime y cargan contra la Unión Europea por los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos y las multas contempladas para las automovilísticas en la nueva legislación de emisiones contaminantes. La política medioambiental comunitaria se endurecerá a partir de 2025, concretando “multas millonarias” contra las automovilísticas que la incumplan. Así se puso de manifiesto en la jornada ‘Presente y futuro del sector de la automoción en España’ organizada por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Sociales y Económicos de Foment del Treball (Sbees), que ha tenido lugar en el CaixaForum de Madrid.
“China aporta un riesgo competitivo importante, pero la fortaleza de la industria europea está en el justo y libre comercio“, ha asegurado el director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall. La industria considera que el aterrizaje de las marcas procedentes del gigante asiático “es una oportunidad” a fin de conseguir un mayor desarrollo de la movilidad eléctrica en el Viejo Continente.
“Si los chinos van a querer estar aquí, van a tener que producir aquí (…) todos tendremos que salir reforzados”, ha añadido la secretaria general y directora de estrategia corporativa y sostenibilidad de Seat, Natalia Turón, una posición defendida también por los representantes de los proveedores (Sernauto) y los concesionarios (Faconauto) que esperan poder ampliar en el futuro cercano, en unos tres o cuatro años, su red de clientes.
“Hay que abordar el riesgo de que la demanda de vehículos eléctricos pueda no alcanzar los niveles que esperábamos”, ha apostillado sobre el futuro de la electrificación el director de relaciones institucionales de Ford Iberia, Fernando Acebrón, quien ha puesto en valor la decena de lanzamientos de coches eléctricos por parte del fabricante de Detroit entre 2021 y 2024 y las expectativas de llevar al mercado “otros 3 o 4 modelos” a lo largo de los próximos meses.
Desde Seat admiten que su “máxima preocupación” es llenar las fábricas tras una inversión de 10.000 millones de euros en España -por parte del conjunto del grupo Volkswagen-, 3.000 millones más en instalaciones industriales y “otros 300 millones” para impulsar una planta de fabricación de celdas de baterías.
Coordinación
“Si no existe la demanda suficiente, irremediablemente y ante las multas, nos vamos a ver obligados a reducir la producción de vehículos de combustión. Por eso, pedimos un apoyo general a la tecnología eléctrica, para que todo este cambio no se quede en un sueño“, han advertido desde el fabricante de origen español.
Y es que en estos momentos, desde el conjunto del sector, no observan un problema de oferta, sino de demanda, ya que el trabajo y la “urgencia” que queda por delante pasa por “hacer entender” a la sociedad en qué consiste un producto “diferente” como es un coche eléctrico. “O trabajamos todos en la misma dirección para animar a la sociedad, o vamos a dejar sola a la industria”, ha aseverado López-Tafall.
A su vez, la presidenta de Faconauto, Marta Blázquez, ha criticado que Europa multa a los fabricantes por incumplir las normas medioambientales, “pero no tiene un plan”, por lo que pide la supresión de las medidas punitivas contra la industria a fin de evitar “poner en riesgo” la cadena de valor del sector de la automoción y “todas las inversiones”. La realidad pasa, según el director general de Sernauto, José Portilla, por que “a lo largo de los próximos diez años” sigan conviviendo las nuevas tecnologías eléctricas con los motores de combustión, en este caso, los Euro 7 “más eficaces”.
También ha criticado que ninguna de las 17 fábricas de automóviles que hay en España son de marcas españolas y los centros de decisión de Renault y Stellantis están en París, por lo que, a su juicio, la receta para la industria nacional pasa por “seguir invirtiendo” en innovación tecnológica.
Optimismo en Aragón
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno de Aragón y consejera de Presidencia, Economía y Justicia, Mar Vaquero, se ha mostrado optimista ante el proyecto de la fábrica de baterías de Stellantis en Zaragoza. Ha defendido la importancia que tiene el sector de la automoción para la economía aragonesa. Lo ha hecho avalada por las cifras que posee actualmente, como los 12.000 millones de euros de facturación agregada, los 35.000 puestos de trabajo que generan y las más de 300 empresas que se dedican a esta actividad en las diferentes variables.
Para Mar Vaquero, la automoción es una actividad “estratégica” en el sector industrial, más en este momento en el que “esperamos que llegue la noticia de que Stellantis y CATL apuesten por instalar la gigafactoría de baterías para el vehículo eléctrico en Aragón“. “Conseguirá anclar un proyecto que desde hace más de 40 años ha sido transformador para la economía aragonesa. También lo que supone el impacto social de los miles de puestos de trabajo que genera y para toda la red de empresas suministradoras de componentes que hay alrededor de Stellantis”, ha recalcado.