Sobre todo por inesperado, el anuncio del Banco Sabadell de devolver su sede social a Cataluña ha causado en la comunidad autónoma un considerable revuelo político y económico. Político porque el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se apresuró a subrayar que este viaje de vuelta es la prueba de que su gobierno “va por buen camino” y económico porque, de inmediato, corrieron las especulaciones respecto a más regresos de empresas a Cataluña tras la fuga de empresas desencadenada por el procés independentista.
Ninguna empresa, claro, genera mayor atención que Caixabank, sin duda la más destacada de cuantas abandonaron en 2017 su sede social en Cataluña, en su caso —igual que el Sabadell— con el propósito de que el procés no dejara fuera a la entidad financiera del paraguas del Banco Central Europeo (BCE) y, por supuesto, con el de detener las retiradas de depósitos que se produjeron en los meses álgidos del puigdemontismo.
Las fuentes económicas consultadas coinciden en dos cosas respecto al regreso del Sabadell a Cataluña: favorecerá el retorno de otras empresas más pronto que tarde y ninguna de ellas será Caixabank, puesto que la entidad que dirige Isidro Fainé tiene más que claro que el 80% de su negocio está fuera de Cataluña y no ve conveniencia alguna en el viaje de vuelta. “Otra cosa es la Fundación La Caixa (con sede en Palma de Mallorca). Ahí quizá podría haber algún movimiento más adelante”, opinan en entornos empresariales.
Sabadell – PSC – PSOE
De lo que nadie duda es que la súbita decisión impulsada por el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha sido interpretada de forma unánime como una maniobra de supervivencia para frenar la OPA de BBVA. Illa es el primer interesado en proyectar que la Generalitat controlada por el PSC está logrando el regreso a Cataluña de las empresas que se marcharon y el Sabadell es un premio de caza mayor. Otras compañías como Laboratorios Ordesa, Red Points y la cementera Molins también han vuelto, pero no tienen el mismo impacto social ni económico.
Así que el Sabadell busca en este regreso un aliado en los socialistas y, en particular, en el Gobierno del PSOE para que active la fórmula que corresponda para impedir la OPA del BBVA. “El regreso del Banco Sabadell a Cataluña es una buena noticia. Estamos contentos y, si me lo permiten —lo digo con modestia—, confirma que vamos por buen camino: el del buen gobierno, el de la estabilidad institucional, el de la seguridad jurídica, el de la generación de confianza y el de mirar hacia adelante”, celebró Illa, de visita en Madrid con motivo de la feria de turismo FITUR.
La patronal catalana
Quien también mostró su entusiasmo fue el presidente de Foment del Treball, la gran patronal catalana. “Es una gran noticia porque este es un gran paso para que Cataluña vuelva a ser la locomotora de la economía española”, dijo a través de un comunicado su presidente, Josep Sánchez Llibre, quien también se ha marcado como objetivo que Cataluña recupere músculo empresarial en esta etapa de sosiego institucional en la Generalitat.
“Dije que muchas empresas relevantes volverían a Cataluña y esto se está cumpliendo, este es un gran paso para que Cataluña vuelva a ser la locomotora de la economía española”, añadió Sánchez Llibre, completamente convencido de que “habrá más noticias de retorno de empresas próximamente”.
A todo ello es ajeno CaixaBank, que insiste, tantas veces como haga falta, en que su domicilio en Valencia tiene “vocación de permanencia” y “no está sobre la mesa” nada semejante al regreso a Cataluña
Illa sabe de sobras cuál es la postura de la entidad presidida por Fainé. Pero su rumbo político no va a variar a este respecto. Quiere dedicar una parte sustancial de su mandato a recuperar el terreno perdido ante Madrid durante los años del procés y piensa desplegar todos los resortes políticos a su alcance para proyectar que la Cataluña seria y sin desvaríos está de vuelta y, con ella, las circunstancias adecuadas para invertir en su territorio y crear prosperidad económica.