Las relaciones económicas entre España y Estados Unidos viven uno de sus mejores momentos en la historia. Más allá de situaciones dramáticas para el sector afectado, que en el conjunto de los flujos comerciales quedan minimizadas, como los aranceles a las aceitunas negras, la realidad es que tanto los intercambios comerciales como las inversiones entre ambos países están en cifras récord. El resultado electoral marcará su futuro.
“A toda la Unión Europea, y a España en particular, le interesa una victoria de Kamala Harris frente a Donald Trump, quien ya ha anunciado una política proteccionista con un incremento de los aranceles a los productos importados desde la Unión Europa del 10% al 20%”, explica a Artículo14 Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano en Washington y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid.
Steinberg detalla que Donald Trump considera a la Unión Europea uno de sus rivales comerciales. Si finalmente resulta ganador tendrá impacto en las relaciones económicas entre ambas potencias a uno y otro lado del océano Atlántico. A ello se une, en el caso del candidato republicano, que España no es un país afín desde el punto de vista de relaciones políticas bilaterales. Trump está más próximo a países con gobiernos de extrema derecha, como Hungría o Italia en la Unión Europea.
Harris, continuidad
¿Y qué pasaría si gana Kamala Harris? Para Federico Steinberg implicaría continuidad y seguir la inercia establecida en los últimos años. Si bien, como recalca el investigador del Real Instituto Elcano, no está previsto un acuerdo de libre comercio. Actualmente no existe un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI) entre el España y los Estados Unidos; pero sí existe un Convenio para evitar la Doble Imposición y prevenir la evasión fiscal respecto de los impuestos sobre la renta, desde 1990. En 2019, se modificó este convenio con un nuevo Protocolo y su correspondiente Memorando de entendimiento.
En 2023, la tasa de cobertura en el comercio bilateral de bienes se sitúo en el 67%, casi once puntos porcentuales más que un año antes, según datos del ICEX. En lo que va de año (datos entre enero y abril de 2024) se sitúa en el 62%. Por capítulos arancelarios, las principales exportaciones españolas a Estados Unidos son máquinas y aparatos mecánicos (2.753 millones de euros, el equivalente al 14,6% del total, en 2023), combustibles y aceites minerales (12,9%), material eléctrico (8,9%), vehículos y tractores (6%) y grasas y aceites (4,3%).
¿Qué importamos? Principalmente combustibles y aceites minerales (casi 9.900 millones de euros en 2023, representado el 35% del total), seguido de productos farmacéuticos (22,5%) y maquinarias y aparatos mecánicos (8,5%). En lo que se refiere a servicios, el saldo es positivo para España en 8.222 millones de euros, casi un 45% más que un año antes gracias al buen desempeño de las exportaciones (15.400 millones de euros), mientras que las importaciones disminuyeron un 5,5% hasta poco más de 7.200 millones.
Inversión
En cuanto a los flujos de inversión, España representa casi el 20% del total de inversión estadounidense fuera del país. Casi 107.000 millones de euros, lo que supone de creación de más de 272.180 empleos directos. En el sentido opuesto, las empresas españolas han invertido alrededor de 82.000 millones, el 15% del total, que implica la generación de más de 85.250 puestos de trabajo directos en el país. En 2023, se invirtieron más de 6.600 millones de euros, un 47% más.
Entre las empresas españolas con mayores inversiones en Estados Unidos destacan Iberdrola, Ferrovial o ACS. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, a través de su filial Avangrid (100% de su propiedad), se ha posicionado como una de las tres mayores compañías de energías renovables en el país. Avangrid opera en 25 estados, gestiona más de 10.100 MW de capacidad de generación (más de 9.000 MW renovables) y más de 170.000 kilómetros de líneas eléctricas. Estados Unidos seguirá siendo prioritario en su plan inversor, con unos 14.350 millones hasta 2026.
Ferrovial, que desde el pasado 9 de mayo cotiza en el Nasdaq, concentra en este mercado el 80% de su actividad. A este destinó más del 71% de sus inversiones en 2023. El grupo está presente en Estados Unidos desde hace más de 20 años, con presencia en los estados de Texas, Virginia y Carolina del Norte, además está desarrollando la nueva terminal 1 del aeropuerto JFK de Nueva York.
En el caso de ACS, está presente a través de varias empresas que ha ido adquiriendo en los últimos años y también es este su mayor mercado. Un día antes de las elecciones, a través de su filial estadounidense Turner, la compañía presidida por Florentino Pérez informó del inicio de los trabajos de construcción de un gran complejo de centros de datos en New Albany (Ohio, Estados Unidos), cuya inversión total asciende a 2.000 millones de dólares (1.800 millones de euros).
El segundo mercado para Inditex
Para Inditex, la mayor cotizada española, Estados Unidos es su segundo mercado por detrás de España. La compañía presidida por Marta Ortega cuenta con un centenar de establecimientos de Zara en el país y seguirá creciendo. Según explicó recientemente su consejero delegado, Óscar García Maceiras, se potenciará la presencia de Massimo Dutti, una vez que se ha decidido su regreso a un mercado que abandonó una década atrás. Otra prueba de la relevancia de este mercado es su inclusión en el plan de lanzamiento de Zara Streaming, que se estrenó en España el pasado 25 de septiembre. Su rival Mango prevé alcanzar este año los 40 puntos de venta y que EE. UU. se convierta en uno de los cinco mercados en términos de facturación.
“Los inversores deben estar preparados para una mayor volatilidad en algunas partes del mercado y aquellos con exposición a sectores sensibles a las tensiones comerciales, deberán evaluar estrategias de diversificación o mitigación temporal de este evento”, advierte Rodrigo Cebrián, director de inversiones en Edmond de Rothschild (Europe) sucursal en España. En su opinión, Donald Trump supone un riesgo de aumento de la volatilidad a corto plazo. El miedo a retomar la guerra comercial, junto con la incertidumbre política, podría arrastrar la caída de algunos sectores europeos, particularmente orientados a la exportación.