El Gobierno era consciente desde 2019 de la necesidad de reforzar la red de transporte eléctrico. Ese año se inició el procedimiento de planificación que daría lugar al Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica (PDRTEE) 2021-2026, aprobado por el Consejo de Ministros en marzo de 2022, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), liderado entonces por Teresa Ribera. Dicho proyecto, prevé una inversión de casi 7.000 millones de euros, cuya ejecución por parte de Redeia va con retraso.
La orden ministerial previa con la que arrancó el proceso advertía ya de la necesidad de “una adecuada planificación de la red de transporte que permita la integración masiva de nueva generación renovable al ritmo necesario para alcanzar los objetivos […], garantizando la operación segura del sistema eléctrico”.
El Plan de 2022
El Plan 2021-2026 recoge el riesgo de desconexiones masivas de generación renovable en caso de perturbaciones eléctricas, como consecuencia de la disminución de generación síncrona -aquella formada por generadores conectados directamente al sistema, como las centrales térmicas o nucleares-. “La principal problemática que se vislumbra ante reducida generación síncrona conectada en el sistema eléctrico peninsular son las desconexiones masivas de generación ante perturbaciones (cortocircuitos) en la red”, detalla textualmente el documento.
Riesgos identificados
Cuando se analiza el caso del sistema balear, el Plan va más allá y señala que “la creciente participación de generación renovable conectada a través de electrónica de potencia implica una menor presencia de generadores síncronos, lo que puede comprometer la estabilidad y seguridad del sistema”. Esta vulnerabilidad también afecta al sistema peninsular, donde se advierte de que el fenómeno se agrava por el límite de desconexión máxima de generación admisible, cifrado en 3.000 megavatios.
Este umbral corresponde al valor máximo de desequilibrio entre generación y demanda que puede absorberse mediante reservas automáticas de frecuencia (FCR) según los estándares europeos. Si una perturbación provocara la caída de una cantidad superior de generación, el sistema podría ser incapaz de controlar la frecuencia, lo que en última instancia podría conducir a “la desconexión automática de la red peninsular respecto del sistema eléctrico europeo”, según recoge el documento.
El gran apagón
Como explicó Eduardo Prieto, director de Operaciones de Redeia, a las 12:33 horas del 28 de abril la desaparición repentina del sistema eléctrico durante apenas cinco segundos de 15 gigavatios (GW), el equivalente al 60% de la generación eléctrica de toda España, provocó la desconexión del sistema español con las redes de Francia y Portugal, que desembocó en el gran apagón. “Se produjo una pérdida de generación muy importante [los 15 gigavatios (GW)]. Esta pérdida de generación ha ido más allá de la perturbación de referencia en la que se diseñan y operan los sistemas en el conjunto de la Unión Europea. En consecuencia, se ha desconectado el sistema español del sistema europeo”, detalló.
Inversión incumplida
“El reto fundamental de la planificación 2021-2026 es detectar las limitaciones de la red de partida, y plantear las actuaciones necesarias para mantener los niveles de calidad y garantía del suministro eléctrico”, afirma el propio Plan. Para ello, contempla una inversión total de 6.964 millones de euros entre 2021 y 2026. Tres años después de su aprobación, el apagón del 28 de abril ha encendido todas las alarmas: la inversión en la red no está cumpliendo los plazos comprometidos. “No se está haciendo la inversión requerida en la red de transporte, a pesar de que es muy necesaria”, advierte a Artículo14 Yolanda Moratilla, profesora de nuevas tecnologías en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas.
Según el propio calendario oficial del Plan, entre 2021 y 2024 debían haberse invertido 3.335 millones de euros en la red de transporte -competencia de Red Eléctrica-. Sin embargo, los datos consolidados de Redeia muestran una ejecución de 2.888 millones, un 13 % por debajo del objetivo, lo que equivale a un desfase de casi 450 millones. Para el presente ejercicio, la previsión de la compañía presidida por Beatriz Corredor eleva la cifra acumulada a 4.288 millones, todavía por debajo de los 4.500 millones previstos por Miteco.
Memoria de Redeia

A pesar de que Beatriz Corredor negó en 2021 cualquier riesgo de apagón en el programa Espejo Público, la última Memoria Anual Consolidada de Redeia 2024 también recoge de forma explícita la preocupación por la estabilidad del sistema eléctrico. En sus propias palabras, “la alta penetración de generación renovable sin capacidades técnicas necesarias, como el soporte de huecos de tensión, puede generar desconexiones de generación, que podrían llegar a ser severas, afectando significativamente al suministro eléctrico”.
El documento identifica además como fuente de riesgo adicional el crecimiento del autoconsumo de pequeña escala. Redeia advierte de que “la integración de instalaciones de autoconsumo no observables con potencias inferiores a 1 MW puede suponer una amenaza para la seguridad del sistema, ya que el operador no puede conocer su comportamiento en tiempo real, lo que incrementa la incertidumbre operativa”.
La red de transporte es pública
Cabe recordar que el Plan 2021-2026 es una iniciativa pública, aprobada por el Gobierno y cuya ejecución recae en Red Eléctrica de España, filial de Redeia, controlada en un 20 % por el Estado a través de la SEPI. Aunque el presidente Sánchez ha apuntado hacia el sector privado exigiendo “las responsabilidades pertinentes a los operadores”, entre los que ha incluido a Redeia, lo cierto es que el desfase en la ejecución de infraestructuras de transporte no puede atribuirse a las compañías.
Nuestras prioridades son claras:
– Consolidar el restablecimiento de nuestro sistema eléctrico al 100%.
– Descubrir qué ha pasado.
Adoptaremos las medidas necesarias para que no vuelva a pasar y exigiremos las responsabilidades pertinentes a los operadores privados. pic.twitter.com/hjiZF0yYiW
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) April 29, 2025
Tanto su planificación (Miteco) como su ejecución (Red Eléctrica) son responsabilidad del Ejecutivo. “La red de transporte es un monopolio y, de hecho, el 80 % del Ebitda de Redeia corresponde a su actividad de transporte regulado”, recuerda a Artículo14 Aránzazu Bueno, analista de Bankinter.
Nuevo Plan de transporte eléctrico
Tras la finalización del Plan actual, el Gobierno debe abordar la elaboración del nuevo Plan de Desarrollo de la Red de Transporte 2026-2031. “El regulador tiene que dar a conocer ya los nuevos parámetros para el próximo periodo regulatorio, en el que se fijará el retorno previsto para Redeia, así como las inversiones”, concluye Bueno.