La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se convierte involuntariamente en un ente clave del Gobierno en su Plan de Acción por la Democracia aprobado por el Consejo de Ministros del 17 de septiembre que, entre otros objetivos, busca combatir los ‘bulos’ y supondrá un ‘control’ de los medios de comunicación.
De esta forma, su presidenta, Cani Fernández, tendrá que asumir la nueva responsabilidad que recae sobre la CNMC: será el organismo encargado de la creación de un nuevo Registro de Medios de Comunicación que incluirá la información pública sobre su propiedad y la inversión publicitaria que reciben (con foco en los fondos públicos, su importe y de qué administración procede).
Con este pretexto, el Ejecutivo anunció también la remodelación del organismo para, entre otras cosas, definir qué es un medio de comunicación. Según justificó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se reformará para que cuente con competencias en materia de servicios digitales y medios de comunicación, en consonancia con la creación a nivel comunitario del Comité Europeo de Servicios de Medios de Comunicación del nuevo Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación.
“Se va a reformar dicha comisión con el objetivo de que pueda asumir esas competencias” y así “establecer los criterios que definen qué es un medio de comunicación, entre otras plataformas cuya finalidad no es informar”, explicó Urtasun. Sin embargo, qué es un medio de comunicación ya está recogido en el artículo 2 del nuevo Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación, que puede desarrollarse directamente en los Estados miembros sin necesidad de ninguna transposición.
Por su parte, fuentes de la CNMC rehusaron hacer valoraciones al respecto hasta conocer el desarrollo normativo donde quedarán detalladas las funciones que se asignan y con qué medios se va a dotar al organismo para el ejercicio estas nuevas competencias.
Las nuevas funciones que se deberá asumir la CNMC y su transformación sitúan en el punto de mira a un organismo público con personalidad jurídica propia, que -según la Ley 3/2013, de 4 de junio, para su creación- es independiente del Gobierno y está sometido al control parlamentario, pero que con estos cambios se arriesga a ver cuestionada su labor e independencia en el futuro.
Vacantes
La CNMC ejerce sus funciones a través de dos órganos de gobierno: el Consejo y el presidente, que lo es también de su Consejo; este último es el órgano colegiado de decisión. El Consejo está integrado por diez miembros nombrados por el Gobierno [ocho consejeros, además del presidente y el vicepresidente], a propuesta del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, “entre personas de reconocido prestigio y competencia profesional en el ámbito de actuación de la Comisión”.
La realidad es que desde hace un año la CNMC tiene pendiente el nombramiento del vicepresidente de la institución y de dos de los consejeros. De esta forma, la Sala de Supervisión Regulatoria cuenta solo con tres miembros. Inicialmente, estaba prevista su renovación -tras el consenso alcanzado con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)- después de la cúpula del Banco de España. Hoy se anticipa difícil el consenso con el principal partido de la oposición tras la ruptura a raíz del nombramiento del exministro José Luis Escrivá como nuevo gobernador.
Retos en su reforma
“La CNMC tiene un mandato de independencia, y al igual que ocurre en la CNMV o el Banco de España, que también son nombrados por el Gobierno, en la práctica la persona que asume este cargo es todo lo independiente que quiera ser o dejar de ser“, explica a Artículo14 un exalto cargo de un organismo supervisor.
“Es un órgano que ha demostrado que tiene un alto grado de independencia; en este momento no le veo peligro de intervención política”, afirma Juan Delgado, director de Games Economics y quien fue el primer Economista Jefe de la CNMC entre 2008 y 2011. Para Delgado, que sea la CNMC quien asuma el Registro de Medios de Comunicación es una decisión bastante lógica en el sentido de que ya es el regulador de medios audiovisuales. “En prensa escrita o digital no tiene competencias, pero parece lógico que sea una extensión de su función con medios audiovisuales”, añade.
Bajo su punto de vista, “el hecho de que una persona como Cani Fernández hubiera superado cualquier sistema de nombramiento” no exime de la necesidad de abordar una reforma en profundidad de la CNMC que englobe el sistema de nombramientos, la organización interna de las salas y su dotación presupuestaria.
“El sistema de nombramientos de consejeros es muy mejorable. Encontrar un perfil como el de Cani Fernández depende de la voluntad del Ministerio de Economía. Para garantizar que esté a la altura, habría que diseñar mecanismos de concursos por méritos con cláusulas de confidencialidad y asegurar que los vocales que se nombren sean expertos en la materia”.
Otro problema que identifica es la acumulación de funciones. La CNMC cuenta con dos Salas: una especializada en competencia y otra en regulación, sobre la que recaerá el control de medios. Esta última supervisa y controla los siguientes sectores regulados: las comunicaciones electrónicas y la comunicación audiovisual; los mercados de la electricidad, de gas natural y de energías renovables; el sector postal, las tarifas aeroportuarias y el sector ferroviario.
“Los órganos de decisión de Consejo pueden no disponer de la experiencia, la capacidad y el conocimiento necesario para tomar decisiones en sectores tan diversos. Una solución es seguir un modelo similar a lo que se va hacer en el sector energético [en este caso se va a crear un órgano independiente], porque es un sector en transformación y es necesario que las personas que toman decisiones conozcan en profundidad el sector. Sería conveniente crear salas de decisión especializadas formadas por expertos”, detalla Delgado.
El ultimo reto es garantizar su independencia financiera y organizativa, que redunda en su autonomía. Para Juan Delgado, “la CNMC depende del Presupuesto General del Estado (PGE) y en cualquier momento si a un gobierno no le gustara lo que hace, podría recortar su presupuesto y así limitar su capacidad de funcionamiento. Habría que dotar a este organismo de un presupuesto independiente, de una manera similar al de Banco de España o como se hizo en la extinta Comisión de Telecomunicaciones, que se financiaba con tasas del sector. En la actualidad, la supervisor de la competencia no tiene esta capacidad, es el Gobierno quien determina sus plantillas”.
Comienza ahora un largo proceso para reformar el organismo que preside Cani Fernández, la CNMC, que tiene como misión promover y preservar el buen funcionamiento de todos los mercados en interés de los consumidores y de las empresas. Y partir de ahora un asunto tan controvertido como el de los medios de comunicación.