El error informático que paraliza empresas y trastorna consumidores

El error de Microsoft ha evidenciado la vulnerabilidad de las empresas. Los consumidores no podrán reclamar ya que en un caso de fuerza mayor como este no se pueden solicitar indemnizaciones

n pasajero mira pantallas de información que funcionan mal, en el aeropuerto internacional de Delhi en Nueva Delhi, India, 19 de julio de 2024. EFE/EPA/RAJAT GUPTA

Un error en internet generado en Estados Unidos puede provocar que no podamos sacar dinero en un cajero de Galicia. Una especie de efecto mariposa online propio de un mundo digitalizado. Y eso es exactamente lo que ha sucedido con Microsoft. Un fallo en la plataforma de seguridad CrowsDtrike ha desencadenado el reinicio de millones de ordenadores interrumpiendo sus operaciones habituales. Es lo que en el argot llaman ‘pantalla azul de la muerte’ porque, literalmente, enciendes tu dispositivo y no te permite trabajar porque la pantalla se queda azul. Y este aparente fallo inocente ha causado estragos en medio mundo cancelando vuelos en la operación salida de verano o el corte de la emisión de la cadena británica Sky.

El Instituto Nacional de Ciberseguridad, INCIBE, que depende del ministerio de Transformación Digital, ha informado que ese error ha afectado a diferentes organizaciones a nivel mundial. “El problema es generado por una actualización de un componente de ciberseguridad (sensor de antivirus) de la empresa Crowdstrike, que está generando problemas en su interacción con plataformas de Microsoft. Dicha actualización está provocando problemas técnicos en los clientes de Microsoft, donde se está procediendo a realizar la actualización de dicho componente. El problema se refleja en la generación de un pantallazo azul de bloqueo del sistema e impide su correcto funcionamiento”, explica.

Y así, en la ciudad de Madrid, los usuarios del sistema de bicicletas municipal, BICIMAD, no han podido utilizarlas con normalidad. Hay quienes han subido gratis al autobús porque el sistema de pago tampoco permitía las transacciones. Ha sido la parte buena, al menos para los usuarios del servicio de transporte público. Pero la peor parte se la han llevado los viajeros que cogían el viernes un avión en la red de aeropuertos de Aena. Primero con retrasos en los vuelos, pero a medida que avanzaba el día, también con cancelaciones, hasta 400 vuelos en toda España.

Los afectados deben saber, según explica Enrique García, portavoz de la OCU, que las aerolíneas están obligadas a prestar asistencia con independencia de las causas de los problemas, “esto supone obligación de manutención, alojamiento y transporte si es necesario. También a proporcionar información. Esto lo dice el reglamento europeo y se define como derecho a la atención. Además cuando hay retrasos y cancelaciones, los usuarios tienen derecho a compensaciones (cantidades que van de los 250 a 600 euros en función de la distancia del vuelo) y a indemnizaciones (por los perjuicios sufridos, gastos de hotel, días de vacaciones etc)”.

Aquí el problema reside en que el fallo informático se puede considerar un caso de fuerza mayor. “Las compañías y AENA no están obligadas a hacer frente a esas reclamaciones si es una circunstancia extraordinaria. Eso lo determina un juez y tiene que cumplir una serie de requisitos, imprevisible e inevitable, y también deben ser diligentes en reparar el daño. Desde OCU recomendamos reclamar para que se determine que ha habido una circunstancia extraordinaria (no pagan) o, por el contrario, no lo es (entonces pagan) y  que se guarden todas las facturas del perjuicio causado”, explica.

El caos con los vuelos no solo se ha producido en España. También la irlandesa Ryanair, la estadounidense Frontier Airlines, la holandesa KLM, la portuguesa TAP, la alemana Eurowings, la singapurense Singapore Airlines, la filipina Cebu Pacific o la malasia AirAsia. Tanto ha sido el lío, que los trabajadores de los aeropuertos de Barajas y El Prat se han dedicado a expedir los billetes a mano y a informar de los retrasos a la vieja usanza: por megafonía.

En la Sanidad también han registrado incidencias. En Aragón, se han visto afectados los sistemas informáticos de algunos centros de salud y hospitales como el de Miguel Servet o el Hospital Clínico de Zaragoza. Y los servicios de emergencia como el 061 o el 112 se han quedado colgados durante horas y han tenido que pedir a la ciudadanía que solo se llamara a esos números por una urgencia.

En la banca, Ibercaja ha tenido fallos para operar con sus tarjetas bancarias. Y Bizum envió un mensaje a través de la red social X para señalar que su operativo se había visto afectado temporalmente por ese error global.

Hasta los inversores se han llevado un pequeño susto al comprobar que no podían hacer operaciones de compra y venta de acciones porque la Bolsa de Londres tuvo que interrumpir la cotización a primera hora de la mañana.

Pérdidas económicas para multitud de empresas que ahora estudian si deben demandar a Microsoft como perjudicados. Según Gerardo Ruiz, abogado de Legálitas, las compañías sí que pueden reclamar una indemnización por daños y perjuicios, pero que el gigante tecnológico acabe teniendo que compensar a las compañías afectadas dependerá de si la situación ha sido provocada por algún tipo de negligencia o irregularidad. “Si la circunstancia fue sobrevenida, lo que se conoce como fuerza mayor, exoneraría de responsabilidad a Microsoft contra terceros, es decir, aerolíneas, gestores aeroportuarios, bancos, hospitales, administraciones y usuarios particulares afectados”.

Un error informático que ha demostrado la vulnerabilidad de las empresas frente a la tecnología, pero también de los ciudadanos, indefensos ante las consecuencias que puede generar una simple pero peligrosa, pantalla azul.

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