La gestión financiera es una de las asignaturas pendientes de muchas personas jóvenes. Y, antes de los 30 años, un error financiero recurrente puede marcar el rumbo de una vida económica complicada. De todos los tropiezos posibles, hay uno que destaca por su impacto: vivir por encima de las posibilidades reales. Este hábito no solo mina la capacidad de ahorro, sino que también abre la puerta al endeudamiento, un enemigo que, si no se maneja con cuidado, puede volverse una carga difícil de superar.
Vivir por encima de las posibilidades: ¿cómo sucede?
El acceso a bienes y servicios a crédito es más fácil que nunca. Tarjetas de crédito, préstamos rápidos y ofertas de financiación “sin intereses” se han convertido en herramientas cotidianas, pero también en trampas para quienes no planifican sus gastos. Este error financiero suele alimentarse de varios factores:
- La presión social y el consumo aspiracional: Muchos jóvenes sienten la necesidad de mantener un estilo de vida que no pueden permitirse, motivados por las redes sociales, donde la apariencia de éxito y bienestar es una constante. Desde ropa de marca hasta viajes de lujo, el deseo de pertenecer o impresionar lleva a gastar más de lo que realmente se tiene.
- Falta de planificación: No llevar un control claro de los ingresos y los gastos puede hacer que las personas subestimen sus deudas o sobrestimen su capacidad de pago, acumulando más compromisos financieros de los que pueden afrontar.
El círculo vicioso del endeudamiento
El resultado más común de vivir por encima de las posibilidades es el endeudamiento. Aquí es donde entra el segundo error financiero relacionado: no gestionar adecuadamente las deudas. Las tarjetas de crédito y los micropréstamos, por ejemplo, se vuelven una salida rápida para cubrir gastos inmediatos, pero a largo plazo pueden convertirse en una carga desproporcionada debido a los altos intereses.
Imagina este escenario: una persona joven adquiere un teléfono móvil financiado en cuotas mensuales y, al mismo tiempo, decide pagar unas vacaciones con una tarjeta de crédito. Mes a mes, se acumulan cargos que superan el presupuesto disponible. Al no poder cubrir el saldo total de la tarjeta, los intereses empiezan a crecer. Pronto, lo que parecía manejable se transforma en una bola de nieve que consume una parte significativa de los ingresos.
¿Cómo evitar este error financiero?
La clave está en desarrollar hábitos financieros sólidos desde una edad temprana. Aquí hay algunos pasos prácticos para evitar caer en este error financiero y sus consecuencias:
- Elaborar un presupuesto realista: El primer paso para no vivir por encima de las posibilidades es tener claro cuánto dinero entra y cuánto sale. Un presupuesto ayuda a visualizar los gastos y detectar áreas donde se puede recortar.
- Priorizar el ahorro: Antes de gastar, destina un porcentaje de tus ingresos al ahorro. Incluso una pequeña cantidad mensual puede marcar la diferencia a largo plazo y actuar como colchón para emergencias.
- Ser consciente del consumo aspiracional: Pregúntate si realmente necesitas lo que estás comprando o si es una compra motivada por la presión social. Ser crítico con tus decisiones de consumo te ayudará a evitar gastos innecesarios.
- Usar el crédito con inteligencia: Si usas tarjetas de crédito, asegúrate de pagar el saldo completo cada mes para evitar intereses. Limita su uso a compras planificadas que puedas cubrir sin comprometer tu presupuesto.
- Evitar las deudas para gastos superfluos: Nunca financies bienes o experiencias de consumo que no sean esenciales. Las vacaciones o el último modelo de móvil pueden esperar si no tienes los recursos para pagarlos en efectivo.