El `déjà vu’ de la frustrada salida a Bolsa se Europastry anticipa que un salto al parqué cada vez más difícil para el gigante del pan congelado controlado por la familia Gallés. El pasado verano, la compañía comunicó su decisión de posponer su estreno en Bolsa. Era la segunda vez, tras el fracaso de la operación en 2019. La tercera ocasión el 8 de octubre, el día en el que debía comunicar la horquilla de precio, la compañía anunció ‘in extremis’ la paralización de la operación.
En un escueto comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía informó de que la “Sociedad y los Accionistas Vendedores han decidido desistir de la Oferta debido a la situación geopolítica internacional, que está produciendo una profunda inestabilidad en los mercados”. El pasado mes de junio, aseguró que “a pesar de que la compañía ha contado con el apoyo de los inversores en los últimos meses, en las últimas semanas se han observado unas condiciones de mercado cada vez más desfavorables y una mayor volatilidad”.
Tanto entonces como ahora, los accionistas dejan la puerta abierta a “continuar valorando la posibilidad de salir a bolsa cuando la situación de los mercados lo permita”. Pero el trasfondo puede ser más complicado, según avanzó ‘Bloomberg’ la tarde en la que debía fijarse el precio, citando fuentes cercanas a la empresa, la firma habría estado valorando en las últimas jornadas reducir el tamaño de su oferta pública de venta (OPV), aunque los primeros datos apuntaban a una demanda suficiente para mantener el volumen inicialmente previsto.
Para los analistas de XTB, esta reducción del tamaño de la operación -que rondaría los 210 millones- contrasta con lo esperado durante los últimos días. Según recuerdan el libro de órdenes estaba cubierto, “por lo que es extraño que la compañía en un plazo tan corto se plantee dicha alternativa. Esto podría ser porque se estima una menor demanda de sus títulos en el mercado secundario, lo que la empujaría incluso por debajo del nivel mínimo de la franja estimada por la compañía”. Finalmente, la operación se ha cancelado.
Antecedentes
La empresa especializada en panadería congelada debía comunicar el precio final de las acciones en el momento de su debut en bolsa, que había situado entre 15,85 y 18,75 euros por título, lo que supondría una valoración de entre 1.327 y 1.570 millones de euros. Su objetivo era recaudar 210 millones de euros, de los que preveía destinar 109,1 millones a reducir deuda y 89,6 millones a crecimiento inorgánico.
Según el folleto que la compañía remitió a la CNMV, el tamaño máximo de la oferta, incluyendo la sobreadjudicación, era de 555 millones de euros, y preveía usar los fondos logrados con la operación para “aprovechar oportunidades de crecimiento inorgánico” y reducir el endeudamiento en el corto plazo. La operación incluía una oferta primaria por parte de la compañía de entre 11,2 millones y 13,25 millones de nuevas acciones, y un componente secundario compuesto principalmente por la totalidad de las acciones titularidad en manos de Exponent, un fondo controlado por MCH Private Equity y que controla el 20,7% del capital de la compañía antes de la operación.
Asimismo, la sociedad controlada por la familia Gallés, accionista de referencia de Europastry, Galles Office, y la sociedad controlada por el consejero delegado, Jordi Morral, Indinura, preveían vender una participación minoritaria en la operación. En todo caso, la familia Galles, propietaria de la empresa, mantendría el control de la firma, con más del 60% de Europastry tras la salida a bolsa.
De hecho, Europastry anunció un acuerdo con CriteriaCaixa para que el ‘holding’ adquiriera “no menos del 5% del capital social de la empresa”. “Criteria Caixa se ha comprometido irrevocablemente a comprar o suscribir en la Oferta, al Precio de la Oferta, Acciones de la Oferta que representen el 5,0% de las Acciones que se emitan inmediatamente después de la Oferta”, apuntaba el folleto.
En todo caso, este acuerdo excluía “cualquier Acción que pueda emitirse como resultado del ejercicio de la Opción de Sobreadjudicación”. La inversión de Criteria en la empresa respondería a la nueva política inversora anunciada por su consejero delegado, Ángel Simón, el pasado junio y con el que pretende alcanzar un valor bruto de los activos (GAV) de 40.000 millones de euros en 2030.
Con esta paralización de la operación, la única salida en Bolsa este año será la de Puig, que debutó en mayo y entró al Ibex 35 en julio, si bien sus acciones se sitúan en 20,05 euros, por debajo del precio de salida a Bolsa en 24,5 euros por acción.