El comprador de Tesla en Europa le da la espalda a Musk

En Europa, las ventas de sus vehículos cayeron un 45% solo en el mes de enero a pesar de la expansión de la flota de coches eléctricos en el continente

El fundador de Tesla y propietario de X, Elon Musk con un Air Force One de peluche a su llegada a la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos. EFE/ Aaron Schwartz / Pool

El perfil del comprador de Tesla no es una mujer. Quienes se interesan por los coches eléctricos de Elon Musk suelen ser hombres jóvenes, de entre 35 y 44 años, con una educación universitaria y un empleo a tiempo completo. No es casualidad. Tampoco hay nombres femeninos entre los cuatro principales puestos directivos de la compañía. El CEO de Tesla ha ido perfilando la empresa de tal manera que la mujer, salvo excepciones, no se siente identificada con sus productos.

Pero desde que el hombre más rico del mundo se ha convertido en la sombra del presidente de los Estados Unidos, asesor directo de Donald Trump, hay todavía un público más amplio que le está dando la espalda. Su reputación se ha visto dañada en el Viejo Continente después de sus saludos fascistas y de acumular discursos de odio o fomentar la desinformación a través de su red social X. Tanto es así, que está perdiendo dinero.

Los ciudadanos europeos, a la hora de elegir un coche, no solo tienen en cuenta el diseño, el consumo, o si se trata de una máquina de combustión o eléctrica. También se fijan en la fama de la marca y Tesla está perdiendo el prestigio que tuvo un día. Los números avalan esta teoría.

En Europa, las ventas de sus vehículos cayeron un 45% solo en el mes de enero a pesar de la expansión de la flota de coches eléctricos en el continente. Musk solo consiguió vender 9.945 coches en enero de 2025 frente a los 18.161 del mismo mes pero en 2024, cuando todavía era inimaginable que el fundador de Tesla se convertiría en una especie de vicepresidente de Estados Unidos de facto. Como consecuencia, las acciones de la compañía han caído un 8,4% en la Bolsa de Nueva York y su fortuna personal también ha sufrido considerablemente con una pérdida de 52.000 millones de dólares de patrimonio neto desde que comenzó este 2025. Y por primera vez desde noviembre de 2024, el valor en el mercado de Tesla ha caído por debajo del billón de dólares, ya no forma parte del top diez de grandes compañías cotizadas, y esta caída sin precedentes se debe a sus discursos, a sus gestos, por asuntos que nada tienen que ver con la calidad de los coches pero que están ligados inexorablemente.

Los europeos ya no quieren comprar un Tesla y los que lo tienen, lo quieren vender. En el caso de Francia, las ventas en el primer mes del año cayeron un 63% a su nivel más bajo desde agosto de 2022. En Alemania, donde Musk apoyó abiertamente a la candidata de la ultraderecha, todavía se vendieron menos de sus vehículos, en total 1.277 coches vendidos, la cifra más baja desde julio de 2021. En el caso de España, las ventas han sido incluso anecdóticas con una caída del 75,5% hasta las 268 unidades.

Hay ciudades como Berlín, donde activistas han proyectado imágenes del polémico gesto de Musk en la fachada de la fábrica de Tesla, lo que está claramente afectando a la percepción pública de la marca. Porque comprar un Tesla también es comprar, de forma indirecta, las ideas de su CEO.

Solo hay que ver la caída de beneficios en el último año, Solo en 2024, el beneficio de Tesla menguó a la mitad, con los ingresos estancados. En el cuarto trimestre, solo hubo un tímido aumento de ingresos del 2%. Y aunque los títulos están todavía un 15% por encima del día de las elecciones en Estados Unidos, la tendencia es claramente a la baja.

Pero Musk es tan rico, que ni ese golpe europeo le ha apeado del podio como hombre más adinerado del mundo. Todavía es la mayor fortuna del planeta pese a contar con 100.000 millones de dólares menos. Ni Jeff Bezos, de Amazon, ni Mark Zuckerberg, de Meta, han conseguido bajarle de su puesto. Con una fortuna estimada en los 358.000 millones de dólares, se puede permitir el lujo de perder dinero cada vez que abre la boca.

Aunque también quiere proyectar una imagen de padre afable y solícito, como cuando decidió dar una rueda de prensa en la Casa Blanca con Donald Trump y su propio hijo en el despacho oval. Sorprendió hablando mientras sostenía a su hijo X de cuatro años sobre sus hombros. Pero ni rastro de presencias femeninas. Tampoco queda muy claro que le importe la pérdida de mercado con Tesla y sacrificar unos cuantos millones. Ahora es la mano derecha del presidente de Estados Unidos y de alguna manera sabrá monetizar su nueva situación.

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