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EL BCE anima a los compradores a contratar una hipoteca

Los analistas interpretan el recorte de octubre en relación a una evolución más débil de la economía. No habrá cambios en el mercado hipotecario, que ya había descontado la bajada

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, comparece tras la reunión del Consejo de Gobierno. Artículo14

El Banco Central Europeo se comporta como esas parejas previsibles que sabes que nunca van a improvisar porque no lo llevan en el ADN. Si la Reserva Federal sorprendió a todos con su última bajada de tipos de 0,5%, el BCE se ha mantenido en la hoja de ruta establecida y ha obrado según lo esperado: con una bajada de tipos de un cuarto de punto. Nadie se ha llevado una sorpresa.

Es la segunda vez consecutiva que el organismo decide bajar los tipos, que es algo que no se constata desde hace trece años y todavía se espera otra bajada en diciembre, en la última reunión de los bancos europeos antes de que termine este 2024.

Las razones son múltiples. La zona euro ha conseguido doblegar la inflación, que en agosto se situaba en el 2,2% pero que en septiembre ya ha caído cinco décimas hasta el 1,7%. Esto significa que los precios ya se están situando por debajo de la barrera del 2% que era el objetivo que quería alcanzar el BCE cuando comenzó a subir tipos.

Pero hay otras razones económicas y de mayor peso que afectan a países de vital importancia dentro de la Unión. La ralentización de la economía en Francia o Alemania han obligado al BCE a repensar su política monetaria y darles el empujón que necesitan. Alemania ha tenido que reconocer públicamente que por segundo año consecutivo va a entrar en recesión, con una contracción económica del -0,2% y su industria automovilística está agonizando por la competencia de precios que ejercen países terceros como China. Por ese motivo, debilitar el euro es positivo para la maquinaria alemana que se convierte automáticamente en más competitiva al poder abaratar sus exportaciones.

El caso del gobierno de Scholz, es que no remonta desde la Invasión de Ucrania, cuando se puso en evidencia su dependencia energética procedente de Rusia. Y desde entonces, de ser la locomotora de Europa ha pasado a convertirse en el enfermo del continente. Si se cumplen los augurios del gobierno germano, Alemania va a sufrir dos años consecutivos una recesión que no se veía en el país desde principios de siglo. Y es el único estado del G-7 que estaría en recesión este año

En realidad, esta bajada de tipos viene bien para activar la economía de cualquier país europeo, también es positivo para España, cuyos datos macroeconómicos son realmente buenos en comparación con cualquiera de nuestros vecinos, con un crecimiento para este año que podría estar en el 2,7% según previsiones del Gobierno. Con esta decisión, el BCE da un impulso económico a los estados miembros pero también ayuda a activar el consumo privado puesto que hay muchos ciudadanos que han estado aguardando el momento adecuado para lanzarse a comprar una vivienda.

Miguel Ángel es uno de ellos. Recién casado y con los precios del alquiler por las nubes, lleva meses buscando un piso para poder comprar pero sabe que con la rebaja de tipos habrá nueva reducción del euríbor y eso significa que, si es paciente, conseguirá mejores condiciones cuando acuda al banco para contratar una hipoteca.

Según los expertos, el euríbor podría cerrar el año en el 2,5% y las hipotecas medias de 150.000 euros a 25 años se abaratarían casi 120 euros mensuales. Antonio Gallardo, experto económico de Asufin, de la Asociación de Usuarios Financieros, asegura que “esta es una bajada que estaba descontada, el euríbor cotiza de media en el 2,75% en lo que llevamos de mes y eso significa que se anticipan otras dos bajadas más en el próximo año, previsiblemente una será este invierno o a finales de año dependiendo de cómo esté el arranque del 2025 y otra en primavera”.

La bajada de tipos se ha tomado de forma unánime por parte de todos los miembros del Consejo que estaban reunidos en Eslovenia. El BCE considera que la inflación está controlada y que volverá al 2% a lo largo del próximo 2025 (puesto que todavía queda por doblegar la inflación subyacente que no tiene en cuenta los elementos más volátiles que son la energía y los alimentos frescos). “Admiten debilidad por encima de lo esperado en el crecimiento económico, pero dicen que no hay recesión y que el mercado laboral permanece sólido, aunque con síntomas de ralentización en la creación de nuevos empleos. No se comprometen con un programa prefijado de bajadas de tipos y seguirán tomando decisiones dependiendo de los datos que conozcan en cada reunión”, explica Antonio Castelo, economista de iBroker. Christine Lagarde siempre pendiente de los datos y de “reunión a reunión”. “El hecho de que el mercado no haya reaccionado a la decisión y posterior comunicación del BCE confirma que coincide con lo esperado y que no ha supuesto ninguna sorpresa”. El BCE mantiene el guion establecido y los mercados reaccionan con la mayor de las calmas, sin cambios.

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