El sistema mutualista de Muface enfrenta uno de sus momentos más críticos. Tras la reciente renuncia de Adeslas a continuar en el convenio ofrecido por el Gobierno, ahora DKV también ha rechazado la propuesta. Este nuevo revés pone en jaque el futuro de aproximadamente el 65% de los mutualistas, quienes ahora enfrentan una creciente incertidumbre sobre su cobertura sanitaria. El desenlace de este “culebrón” dependerá de la decisión de Asisa, la última aseguradora en el tablero.
El rechazo de DKV y Adeslas a Muface: ¿por qué no les salen las cuentas?
La negativa de DKV y Adeslas no ha sido una sorpresa total para los analistas del sector. Ambas compañías han señalado que la oferta del Gobierno, a pesar de incluir una subida del 33,5% en las primas, sigue siendo económicamente inviable. Según los informes, las aseguradoras acumulan pérdidas significativas desde el último concurso de Muface (2022-2024), y consideran que las nuevas condiciones no solventan los problemas estructurales del modelo mutualista.
El rechazo de estas dos grandes aseguradoras representa un golpe significativo para Muface, ya que juntas cubrían a una amplia mayoría de los funcionarios adscritos al sistema. Sin estas empresas, el modelo mutualista pierde gran parte de su capacidad para ofrecer alternativas privadas de calidad a sus beneficiarios.
Un futuro incierto para 1,5 millones de funcionarios
La salida de DKV y Adeslas del convenio de Muface afecta directamente a 1,5 millones de funcionarios en España. Este sistema permite a los trabajadores públicos optar por la sanidad privada en lugar de depender exclusivamente del sistema público. Sin embargo, la salida de estas aseguradoras plantea un futuro incierto, donde muchos mutualistas podrían verse obligados a integrarse en la sanidad pública, un escenario que preocupa especialmente en comunidades como Madrid, Cataluña y Andalucía.
En caso de que Asisa también rechace la oferta del Gobierno, la sanidad pública tendría que absorber a estos nuevos usuarios, lo que podría generar un colapso en el sistema sanitario, ya de por sí tensionado en algunas regiones.
La crisis actual de Muface comenzó el pasado 5 de noviembre, cuando la primera licitación del convenio quedó desierta. Por primera vez en la historia del sistema mutualista, ninguna aseguradora presentó una propuesta, lo que obligó al Gobierno a mejorar las condiciones económicas ofrecidas. Entre las medidas tomadas, destacó un incremento de entre el 17% y el 33,5% en las primas. Sin embargo, estas modificaciones no han sido suficientes para atraer de nuevo a las principales aseguradoras, que consideran el modelo insostenible.
¿Qué hará Asisa? La última esperanza para Muface
Con la salida de DKV y Adeslas, la atención se centra ahora en Asisa, la única aseguradora que aún no ha tomado una decisión definitiva. La compañía tiene de plazo hasta el 15 de enero de 2025 para presentar su respuesta. Si también opta por rechazar la oferta, el sistema mutualista podría enfrentar una reestructuración drástica o incluso su desaparición.
El convenio planteado por el Gobierno está diseñado para entrar en vigor el 1 de abril de 2025 y extenderse hasta finales de 2027. Sin embargo, la salida de dos de las aseguradoras más importantes pone en duda la viabilidad de este plan. Si Asisa se suma al rechazo, será inevitable que los mutualistas se trasladen al sistema público de salud, lo que aumentará la presión sobre los servicios sanitarios en todo el país.