Las transferencias entre familiares son una práctica común en España. Sin embargo, cada vez están bajo mayor escrutinio por parte de la Agencia Tributaria (AEAT). Ayudas para la compra de viviendas, automóviles o cualquier otro gasto significativo suelen realizarse sin pensar demasiado en las implicaciones legales. Sin embargo, es crucial conocer cómo funciona este sistema para evitar sanciones. A fin de cuentas, Hacienda ha intensificado sus controles y no duda en imponer multas si se incumplen las normativas.
Qué son las transferencias entre familiares y qué dice la ley
En esencia, las transferencias entre familiares son envíos de dinero que implican una transmisión gratuita de bienes o derechos, comúnmente conocidas como donaciones. Estas donaciones implican un contrato en el que una persona (donante) transfiere de manera gratuita un bien a otra (donatario), aumentando el patrimonio del receptor y reduciendo el del emisor.
Aunque este acto es frecuente, especialmente en familias, la ley establece que donaciones superiores a 10.000 euros deben ser declaradas mediante un modelo oficial. Además, la Agencia Tributaria está atenta a movimientos sospechosos y busca desvelar posibles donaciones encubiertas que puedan derivar en fraude fiscal o blanqueo de capitales.
El papel de Hacienda en las transferencias
El control de transferencias entre familiares está enmarcado en la Ley 10/2010, de 28 de abril, que regula la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Según esta normativa, las alarmas en Hacienda se activan cuando la cantidad supera los 6.000 euros.
Además, las entidades financieras están obligadas a informar a Hacienda de ciertos movimientos de sus clientes. Esto incluye:
- Operaciones que superen los 3.000 euros, ya sean depósitos, retiros o pagos en efectivo.
- Uso de billetes de 500 euros.
- Cobro de documentos como cheques, pagarés o letras de cambio.
- Transacciones que superen los 1.000 euros, para las cuales deben identificar a todas las personas involucradas.
Estos movimientos quedan registrados en una base de datos destinada a detectar posibles irregularidades que puedan dar lugar a infracciones.
¿Qué implicaciones fiscales tiene?
Uno de los aspectos clave de las transferencias entre familiares es su relación con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD). Este tributo se aplica a todas las donaciones monetarias, y su porcentaje varía según la comunidad autónoma donde se efectúe.
Por ejemplo, si una transferencia supera los 6.000 euros, será notificada a Hacienda y estará sujeta al ISD. En caso de no declarar esta transferencia, el contribuyente podría enfrentarse a una multa considerable. Según la AEAT: “La falta de declaración de los medios de pago es una infracción grave. La sanción mínima es de 600 euros, y el importe máximo puede ascender hasta el 50% del valor de los medios de pago empleados.”
Además, si Hacienda detecta que no se ha declarado una donación, el donatario será investigado y obligado a pagar tanto el impuesto correspondiente como la sanción adicional.