¿Cuánto ha bajado el precio del aceite? Hablamos con supermercados y consumidores

Cogemos libreta, boli y bolsa reutilizable y nos vamos de gira por cuatro supermercados diferentes. Nuestra primera impresión es que la bajada de precios del aceite (consecuencia de la desaparición temporal de su IVA) se nota, pero menos de lo que nos gustaría

Una mujer con una botella de aceite en un supermercado. shutterstock

No esperen escenas postapocalípticas de gente llenando carros y carros de aceite para aprovechar la bajada. No busquen luchas encarnizadas por la última garrafa ni estantes desabastecidos. De hecho, nos toca esperar para conseguir el primer testimonio. Al cabo de unos minutos aparece Marifé, dispuesta a llevarse una botella de un litro de virgen extra de la marca blanca del supermercado en el que estamos. “Yo no te valgo, hija”, es su respuesta cuando le preguntamos si lo nota más barato. “No tengo ni idea de lo que vale normalmente. Me dura meses porque casi no cocino y, como compro cada mucho, no me fijo”.

En ese tiempo ha aparecido otra mujer, de apenas 60 años, que coge también la marca blanca y nos dice: “Pues como yo. A ver, sé que hace unos años valía mucho menos. Por tres euros o menos comprabas un litro. Ahora se ha triplicado. Por menos de nueve euros, nada. Venga, hasta luego”. Y con las mismas, se va.

Dos de dos. Saben que cuesta más que hace unos años pero no se han fijado en el precio. No es el caso de Lucía. Está en la misma franja de edad que las dos mujeres a las que ya hemos conocido. Se para en la zona de las salsas, al lado del aceite. Cuando le preguntamos, nos contesta: “¡No me digas! Vaya, pues compré el viernes. Si lo llego a saber… “. Saca el móvil y nos enseña el ticket digital en la APP de la gran cadena en la que nos encontramos. “Ahí está. ¿Ves? A 9,64 euros la compré yo. ¿Cuánto vale hoy?”, pregunta, mientras busca su marca en la estantería. “9,18 euros. Bueno, no es mucho. Unos céntimos”. Cuarenta y seis céntimos, en concreto. Un par menos del 5%.

Quizá les parezca poco. Sin embargo, desde 2023 el IVA del aceite ya estaba reducido. Así lo recuerda la web de La Moncloa. “Si el 1 de enero de 2023 el IVA de este producto bajó del 10% al 5%, el Consejo de Ministros del 25 de junio de 2024 acordó dejarlo en el 0%“. Por eso la bajada, aunque esperada, llena más portadas que conversaciones en el pasillo del súper.

La siguiente mujer que nos contesta lo hace casi sin pararse. “Mira, va a dar igual. Al final lo que hacen los supermercados es subir los precios para que paguemos cada vez más. ¿Tú te crees más de 9 euros el aceite?”. No lo compra y se va. “¿Cómo te llamas?”, le preguntamos sin que pare. “Ruth”, contesta. Y Ruth, que no llega a los 40 años, se aleja sin saber que ha dado en el clavo en menos de diez segundos.

Las asociaciones de consumidores

“El aceite de oliva es el producto con el IVA reducido donde más claramente se han producido incrementos ilegales de márgenes”. Son palabras del Secretario general de FACUA, Rubén Sánchez. “Que nadie piense que porque le vuelven a bajar el IVA, el aceite de oliva se va a quedar como está. No, no. Es que pueden seguir subiendo los precios”, añade. “En el último año se han incrementado en un 75%, de hecho alguna marca ha llegado al 165% de subida”. Los datos que da Rubén Sánchez quizá no gusten. Tampoco sorprenden demasiado. Es el día a día de los que vamos a la compra. “Desde que entró en vigor la primera rebaja del IVA en enero de 2023, el aceite virgen extra ha subido de media casi 7 euros el litro. Algunas marcas muchísimo más”.

No es la única asociación de consumidores y consumidoras que le está haciendo un seguimiento feroz a los precios del aceite de oliva. Según la OCU, entre diciembre de 2020 y diciembre de 2023, el aceite de oliva suave subió un 225%: pasó de costar 2,35 euros, a 7,66 el litro. Hablamos siempre de marca blanca.

La respuesta de los supermercados

La pregunta que nos hacíamos era: ¿habrán aplicado ya la bajada del IVA todos los supermercados? Decidimos comprobarlo, bolsa de rafia en mano. Nuestra tournée empieza en un supermercado pequeño de un pueblo de 17.000 habitantes ubicado en la Comunidad de Madrid. Pertenece a una gran cadena, aunque por su tamaño nadie lo diría. Preguntamos en caja que si han cambiado los precios del aceite desde ayer (abren todos los domingos). La mujer nos mira con cara de no entender del todo la pregunta y contesta. “Sí, un par de ellos. Dos o tres marcas grandes creo”. No concreta mucho más. “¿Con tarjeta?”, pregunta.

La siguiente experiencia es curiosa. Buscamos un establecimiento algo más grande y vemos claramente que todos los aceites de oliva tienen la reducción del IVA aplicada. Todos. Es fácil saberlo porque todos los aceites de oliva tienen una etiqueta amarilla, muy vistosa, con el precio de “antes” y el de “ahora”. Echamos mano de la calculadora y la “oferta” resulta ser justo de un 5% menos. Vamos, la bajada del IVA. La estrategia de marketing, en este caso, les ha salido gratis.

El tercer supermercado también es grande. La primera persona que nos contesta nos dice que no sabe si está aplicada la bajada del IVA. “Yo creo que sí, porque es una cadena grande y son muy legales, pero no te lo quiero asegurar porque no lo sé”, nos dice. “Espera”, añade. Y llama de inmediato a un compañero, que no duda en contestar: “Sí, esta mañana lo he cambiado todo. No sólo aquí, también en las cajas y en el autocobro, para que no haya problema. Lo que está en amarillo no es lo del IVA, son ofertas que empiezan hoy. Estarán solo unos días de julio”. Nos pide, antes de irnos, que no digamos su nombre ni donde trabaja “por si acaso”.