Ya hemos entrado de lleno en el 2025, un nuevo año, que lógicamente viene con muchos cambios y nuevos retos que van a hacer variar todo lo que suceda a nivel social y político. Y el actual Gobierno de España tiene muchos retos que plantearse y ante los que actuar para poder cumplir con los objetivos que se marcó y satisfaces los deseos de los españoles. Uno de ellos es el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que es un viejo caballo de batalla del Ministerio de Trabajo. La inflación sube, los precios de todo son más caros y cada vez es más complicado vivir en el ‘Estado del Bienestar’, por lo que tenemos la necesidad de ganar algo más de dinero y en eso están trabajando Yolanda Díaz y su equipo.
La última subida del SMI data del pasado, en concreto del 6 de febrero, cuando ascendió en un 5% tras el acuerdo alcanzado con los sindicatos. En ese momento ese mínimo se fijó en 37,8 euros brutos al día, o 15.876 euros brutos anuales distribuidos en 14 pagas de 1.134 euros.
Es decir, que el incremento fue de 54 euros mensuales, 756 euros al año. Pero ahora se ha quedado algo obsoleto, y con el nuevo año en marcha, Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, tiene previsto reunirse esta semana con los agentes sociales ( CCOO, UGT, CEOE y Cepyme) para negociar la subida del SMI para 2025 con efectos retroactivos desde el 1 de enero.
Ponerse a la par de la inflación, el objetivo
Aunque por ahora el ministerio de Trabajo no ha querido dar cifras exactas de cuanto busca que sea el ascenso de las cifras, los empresarios han echo cuentas, y tienen claro que el objetivo de la ministra no es otro que la subida del SMI refleje los datos de inflación y seguir avanzando en que éste sea el 60% del salario medio en España. Es decir, que entre los deseos gubernamentales y los de los sindicatos, se confía en lograr una subida en torno al 6%, lo que situaría el SMI de 2025 por encima de los 1.200 euros.
Los empresarios lo tienen claro
Quienes más en contra se muestran son las pequeñas y medianas empresas, como denuncia denuncia Cepyme, su patronal, en un informe reciente. Esto se debe a que “los costes laborales de las pymes acumulan un alza del 18,1% desde 2019 con efectos negativos en la rentabilidad y el empleo“. Además, la proyección de la vicepresidenta segunda choca con la posición del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que sostiene que la subida del SMI debe de estar “en línea” con la evolución de la economía. Por otro lado hay más disputas en el Gobierno, pues mientras Díaz sí está a favor de indexar contratos públicos al SMI, el Ministerio de Hacienda, dirigido por María Jesús Montero, lo rechaza.