Este fin de semana, las estaciones de Atocha y Chamartín, dos de los principales nodos ferroviarios de Madrid, vivieron un auténtico caos. La causa: el descarrilamiento de un tren en el túnel de alta velocidad que conecta ambas estaciones, afectando las rutas hacia el este de España. Eso incluye destinos tan importantes como la Comunidad Valenciana y Murcia. Este incidente provocó un colapso temporal en la operativa ferroviaria, pero también ha dejado en evidencia las vulnerabilidades del sistema de infraestructuras gestionado por Adif.
Un pasajera muestra su billete de Renfe dentro del tren | Shutterstock
Todo comenzó el sábado por la tarde, cuando un fallo en el remolque de uno de los trenes que circulaban por el túnel provocó un corte total en el servicio ferroviario. El incidente afectó a más de 18.000 personas durante el fin de semana. Mientras algunos viajeros vieron cancelados sus trayectos, otros tuvieron que adaptarse a una serie de cambios imprevistos. Las líneas de media y larga distancia que conectan con destinos como Valencia y Murcia quedaron suspendidas, generando un descontento generalizado entre los usuarios.
A pesar de la complejidad de la situación, el domingo llegó con una noticia alentadora: Adif comunicó que el servicio entre Madrid y el este de España había sido restablecido parcialmente. Los trenes de media y larga distancia volvieron a operar desde la estación de Chamartín. Sin embargo, este anuncio no resolvía todos los problemas. El tren siniestrado seguía bloqueando una de las vías en el túnel que conecta Atocha y Chamartín.
Una solución temporal: la operación de retirada en Atocha
En lugar de retirar inmediatamente el tren siniestrado, Adif optó por una solución provisional. Los operarios lograron apartar el tren y liberar una de las vías del túnel, lo que permitió reanudar parcialmente el servicio ferroviario. No obstante, esta medida no es definitiva. Adif y Renfe han comunicado que la retirada completa del tren siniestrado se llevará a cabo el próximo fin de semana, del 26 al 27 de octubre. Durante esos días, se implementará un dispositivo técnico especial para remover el material, una tarea que, según Adif, reviste una “complejidad especial” debido a las características del túnel.
Este retraso en la retirada del tren ha generado inquietud tanto entre los pasajeros como entre las operadoras ferroviarias, como Renfe, Iryo y Ouigo, que dependen del buen funcionamiento de esta conexión clave. Las operadoras han mostrado su sorpresa ante el comunicado de Adif. A fin de cuentas, según fuentes cercanas consultadas por El Español, desconocían hasta el último momento cuántos trenes podrían volver a circular por la vía el lunes.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente | EFE
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha sido uno de los más vocales en cuanto a la necesidad de liberar al menos una de las vías del túnel lo antes posible. En sus declaraciones, ha insistido en la urgencia de resolver la situación para minimizar las molestias a los viajeros y garantizar la operatividad del sistema ferroviario. A pesar de sus esfuerzos, el ministro no ha podido ofrecer una solución inmediata. La complejidad técnica del operativo exige tiempo y recursos adicionales.