Tribuna

Cómo reescribir el futuro de las niñas y mujeres

Laura Fernández Lord, responsable de Empoderamiento de la Mujer de la Fundación Microfinanzas BBVA, destaca la importancia de apoyar a pequeñas emprendedoras

Teletrabajo - Sociedad
Una mujer trabaja desde la comodidad de su hogar (Pexels)

En 2025 se cumplen 30 años de la declaración de Beijing, que sentó las bases de la agenda mundial en favor de la igualdad de oportunidades para las mujeres. Aunque las cosas han cambiado, podríamos decir que hay poco que celebrar porque son muchas las barreras que aún quedan por superar.

En el caso de las mujeres, jóvenes y niñas, un tema esencial es la educación. Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran que aunque las mujeres alcanzan un nivel educativo superior, esto no se traduce después en tasas de empleo superiores o mayores ingresos. Y aunque muchas tienen un desempeño igual o mayor en los estudios durante su infancia, la cosa cambia en la juventud cuando empiezan a perder el interés por las ciencias y las matemáticas y los hombres acaban “cogiendo carrerilla” y desarrollando fortalezas en estas materias. Esto no debería ser algo negativo. Sin embargo, esas preferencias desiguales por género repercuten en los estudios universitarios que eligen y en sus empleos, incidiendo así en la brecha salarial de género o en la autonomía económica en la edad adulta y en la vejez.

Además, para formarse es necesario un activo esencial: el tiempo. Y las mujeres suelen disponer de menos por asumir el trabajo doméstico y de cuidados, al que dedican 3 veces más que los hombres. En el caso de las mujeres vulnerables en América Latina, hasta 40 horas semanales según ONU Mujeres.

La educación es esencial para cambiar el futuro de las personas y crear oportunidades, y en especial, para ellas. Algo que sabemos bien en la Fundación Microfinanzas BBVA donde brindamos servicios financieros y no financieros a casi 3 millones de emprendedores en vulnerabilidad. Además, les acompañamos con educación financiera, digital y empresarial. En 2023, más de 662.000 recibieron formación online y presencial. Nuestro compromiso es brindarles los conocimientos necesarios para que sus negocios prosperen. Según nuestros datos de pobreza multidimensional, el 42% de los hogares tiene al menos un adulto con más de 40 años que no cuenta con los años mínimos de escolarización.

Para que el progreso sea inclusivo y perdurable, también nos preocupamos por el futuro de las siguientes generaciones: los hijos e hijas de nuestros emprendedores. Su motivación esencial es que sus hijos tengan un futuro con más oportunidades de las que ellos tuvieron y que se conviertan en profesionales. Y lo consiguen gracias a su trabajo diario en sus pequeños negocios. Con este mismo espíritu, en 2020, nacieron las becas universitarias que la fundación concede en Colombia y en Perú y que ya hemos entregado a 131 jóvenes. La mayoría serán la primera generación de universitarios de sus familias.

Detrás de estos chicos están las historias de superación de sus progenitores. Emprendedoras y emprendedores que administran negocios de venta de comida, costura, transportistas… con los que sostienen a sus familias. La mayoría empezó siguiendo la tradición familiar. En el caso de las mujeres eligen actividades que les permiten estar cerca de su familia, y a pesar de esa falta de libertad han sido capaces de romper “sus propios moldes” y ofrecer otro futuro a sus hijos.

Nuestros emprendedores merecen toda la admiración y apoyo por haber superado su situación de partida. Hoy sus hijas pueden convertirse en psicólogas, ingenieras de sistemas o industriales o licenciadas en marketing.

Estos microempresarios, que decidieron emprender para tomar las riendas de su futuro, quieren que sus hijas no se encuentren el camino lleno de barreras. Por eso las animan especialmente a que crean en ellas mismas y en conseguir aquello que se propongan.

Y, para que todo esto ocurra, la Fundación apoya a las mujeres emprendedoras con crédito. Ellas suponen un 61% del total de personas atendidas con una cartera vigente a finales de 2023 de más de 633 millones de USD. Además, les ofrece productos financieros con enfoque de género, como seguros de maternidad, que brindan un respaldo económico los primeros meses de vida de sus hijos (una especie de “licencia de maternidad” para mujeres en informalidad sin protección social) o seguros oncológicos que incluyen revisiones y chequeos médicos (como mamografías, a menudo inasumibles económicamente para ellas y que en los países desarrollados es algo rutinario). También ofrece programas de liderazgo femenino para fortalecer su autoestima o de alfabetización y marketing digital para que sus negocios también sean visibles online. En Perú, por ejemplo, nuestro chatbot “Charito” enseña educación financiera y ahorro a las emprendedoras de banca grupal. En total, en 2023, casi 263.000 microempresarias contaban con un producto financiero con “lente de género”.

Sabemos que si trabajamos para las emprendedoras construimos un mejor futuro para ellas en sociedades más prósperas, inclusivas y sostenibles. Un ejemplo son las becadas que ayer tuvieron la oportunidad de contarle a S. M. la Reina por qué es importante promover el acceso a la educación de las mujeres. Como dice la colombiana de 17 años Valery Martínez, “la educación es la luz de esperanza, la oportunidad para que los jóvenes de nuestros pueblos nunca dejen de perseguir sus sueños”.