Isabel García (Muel, Zaragoza, 1977), eurodiputada, vicepresidenta de la Comisión de Control Presupuestario y miembro de la Comisión de Transporte y Turismo, aterrizó en el Parlamento Europeo por la concatenación de una serie de circunstancias imprevistas, que pusieron a prueba su capacidad como mujer y madre.
Asumió está responsabilidad con un bebé de 4 meses y un niño de cinco, una mudanza desde su localidad natal de poco más de 1.300 habitantes a Bruselas. Como parte integrante de los debates de cierre de una legislatura, García está el tanto de las entresijos de la diferentes comisiones del Parlamento Europeo.
“La Comisión de Igualdad provoca ‘urticaria’ a algunos sectores que han intentado hacerla desaparecer“, advierte García. Según ha explicado a Artículo14, a finales de año dentro de los procesos de revisión final de la legislatura, la Mesa del Parlamento compartió con los grupos una propuesta para pasar la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género (FEMM) a una comisión especial y que sus competencias legislativas se trapasaran a las comisiones de Empleo y de Libertades, bajo el argumento de que así se eliminarían los conflictos de competencias.
“En estos meses ha habido un proceso de reflexión dentro del Parlamente y hemos constatado que había ‘fuerzas ocultas’ que querían que esta comisión desapareciera. Desde mi grupo, el PSOE, se ha hecho un gran esfuerzo por mantenerla“, detalla. En este sentido, confía en que todo el trabajo desarrollado prevalezca. En principio, la continuidad de esta comisión está asegurada, aunque en función de los resultado de las elecciones podría volver a plantearse su revisión.
Entre los avances logrados por esta Comisión, destacan la Directiva de Mujeres en los Consejos de Administración, después de diez años de bloqueo [en fase de transposición en España mediante la Ley de Paridad], la Directiva de Transparencia Salarial, la Directiva sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres, el acuerdo para la revisión de la Directiva contra la trata, la introducción de nuevos estándares para los organismos de igualdad y una posición sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
“Por parte del grupo socialista una de las condiciones para apoyar el nombramiento de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea fue la defensa de la igualdad de género”, recuerda García, que recientemente estuvo de visita en Madrid invitada por la asociación Ellas Vuelan Alto, donde puso en valor la importancia de las elecciones europeas, algo que, a veces, pasa desapercibido a los ciudadanos que no son conscientes del impacto de la legislación europea en su día a día.
Negociación
“En el Parlamento Europeo el deporte nacional es la negociación, es importante llegar a acuerdos”, subraya, al tiempo que comenta que con la visión país que impera en Bruselas son frecuentes pactos que en el plano nacional serían impensables. “Han sido habituales los pactos entre los grupos más liberales, con el Partido Popular Europeo y la Alianza Progresista de Socialistas y había una línea roja con la extrema derecha. Pero la presidenta de la Comisión Europea ha abierto la puerta a negociar con estos grupos, lo cual es bastante peligroso”, advierte.
En este sentido, destaca que la adopción de la legislación europea es un procedimiento “muy pensado”, que exige el acuerdo entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea. En su opinión, el previsible ascenso de los partidos de extrema derecha en muchos países de la Unión Europea determinará el devenir de la próxima legislatura, donde hay ámbitos que pueden correr más peligros, como por ejemplo las políticas de igualdad.
“Los eurodiputados son uno de los actores más importantes. Lo que no se oye en el Parlamento es que no preocupa, no está ahí”, señala animando a los sectores empresariales a trasladar su visión ante quienes tienen que tomar decisiones legislativas.
Mujer y transporte
Por su participación en la Comisión de Transportes, en estos últimos cinco años se ha movido en este entorno muy masculinizado y lo tiene claro: “La mujer puede jugar un papel importante en el sector del transporte, especialmente en la transición digital. Tienen que contar con nosotras y con la gente joven porque hay un problema de personal en todos los sectores del transporte“.
Ella misma es un ejemplo de liderazgo para las mujeres, cuando hace cinco años salió elegida eurodiputada -algo imprevisto, porque iba el número 20 en la lista- no se lo pensó dos veces, aunque había sido madre recientemente. Con el apoyo de su marido y una gran organización, ha sido capaz de liderar como ponente un informe tan complejo técnicamente como el relativo a la revisión de la Directiva sobre pesos y dimensiones máximas autorizadas de vehículos por carretera, que acaba de ser aprobada por el Parlamento Europeo.
Cierra así una etapa en el Parlamento Europeo, pues no volverá a concurrir como candidata en las próximas elecciones europeas del próximo 9 de junio. Su futuro está aún por decidir.