Claves y consecuencias de la guerra comercial entre China y Estados Unidos

La guerra comercial entre China y Estados Unidos podría empujar a Pekín a redirigir sus exportaciones hacia terceros países

Estados Unidos contra el mundo - Economía
Una imagen simbólica de la batalla arancelaria de Estados Unidos contra el mundo
Shutterstock

La guerra comercial entre China y Estados Unidos ha entrado en una nueva fase. Con el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles superiores al 100% a ciertos productos chinos a partir del 9 de abril, la tensión entre las dos mayores economías del planeta ha vuelto a escalar. Pekín ha respondido con contundencia, prometiendo represalias y dejando claro que no se dejará presionar.

Un conflicto con larga historia y nuevo impulso

La guerra comercial entre China y Estados Unidos no es nueva. Durante su primer mandato, Trump ya impuso aranceles a miles de productos chinos. Aunque muchos esperaban que Joe Biden aliviara las tensiones, su administración mantuvo e incluso endureció algunas de esas medidas. Ahora, el conflicto parece acercarse a un punto crítico, con consecuencias que podrían sentirse en toda la economía mundial.

Según los analistas, esta nueva fase de la guerra comercial entre China y Estados Unidos podría tener efectos más intensos que los anteriores episodios. El comercio bilateral alcanzó los 585.000 millones de dólares en 2024, con un fuerte desequilibrio a favor de China. Solo el año pasado, Estados Unidos registró un déficit comercial de 295.000 millones con su rival asiático.

El impacto directo de los nuevos aranceles

Con los nuevos aranceles de Trump, muchos productos chinos verán encarecido su precio en EE.UU. El impacto no será menor. La guerra comercial afectará directamente a sectores como la electrónica, los juguetes, las baterías y, especialmente, los smartphones. Este último representa el 9% de las importaciones estadounidenses desde China.

Apple ya ha sentido el golpe. El valor de sus acciones ha caído un 20% en el último mes. La empresa depende en gran parte de fábricas ubicadas en China para producir sus dispositivos. Por lo tanto, cualquier incremento arancelario se traduce en un aumento de costes para el consumidor estadounidense.

Claves y consecuencias de la guerra comercial entre China y Estados Unidos
Howard Lutnick, secretario de Comercio de Estados Unidos, sostiene un cartel durante un anuncio de aranceles en el jardín de rosas de la Casa Blanca
Efe

Como es habitual en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, Pekín ha respondido con medidas de represalia. El gobierno chino ha impuesto barreras comerciales a productos estadounidenses, elevando su coste en el mercado asiático. Esto afecta directamente a sectores clave de la economía norteamericana, como la agricultura, la energía y la industria farmacéutica.

Uno de los productos más sensibles es la soja, vital para alimentar a los 440 millones de cerdos en China. Al subir su precio, también se encarecen los alimentos para la población. La guerra comercial entre China y Estados Unidos no solo perjudica a las empresas exportadoras, sino también a los consumidores de ambos países.

El juego de las rutas indirectas y la evasión arancelaria

Una parte clave de la guerra comercial tiene que ver con la evasión de aranceles. Muchas compañías chinas han trasladado sus operaciones de ensamblaje a países del sudeste asiático como Malasia, Camboya o Vietnam. Así logran enviar productos a EE.UU. sin pasar por el filtro de los aranceles directos.

La administración Trump quiere cerrar también esa vía. Por eso se plantea imponer aranceles recíprocos a las importaciones desde esos países. El resultado: un encarecimiento generalizado de productos chinos, incluso cuando no llegan directamente desde China.

Otra dimensión de la guerra comercial entre China y Estados Unidos es el control de materias primas esenciales. China refina gran parte del litio, cobre, tierras raras y otros metales utilizados en sectores tecnológicos y militares. Pekín podría restringir la exportación de algunos de estos elementos a EE.UU., como ya hizo con el germanio y el galio.

Ambos metales son esenciales para la fabricación de radares y sistemas térmicos de uso militar. En un contexto de tensión geopolítica, la guerra comercial podría convertirse también en una guerra por el control de los recursos.

Tecnología, microchips e inteligencia artificial

Claves y consecuencias de la guerra comercial entre China y Estados Unidos
El logotipo oficial de DeepSeek al fondo y en la pantalla de un smartphone en primer plano
Shutterstock

En paralelo, la administración estadounidense ha ido limitando el acceso de China a microchips avanzados. La guerra comercial también se libra en el terreno tecnológico, con el objetivo de evitar que Pekín lidere sectores estratégicos como la inteligencia artificial.

Washington ha presionado a sus aliados para bloquear la exportación de ciertos semiconductores a empresas chinas. Esta ofensiva, iniciada por Biden, se intensifica con Trump en el poder. Y tendrá un impacto global, ya que muchas cadenas de producción están interconectadas a nivel mundial.

El riesgo para la economía mundial

La guerra comercial entre China y Estados Unidos no es un conflicto bilateral sin consecuencias externas. Juntas, ambas economías representan el 43% del PIB global, según datos del Fondo Monetario Internacional. Si esta confrontación escala y provoca una ralentización económica, el impacto se sentirá en todo el planeta.

Una recesión simultánea en China y EE.UU. tendría efectos devastadores sobre la inversión, el comercio global y la estabilidad financiera. Países exportadores, mercados emergentes y empresas multinacionales ya observan con preocupación la evolución de los acontecimientos.