El permiso parental retribuido de 8 semanas es una de las promesas más ambiciosas en materia de conciliación familiar en Europa. Aprobado en el marco de la Directiva 2019/1158 del Parlamento Europeo, su propósito es garantizar que madres y padres puedan dedicar tiempo a la crianza de sus hijos sin renunciar a su estabilidad económica.
Sin embargo, en España esta medida sigue atrapada en el limbo normativo. Debía estar operativa desde agosto de 2022, pero su entrada en vigor real aún no tiene fecha concreta.
Una directiva clara y un retraso evidente
La Directiva Europea que regula el permiso parental retribuido de 8 semanas fue publicada en el Boletín Oficial del Estado el 12 de julio de 2019. A partir de ese momento, España disponía de un plazo de tres años para transponerla a su ordenamiento jurídico. Ese plazo venció en agosto de 2022. Y no solo se incumplió: el retraso ha acarreado una sanción económica.
Según ha informado el Ministerio de Trabajo, el país ha sido multado con alrededor de siete millones de euros por parte de las instituciones europeas.

Más allá del coste económico, el incumplimiento deja en el aire los derechos de miles de familias que esperaban poder acogerse a esta medida. El permiso parental retribuido de 8 semanas se ha convertido en una asignatura pendiente que, además de restar credibilidad al compromiso con la conciliación, sitúa a España por detrás de otros países del entorno europeo.
¿En qué consiste el permiso parental retribuido de 8 semanas?
El permiso parental retribuido de 8 semanas tiene como objetivo principal favorecer la crianza durante los primeros años de vida del hijo. Está dirigido tanto a trabajadores por cuenta ajena como a autónomos. Eso lo convierte en una herramienta transversal. A diferencia de las bajas por maternidad o paternidad —ya existentes y ampliamente consolidadas—, este permiso no se limita al nacimiento, sino que puede utilizarse en cualquier momento durante los primeros años del menor.
Cada progenitor tendría derecho a disfrutar de un total de ocho semanas retribuidas. Es un permiso individual, intransferible y que no puede cederse de un progenitor al otro. Para activarlo, es necesario comunicarlo a la empresa con al menos 10 días de antelación. Además, la normativa impide que el trabajador sea despedido durante su disfrute.

En términos prácticos, el permiso parental retribuido de 8 semanas permitiría a las familias reorganizarse, cubrir periodos vacacionales escolares o atender situaciones de especial necesidad en la infancia sin temor a perder ingresos.