Las sedes sociales de la Fundación La Caixa y Criteria —el holding industrial de la entidad financiera— regresan a Barcelona después de siete años y medio domiciliadas en Palma de Mallorca como consecuencia del procés. Artículo14 ya apuntó que este movimiento de retorno comenzaba a circular hace un par de meses, cuando el Banco Sabadell anunció súbitamente su vuelta a Cataluña en busca de protección política (socialista) para frenar la opa del BBVA. “CaixaBank no va a volver. Otra cosa es la Fundación La Caixa. Ahí quizá podría haber algún movimiento”, deslizaban fuentes empresariales a este periódico.
El movimiento de Fundación La Caixa (única accionista de Criteria) se consumó este miércoles e interpretarlo requiere tener presente, sobre todo, un contexto: el de las recientes maniobras que el Gobierno de Pedro Sánchez para garantizarse mayor fluidez con el IBEX (recuérdese el reciente acceso de Marc Murtra, una figura de la órbita socialista, al frente de Telefónica). Fuentes empresariales sospechan que los deseos de fluidez del Gobierno también alcanzan a CaixaBank, pero Isidro Fainé tiene mucho que decir en el tablero que el Gobierno trata de reordenar.
Por una parte, no hay dudas entre los ejecutivos de la entidad financiera respecto a mantener la sede social de CaixaBank en Valencia. Al fin y al cabo, el 80% de su negocio está fuera de Cataluña y, por tanto, nadie observa condiciones adecuadas para forzar un regreso de un banco que cambió por completo tras la fusión con Bankia (antigua Caja Madrid).
Ganar tiempo
Sin embargo, Fainé, presidente Fundación La Caixa y de Criteria, ha decidido activar el regreso a Barcelona de una y otra entidad. Según las fuentes consultadas, el ejecutivo busca “ganar tiempo” y neutralizar las presiones soterradas del Gobierno sobre la vuelta a Cataluña. Y lo hace en una fase convulsa en el universo La Caixa, marcado por los rumores respecto a quién será el relevo del propio Fainé (Manresa, 1942).
Juan José López Burniol, que durante siete años fue vicepresidente de la Fundación La Caixa, anunció el pasado diciembre su renuncia a este cargo sólo cinco días después que el abogado Josep Maria Coronas fuera nombrado director general de la Fundación. El puesto de Burniol lo ocupó Javier Godó, conde de Godó, completando así Fainé una reestructuración de la Fundación que fuentes consultadas interpretan “a la defensiva”, al igual que el regreso a Barcelona.
En un comunicado, La Caixa explicó que ha optado por el regreso a Catalunya “atendiendo al hecho de que ya no se dan las circunstancias que motivaron el traslado temporal de dichas sedes a la ciudad de Palma en el año 2017”, y subrayó que “el cambio no implica movimiento de personas ni de espacios o servicios corporativos, en la medida en que la mayoría de los empleados y centros de trabajo han estado siempre ubicados en Barcelona”.
La fundación comunicó hace dos semanas que este año ha incrementado el presupuesto hasta los 655 millones de euros, una cifra récord, después de haber destinado más de 5.000 millones a iniciativas sociales, de investigación, educativas y culturales en la última década. En 2024, atendió a 235.000 beneficiarios en España y Portugal a través de los programas de intervención social directa.
El negocio de Criteria
En cuanto a Criteria, es el primer grupo industrial de Cataluña y del conjunto de España, con participaciones en empresas cotizadas superiores a los 25.000 millones de euros. El holding es el primer accionista del banco más grande del Estado, CaixaBank, con el 31,17%, de Naturgy (26,7%) y de Colonial (17%). Además, tiene el 9,99% de Telefónica, el 9,36% de ACS y participaciones en Puig y Aigües de Barcelona. Este martes anunció un acuerdo para entrar en Veolia, el gigante francés del agua, con un 5%, operación valorada en unos 1.000 millones de euros. La Caixa.