Burberry, la firma británica de lujo quiere conquistar la clase media

Las acciones de la compañía de lujo han caído un 15% después de que se anunciara un cambio de consejero delegado y se suspendiera el dividendo por una fuerte caída de las ventas en el sector del lujo

Si hay un icono de la moda británica es Burberry. Un nombre ligado a una gabardina de color beige con un forro de cuadros tipo escocés. Su creador, Thomas Burberry, creó la firma en 1856 para hacer frente a las inclemencias del tiempo de Reino Unido. Una prenda con la que no empaparse durante los infinitos días de lluvia en el país. Buscando un tejido que no transpirada, el joven emprendedor inventó y patentó un algodón de gabardina, impermeable y resistente con el que se hizo famoso en todo el mundo. Es el mismo trench que llevaron los soldados británicos durante la I Guerra Mundial. En 1914, Burberry recibió el encargo de vestir a los militares en la trinchera (de ahí trench) con un abrigo que les protegiera durante el tiempo que hiciera falta. Que fuera ligero, impermeable, con varios bolsillos y cinturón para colgar las armas. Una prenda que ayudara a mostrar la distinción del cuerpo de infantería británico.

Un siglo después, la historia de Burberry pasa por un período oscuro. Igual que la economía británica atraviesa por dificultades desde la pandemia, su marca más identificativa se hunde en la Bolsa de Londres. Las acciones de la compañía de lujo han caído un 15% después de que se anunciara un cambio de consejero delegado y se suspendiera el dividendo por una fuerte caída de las ventas en el sector del lujo. El nuevo CEO será Joshua Schulman, exdirector ejecutivo de otras compañías de como Jimmy Choo o Michael Kors. Un batacazo en bolsa que tiene relación con la fuerte incertidumbre de la economía asiática. Solo hay que darse una vuelta por la Milla de Oro, en Madrid, para darse cuenta de quiénes son los habituales clientes de las firmas de lujo, los chinos, que están empezando a dejar de comprar tanto como lo hacían hasta ahora.

Burberry se había posicionado como una marca de lujo de alta gama, una estrategia que a partir de ahora piensa cambiar. Las gabardinas de cuadros van a intentar vestir a clientes menos ricos, una clase media más adinerada pero que pueda sostener a la compañía de los altibajos de la economía mundial. Sin embargo, no es una fórmula que ya se haya puesto en marcha. No hay más que meterse en la web de la firma y comprobar los precios de sus prendas más icónicas. Resguardarnos de las lluvias londinenses nos sale a 2.500 euros. Quizás sea el momento de esperar a que los precios de sus icónicas gabardinas comiencen a descender.

“Estamos tomando medidas decisivas para reequilibrar nuestra oferta para que sea más familiar para los principales clientes de Burberry y al mismo tiempo ofrezcamos novedades relevantes”, ha señalado su presidente Gerry Murphy.

Los ingresos han descendido un 22% desde los 589 millones de libras del primer trimestre fiscal de 2023 hasta los 458 millones del inicio de 2024. Las ventas en sus tiendas han caído un 21% pero sobre todo en la región de Asia-Pacífico, donde se han hundido todavía más hasta el 23%.

“Creemos que tenemos la oportunidad de volver a conectar con nuestra base de clientes y aprovechar el atractivo duradero de los productos y la marca icónicos de Burberry, al tiempo que aportamos novedades relevantes”, ha indicado la compañía en un comunicado.

Esta situación “tiene bastante relación con los problemas de crecimiento que está experimentando la economía china, pero también con los incrementos de costes que se aprecian a nivel global. Es verdad que los artículos de lujo son menos sensibles a caídas de la actividad económica en los países occidentales (los ricos consumen igual, vayan las cosas bien o menos bien), pero sí que hay países emergentes, como China, en los que si las cosas no van bien, debido al enorme volumen de demanda que generan, supone un problema para estas empresas… Para Burberry el momento es más complicado ya que hace tres meses había hecho otro profit warning y ahora se encuentra en pleno proceso de remodelación y cambio de estrategia… Otro problema es que Burberry dirige su oferta a un cliente más aspiracional, con renta alta, pero sin llegar a ser ricos, y este grupo demográfico está retrocediendo”, explica Antonio Castelo, economista de iBroker.

Ese profit warning que hizo Burberry fue una declaración de la propia compañía explicando los riesgos de sus ganancias en un futuro. La empresa ya anticipaba que algo no estaba funcionando en sus cuentas de resultados. Ante este panorama, se esperan nubarrones financieros en la próxima publicación de sus cuentas a no ser que ese cambio de rumbo, esa democratización de la firma, le sirva para remontar el vuelo y a la clase media nos permita, de paso, acceder a sus trench en los días de lluvia.

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