Las telecos europeas han vuelto a desfilar por el Mobile World Congress exigiendo a la Comisión que actúe ya para conseguir un mercado único comunitario en el sector. Las demandas de las grandes operadoras (Telefónica, Vodafone, Orange o Deutsche Telekom) se llevan escuchando años: es imposible competir con las compañías de EEUU, China o India cuando en lugar de un mercado único lo que tienes es un mercado fragmentado, es decir, 27 mercados nacionales.
El debate ha llegado vivo a esta legislatura a través del informe que el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi presentó el año pasado. En el estudio se destacaba que en la Unión Europea hay 34 operadoras de redes móviles (ORM) y 351 operadores virtuales (OMV) para dar servicio a 450 millones de ciudadanos. Para ilustrar el desafío: en EEUU hay tres ORM y 70 OMV con una base de mercado de 335 millones de personas.
Unión Europea
El ecosistema de redes podría vivir cambios sustanciales si la Unión Europea atiende estas demandas. La principal razón por la que el Viejo Continente ha mantenido el mercado fragmentado se explica con una sola palabra: competencia. Si en cada país del bloque son varias las operadoras de redes y las operadoras virtuales que compiten por los clientes, la factura para disfrutar de conexión a internet será competitiva. Los precios se mantendrán bajos.
Pero, ¿cómo sería un mercado único de las telecomunicaciones? Las recientes operaciones que se han visto en el mercado español han implicado, por lo pronto, despidos. El fondo Zegona adquirió la filial española de Vodafone, lo que desembocó en un ERE para casi 900 trabajadores. La fusión también en España de Orange y MásMóvil puso sobre la mesa otro ERE que afectaría a 650 personas, y que se está litigando en los juzgados. Más allá de los despidos: ¿qué pasará con tu factura? ¿Subirá el precio de internet, de tu móvil y de los paquetes que tengas contratados?
Qué piden las telecos
La idea de acabar con la fragmentación del mercado de las telecos europeos lleva años sobre la mesa. En la legislatura europea anterior, el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, dio varios pasos al frente. El expolítico francés comprendía perfectamente al sector: fue CEO de France Telecom, lo que hoy es Orange. Breton prometió un libro blanco para el sector de las telecomunicaciones y avanzar en el desarrollo de un Reglamento de Redes Digitales. Sin embargo, las desavenencias de Breton con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, implicaron su marcha. Hoy ese Reglamento de Redes Digitales sigue esperando en un cajón de Bruselas: la actual comisaria de Soberanía Digital, Henna Virkkunen, tiene el mandato de llevarlo a cabo.

Marc Murtra, presidente de Telefónica.
Mientras llega o no, lo evidente es que las voces de las telecos europeas no suenan igual para todo el mundo. En especial, a la hora de hablar del bolsillo de los ciudadanos. Marc Murtra se estrenó como presidente ejecutivo de Telefónica en el Mobile World Congress y lo hizo con ejemplos muy gráficos. “Operamos en un mercado fragmentado, que es como jugar al fútbol con una mano atada a la espalda”. Más contundente fue el CEO de Deutsche Telekom, el germano Tim Höttges, que habló de la excesiva regulación comunitaria. “En Europa necesitamos un DOGE”, dijo, en referencia a la controvertida campaña de recortes que mantienen en EEUU el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk.
Subidas de precios
A finales de 2023, cuando el tema ya era candente, una federación de asociaciones de consumidores europeos, BEUC -a la que se adscriben en España la CECU o la OCU-, transmitió su preocupación por los términos en los que se estaba desarrollando la conversación.
“La regulación de las telecomunicaciones en la Unión Europea ha sido un éxito en las últimas tres décadas”, advertían en un comunicado. “Mercados justos y competitivos, combinados con medidas reguladoras eficaces, han sido la fuerza motriz de las inversiones, de la innovación y de los beneficios para los consumidores”. “Este marco jurídico favorable a la competencia ha creado con éxito un mercado libre (…) y ha contribuido a superar los monopolios nacionales. En última instancia, ha ofrecido a consumidores y empresas de la Unión Europea calidad y posibilidades de elección a precios asequibles”.
A mediados de 2024, la ECTA, la asociación por la competencia de las telecos europeas, que representa a pequeñas operadoras de todo el continente, lamentó que los debates partieran de una premisa a su juicio inexacta: que el mercado de las telecomunicaciones europeos está en mal estado.
Consumidores
De nuevo, a finales del año pasado, la BEUC volvió a insistir, en una consulta convocada por el Organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas (ORECE) que “en los últimos años” varias de las organizaciones que la conforman “han expresado su preocupación por la consolidación de los mercados de telecomunicaciones”. “La tendencia se refleja en un fuerte aumento de las quejas de los consumidores por subidas unilaterales de precios y deterioro de la calidad del servicio”.
La Organización de Consumidores (OCU) aclara a Artículo14 que la aspiración de un mercado menos fragmentado “puede ser interesante” y “debería facilitar las grandes inversiones que este sector requiere”. “Podría ser crítico contar con empresas europeas fuertes que garanticen un servicio seguro, respetuoso con la normativa europea y accesible”. Sin embargo, “en estos procesos de concentración es imprescindible garantizar un nivel de competencia suficiente en cada país”, aclaran. “Es posible que exija desinversiones y fortalecer a nuevos operadores”, ya que “si esa concentración pasa por reducir el número de grandes operadores” el consumidor “podría recibir consecuencias negativas”, advierten.
Matices
Para un experto consultado por Artículo14, en la balanza hay más ventajas que inconvenientes a la hora de consolidar un mercado único europeo de telecomunicaciones. Martín Piqueras, profesor de la OBS Business School y experto en Gartner recuerda que en este debate hay otros aspectos a tratar, como por ejemplo el tema de la soberanía digital de cada uno de los países de la Unión Europea, o incluso la necesidad de mantener las redes segmentadas para garantizar su resiliencia -que una caída en las redes francesas no afecte a todas las redes del bloque comunitario, sin ir más lejos-.
Sin embargo, Piqueras considera que hay muchos dilemas que no son tales en todo este asunto, también con respecto a los debates tecnológicos. Destaca que con un mercado más consolidado y más grande las operadoras podrán negociar internacionalmente y podrán asumir decisiones de un mayor calado geoestratégico. “También las compañías eléctricas comparten una única infraestructura”, recuerda.
Por qué los mercados siguen fragmentados
Con todo, la idea de un mercado consolidado europeo y único de las telecomunicaciones todavía dista de ser una realidad. El debate se ha vuelto a tocar en la última edición del Mobile World Congress de Barcelona, sí, pero también se trató en la edición de 2024 o en la de 2023. La comisaria Henna Virkkunen ha estado estos días en Barcelona y lejos de atender las quejas de Murtra y sus homólogos se ha sentado en animar a las operadoras a redefinir su operativa y el diseño de sus redes para adaptarlas a los “nuevos desafíos”.
El ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, ha sido uno de los representantes públicos más explícitos con este asunto en los últimos días. El ministro instó a “integrar los 27 mercados nacionales”. Es un paso de gigante, eso sí. El excomisario de Competencia de la Comisión Europea, el español Joaquín Almunia, ya advirtió hace meses que las operadoras en realidad pueden iniciar las operaciones corporativas, compras y absorciones que consideren: Bruselas suele dar su beneplácito.
Almunia ponía el foco en las veintisiete capitales de la Unión Europea: si los mercados nacionales existen es porque el reparto del espectro radioeléctrico compete a reguladores estatales, no comunitarios, y el pago de la tasa por el uso de dicho espectro reporta ingresos a los presupuestos de cada uno de los estados miembros.