A partir del próximo 30 de junio, los consumidores españoles podrían enfrentar una subida significativa en el precio de los alimentos. Se superará el 5% si el Gobierno decide no prorrogar la rebaja del IVA implementada en enero de 2023.
Esta medida, que fue adoptada para mitigar el impacto de la inflación en los productos básicos, ha sido fundamental para mantener la accesibilidad de la cesta de la compra durante los últimos meses. Sin embargo, la inminente decisión del Gobierno sobre la continuidad de esta rebaja fiscal genera incertidumbre y preocupación. Tanto entre los consumidores como en el sector alimentario.
El contexto de la rebaja del IVA
La rebaja del IVA sobre ciertos alimentos básicos fue una respuesta directa a la inflación creciente y a las dificultades económicas derivadas de la pandemia y la crisis energética. Productos esenciales como el pan, la leche, los huevos y el queso, que inicialmente estaban sujetos a un IVA del 10%, vieron una reducción al tipo superreducido del 4%. Otros productos como el aceite de oliva y la pasta, que tributaban al 21%, se beneficiaron de una rebaja al 10%.
Esta política ha jugado un papel crucial en la contención del precio de los alimentos. Ha permitido a las familias españolas acceder a alimentos básicos sin un incremento desmesurado en sus costes. No obstante, esta medida fue anunciada como temporal. Y, conforme se acerca su fecha de finalización, el debate sobre su posible extensión cobra fuerza.
Impacto potencial en los precios
Si el Gobierno opta por no prorrogar la rebaja del IVA, los analistas prevén un aumento inmediato en los precios de los alimentos, que podría superar el 5%. Este incremento afectaría de manera desigual a los diferentes productos. El pan, los huevos y el queso, que retornarían a una tasa del 10%, y productos como el aceite de oliva y la pasta, que volverían a tributar al 21%, serían los que más cambios sufrirían.
El precio de los alimentos está en ‘standby’ en estos momentos (Kilo y Cuarto)
Los economistas advierten que este aumento repercutiría directamente en el bolsillo de los consumidores. Especialmente, en aquellos hogares con menores ingresos, que destinan una mayor proporción de su presupuesto a la compra de alimentos. Además, el sector alimentario podría enfrentarse a desafíos adicionales. Es el caso de una posible disminución en la demanda debido al encarecimiento de los productos.
Reacciones y expectativas
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado que la decisión sobre la prórroga de la rebaja del IVA se tomará en el último momento. Subraya la necesidad de evaluar cuidadosamente el contexto económico y social. Montero ha destacado que el objetivo primordial del Gobierno es garantizar una cesta de la compra accesible para todos los ciudadanos. Sin embargo, no ha descartado la posibilidad de revertir la medida si las condiciones lo permiten.
Por su parte, asociaciones de consumidores y organizaciones del sector alimentario han manifestado su preocupación ante la posible subida de precios. Facua-Consumidores en Acción ha instado al Gobierno a mantener la rebaja del IVA para proteger el poder adquisitivo de las familias, mientras que la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) ha alertado sobre el impacto negativo que podría tener en la competitividad del sector.
Perspectivas futuras
El debate sobre la rebaja del IVA refleja las tensiones inherentes a la política fiscal en tiempos de crisis. Si bien la medida ha sido eficaz en la contención de precios, su sostenibilidad a largo plazo es cuestionable. Sobre todo en un contexto de recuperación económica y consolidación fiscal.
La decisión del Gobierno, que se espera sea anunciada en los próximos días, será determinante para el futuro inmediato del precio de los alimentos en España. Mientras tanto, consumidores y productores se mantienen a la expectativa. Son conscientes de que cualquier cambio en la política fiscal tendrá repercusiones significativas en el mercado y en la economía doméstica.