Con la llegada del mes de julio, los consumidores en España deben prepararse para un notable incremento en el precio de la luz. Se estima que la factura eléctrica aumentará en unos 15 euros mensuales debido a varios factores que confluyen durante la temporada estival. A pesar de la reciente reducción del IVA del 21% al 10%, el impacto de esta medida no será suficiente para compensar otros incrementos en los costos energéticos.
Factores que influyen en el incremento del precio de la luz
El verano trae consigo un aumento de la demanda eléctrica. Especialmente, debido al uso masivo de sistemas de aire acondicionado para combatir las altas temperaturas. Este incremento en la demanda coincide con una disminución en la producción de energías renovables como la eólica y la hidroeléctrica, que dependen de condiciones meteorológicas favorables.
En este contexto, los ciclos combinados, que utilizan gas natural para generar electricidad, deben asumir una mayor proporción de la producción. Dado que el gas natural tiene un costo más alto, esto repercute directamente en el precio final de la electricidad en el mercado mayorista. Además, se ha restablecido el impuesto eléctrico al 5,1%, tras haber sido temporalmente reducido durante el año pasado. Este impuesto, junto con el impuesto a la generación, contribuye significativamente al encarecimiento de la factura eléctrica.
El precio medio de la luz en julio se prevé en 65,25 euros por MWh
El restablecimiento del impuesto eléctrico al 5,1% añade una carga adicional a los consumidores. Afecta negativamente al precio final de la electricidad. Aunque el Gobierno ha implementado una reducción del IVA del 21% al 10%, esta medida no es suficiente para contrarrestar el aumento derivado de los otros factores. El resultado es que los consumidores verán un incremento en sus facturas de electricidad, a pesar de las medidas fiscales destinadas a aliviar el costo energético. El impacto del impuesto a la generación también juega un papel crucial en este contexto, sumando presión a los precios.
El operador del mercado eléctrico (OMIE) proyecta que el precio medio de la electricidad para julio será de 65,25 euros por megavatio hora (MWh). Un aumento significativo respecto a los 50,43 euros por MWh registrados en junio. Esta subida se debe en gran medida a las condiciones meteorológicas adversas, con pronósticos de temperaturas superiores a la media y menor precipitación, lo que afecta la disponibilidad de energía renovable.
Para los consumidores españoles, estos incrementos significan un verano más caro en términos de gasto energético. Aquellos que dependen en gran medida del aire acondicionado para mantener un ambiente habitable durante las olas de calor enfrentarán facturas más elevadas. Es probable que este aumento en el precio de la luz genere preocupación y malestar entre la población. Más aún en un contexto económico donde muchos hogares ya están lidiando con los efectos de la inflación y otros aumentos de costos.