Davos es un gran escaparate para el mundo económico y Ana Botín aprovechó su momento. Acostumbrada a lidiar en un mundo de hombres, la presidenta del Banco Santander compartió una mesa redonda en el Foro Económico con el CEO de Bank of America, el de TotalEnergies, el cofundador de Blackstone y el presidente de World Economic Forum. Y en una pantalla gigante, por videoconferencia el todopoderoso presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Pero lejos de achicarse, utilizó su turno de palabra para explicarle a Trump, y por ende a medio mundo, las bondades de su banco. Pese a que en su intervención, lo estipulado era que le hiciera una pregunta. De hecho, se lo reprocharon en directo. Pero no se inmutó y continuó con su discurso. “No sé si me conoce como al resto de panelistas. Unas pocas palabras sobre Santander, es el banco número uno del mundo en número de clientes, con 170 millones, más que mi amigo Brian o mi amigo Jamie. Somos un gran inversor en Estados Unidos, tenemos millones de clientes, 12.000 empleados, y somos uno de los mayores prestamistas y recientemente lanzamos un banco completamente digital, Openbank”. Y la respuesta de Trump ha dado la vuelta al mundo. Ni campañas millonarias de publicidad habrían conseguido que apareciera el Banco Santander en las portadas de todos los periódicos españoles y en medios internacionales. Y para bien, reforzando su reputación. “Enhorabuena. Conozco mucho vuestro banco y que has hecho un fantástico trabajo, enhorabuena”, dijo Trump sobre la evolución del grupo cántabro.
La mejor campaña de marketing de la mano de su presidenta. Una jugada redonda para poner en el mapa al Santander en Estados Unidos.
Aunque la entidad española está en el mercado bancario minorista de Estados Unidos desde el año 2006, hace casi dos décadas, cuando adquirió una participación del 25% de un banco regional presente en el noreste del país. Pero ahora, Botín da un paso más allá y lanza su banca online, Openbank, en un paso importante en la transformación del negocio, de un banco regional a una plataforma digital para alcanzar a potenciales clientes en todo el país “en una experiencia de cliente intuitiva, ágil y segura, al tiempo que genera depósitos adicionales de bajo coste que aportarán liquidez a sus operaciones de financiación de vehículos”, tal y como aparece en su página web.
Desembarco en 1968
Pero la primera vez que el Banco Santander pisó suelo estadounidense fue mucho antes, en 1968, con la apertura de una oficina de representación en Nueva York. En 1985 abrió su primer oficina en Miami y solo seis años después, adquirió el 13,5% de First Fidelity y se convirtió en el primer accionista. En 2024, transformó sus oficinas de Miami en una torre con 41 pisos en el que también hay locales comerciales. Y la última jugada de Ana Botín, que es impulsar su banca online con la oportunidad que le dio el Foro de Davos.
“El lanzamiento de Openbank en EE. UU. es solo una parte de la estrategia de transformación de Santander US y del grupo a nivel global. Openbank es un ejemplo de cómo los clientes se han beneficiado de esta inversión, y ya ha sido un éxito donde opera en Europa -España, Alemania, Holanda y Portugal-, atrayendo a millones de clientes con una plataforma fácil de usar y con productos innovadores”.
Durante su intervención en Suiza, Botín también elogió a Trump. “Estamos encantados con tu foco en la desregulación y en reducir la burocracia”, le comentó la presidenta de Santander a Trump, al tiempo que le preguntó cuáles son sus prioridades en este ámbito y cómo de rápido se van a producir. Una obsesión para la directiva que ha estado insistiendo en todas sus intervenciones públicas en el Foro de Davos la necesidad de un marco jurídico idóneo para que las empresas se puedan desarrollar en Europa “si no, corre el peligro de convertirse en un Museo”.
Durante su reunión con Pedro Sánchez, en esta ocasión presencial junto a otros grandes directivos del Ibex35, también se insistió en la necesidad de un espaldarazo a las empresas en la Unión Europea como por ejemplo, poniendo en práctica el Plan Draghi, una especie de Plan Marshall para impulsar la economía en la zona euro pero con una inversión millonaria de 800.000 millones anuales si quiere aumentar su productividad y competir en la escena global con Estados Unidos y China. Ni la mejor campaña publicitaria en la Super Bowl le habría salido más redonda al Banco Santander. Y el propio Trump, no dado a los elogios, felicitando el trabajo de una mujer al frente del banco. La sonrisa de Ana Botín delataba su satisfacción.