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Alejandra Vidal: “La carrera profesional es un maratón; no un sprint”

La directora de Asuntos Corporativos y Comunicación de JTI Iberia, que repasa con Artículo14 su trayectoria y su visión sobre el liderazgo femenino

Alejandra Vidal, directiva con más de 20 años de experiencia en el sector financiero, ha construido una trayectoria sólida que la ha llevado a ocupar posiciones estratégicas en empresas multinacionales. Esta zaragozana inició su carrera en Ibercaja, pero pronto dio el salto al mundo de las grandes corporaciones multinacionales al unirse a Johnson & Johnson como Controller Financiero para España y Portugal. En 2010, se unió a JTI, donde ha desarrollado recorrido dentro del área de Finanzas en mercados como España, Portugal o Irlanda. Hoy, como directora de Asuntos Corporativos y Comunicación en esta misma empresa, Vidal verla por la imagen y la reputación de la compañía.

Esta directiva se dice comprometida “con el liderazgo femenino y el desarrollo del talento”, lo que la posiciona como referente en la gestión del cambio en un entorno cada vez más desafiante. Vidal se focaliza en la evolución de la regulación del sector, la transformación digital o la promoción de una cultura empresarial más inclusiva.

¿Cuál ha sido la decisión más difícil en su carrera profesional?

Sin duda, la movilidad internacional de toda mi familia. Tomar la decisión de trasladarnos a otro país fue un gran desafío, no solo en lo profesional, sino también en lo personal. Es una decisión personal que impactó a toda mi familia, teniendo que cambiar rutinas, enfrentar nuevas culturas y adaptarnos a distintos sistemas educativos para nuestros hijos. También supuso un reto para mi pareja, quien tuvo que replantearse y reorganizar su propio camino profesional. Creo que los profesionales que deciden llevar una carrera internacional deben enfrentarse a muchísimos retos personales además de los profesionales, pero sin embargo también es una experiencia enriquecedora que en mi caso nos ha unido aún más como familia y nos ha permitido crecer juntos, aprendiendo a enfrentar los cambios con resiliencia y optimismo.

¿Cuál es el consejo que más ignoró al inicio de su carrera y cuál fue la consecuencia? Y ¿cuál fue el más útil?

El consejo que más ignoré, especialmente en los primeros años, fue que la carrera profesional es un maratón, no un sprint. Es una carrera a largo plazo.

Al principio, tenía mucha prisa por avanzar, preocupándome demasiado por el “próximo paso” lo que no siempre me ha ayudado a disfrutar del presente. Con el tiempo, he entendido e interiorizado que cada experiencia, incluso los errores, forman parte del crecimiento y que la clave está en la paciencia y la constancia.

Por otro lado, el consejo más útil que he recibido es separar lo personal de lo profesional. En el trabajo somos personas colaborando por un objetivo común, y los conflictos no deben volverse personales. Mantener esa perspectiva ha sido clave en mi desarrollo.

¿Cuándo dejó de sentir que ya no tenía algo que demostrar y empezó a disfrutar del éxito profesional?

Creo que nunca se deja de tener algo que demostrar, y eso no es algo negativo. Los grandes retos siempre nos empujan a superarnos. Sin embargo, hubo dos momentos clave en los que me sentí muy satisfecha con mi camino: primero el salto a Irlanda como directora financiera y posteriormente el regreso a Madrid al puesto que estoy desarrollando actualmente en un área nueva para mí. Estos cambios me han ayudado a entender la importancia de encontrar el equilibrio entre demostrar lo que eres capaz de hacer y disfrutar del viaje. En JTI, el plan de carrera internacional me ha permitido vivir nuevas experiencias constantemente y seguir evolucionando sin perder la pasión, la curiosidad y las ganas.

¿Qué mito sobre el liderazgo femenino le gustaría desterrar para siempre?

El mito que desterraría para siempre es que las mujeres somos demasiado emocionales y que eso es una debilidad. No solo no es así, sino todo lo contrario: es nuestra gran fortaleza. La inteligencia emocional es una de las competencias más valiosas en el liderazgo: nos permite conectar mejor con los equipos, comprender diferentes perspectivas y tomar decisiones más humanas a la vez que estratégicas. La empatía y las emociones no nos restan profesionalismo, sino que nos hacen mejores líderes. Romper este mito es fundamental para que más mujeres se sientan seguras de su propio estilo de liderazgo sin necesidad de encajar en modelos rígidos o anticuados.

¿Qué hábito o ritual sigue para mantener la creatividad y la claridad mental en su día a día?

Mis tres hijos son mi fuente inagotable de creatividad. Ver el mundo a través de sus ojos me desafía constantemente a cuestionarme, a innovar y a pensar de manera diferente. Y también me ayuda a aprender muchísimo de todo tipo de cosas que jamás pensé que conocería.

Para mantener la claridad mentar el deporte es mi gran aliado. Correr o hacer ejercicio me ayuda a despejar la mente, a encontrar nuevas ideas y a mantener la energía necesaria para afrontar cada día. También intento reservarme momentos de desconexión digital que me ayudan a reflexionar y a enfocarme en lo que de verdad importa.

¿Cuál es su fórmula para conciliar la vida profesional con la familiar?

No hay una fórmula mágica, y hay días en los que las cosas funcionan mejor que otros. Para mí lo importante es tener claro que la única cosa que no se puede romper, porque es difícil de recuperar, es la familia. El trabajo es importante, pero siempre habrá más oportunidades, mientras que la familia es única. Por eso, intento ser consciente de mis prioridades y también dar ejemplo a mi equipo. Mostrarles que es posible ser un profesional comprometido sin renunciar al tiempo libre propio con amigos o seres queridos es clave para construir una cultura empresarial más humana y equilibrada.

Un error profesional del que aprendió una lección valiosa

Uno de los errores que cometí y que me ha enseñado muchísimo fue subestimar el impacto de la falta de comunicación directa y la postergación de problemas en la gestión del equipo. En ocasiones, intentar proteger a una persona puede, sin darnos cuenta, afectar al resto del equipo tanto personalmente como en sus dinámicas y rendimiento. Esta experiencia me enseñó que tomar decisiones difíciles y abordar conversaciones incómodas de manera oportuna es fundamental para mantener un ambiente de confianza y enfrentando los desafíos como equipo con éxito.

Si el éxito profesional fuera un deporte, ¿qué tipo de entrenamiento recomendaría para jugarlo bien?

Pues diría que algo así como el crossfit, un entrenamiento que combina resistencia y fuerza. La resistencia porque el éxito no se logra de la noche a la mañana; se necesita paciencia y constancia sin perder la motivación. La fuerza es necesaria para reunir la determinación suficiente para tomar decisiones difíciles, asumir riesgos y mantenernos firmes cuando las cosas no salen como queremos. Además, añadiría flexibilidad, porque en un entorno tan cambiante como en el que vivimos, adaptarse es tan importante como avanzar.

Un imprescindible en el bolso

No es la respuesta más original, pero sin duda te diría que el teléfono móvil. No solo por estar comunicada y conectada, sino porque, al igual que seguro que nos pasa a la mayoría, es mi oficina portátil, mi álbum de fotos, mi cámara… También llevo siempre la llave del coche y mi tarjeta de crédito, porque nunca se sabe qué puede surgir en el día.

Su cita o frase vital.

“Andando y viendo, que la vida nos sorprenda”. No es una frase de ningún gran sabio o filósofo histórico, pero para mí tiene mucho sentido y la repito tanto en casa como en la oficina porque es como afronto mi día a día. Es importante tener objetivos y planes, pero también hay que dejar espacio para la espontaneidad y lo inesperado. Muchas veces, las mejores decisiones y experiencias surgen cuando avanzamos sin miedo y sin la presión de tener todas las respuestas. La clave está en caminar con confianza, disfrutar el proceso y aprender en cada paso.

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