En la jornada en la que madrugamos con medallas teníamos que cerrar de igual manera. El dobles de tenis formado por Cristina Bucsa y Sara Sorribes se encargaron de endulzarnos la tarde con una gran victoria ante la pareja ucraniana (que se decidió en el super tie break).
En paralelo, desde Porte de La Chapelle, nos regalaba también una victoria, agónica eso sí. Porque sufriendo mucho, Carolina Marín selló su pase a los cuartos de final venciendo a Beiwen Zhang (21-12/9-21/21-18).
En el primer set saltaban las alarmas, Carolina cedía el primero en estos Juegos, y la norteamericana se lo llevaba por 21-12. Tocaba remar y remontar. No le pudieron los nervios a la onubense, que se mostró muy sólida para ganar el segundo. Quedaba todo por decidir en la tercera manga. “Hay que bloquear y jugar cruzado”, comentaba en el descanso el técnico de Carolina.
Finalmente se impuso la experiencia y la calidad de la triple campeona mundial que se llevaba el tercero por 21-18 y un partido en 68 minutos que seguro, no se le van a olvidar jamás.
Tras haber vencido a la irlandesa Rachael Darragh en dieciseisavos y a la norteamericana Zhang en octavos, ahora toca seguir soñando con revalidar ese oro olímpico conseguido en Río 2016.
El dobles de tenis, de infarto
Sara Sorribes y Cristina Bucsa también nos regalaron una victoria muy trabajada para seguir con esperanzas en los dobles de París. En frente, las hermanas gemelas ucranianas Lyudmyla y Nadila Kichenovk no lo pusieron fácil, pero las españolas, acabaron imponiéndose por 6-3, 2-6 y 12-10.
Quien diría viéndolas en pista que este dúo fue una “invención” del Mutua Madrid Open, donde ganaron contra todos los pronósticos. En los Juegos, se han propuesto que las miradas, que acapara siempre el cuadro masculino, se centren también en ellas. Llevan siete partidos jugando juntas y ahora no conocen la derrota.
Super tie break para decidir todo
Fue dramático en parte porque después de perder el segundo set tuvieron el ‘super tie break’ muy cuesta arriba. Lyudmila, sobre todo, la más reputada en el circuito WTA, y Nadila, se colocaron con 7-3 que les acercaba al triunfo final.
Si algo tiene el dueto español es el espíritu de lucha. Se aferran a la pista. Lo hacen habitualmente en sus compromisos individuales y también en dobles. Más en los Juegos.
Enmendaron con rotundidad la situación y se pusieron por delante después de ejecutar un parcial de 6-0 que les situó con dos puntos de partido. Resucitaron las ucranianas, que empataron. Otro ‘match point’ de España. Otro punto de las Kichenkov. Y al cuarto, sentenciaron.
Un triunfo después de una hora y 43 minutos que les lleva a las semifinales, que jugarán ante las rusas Mirra Andreeva y Diana Schnaider. Casualmente, la entrenadora de Mirra es la gran Conchita Martínez, todo, como verán queda en casa.
Sara y Cristina pueden ser las quintas españolas en subir a un podio olímpico en dobles. En Barcelona 1992 lo hicieron Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez (plata), que repitieron en Atalanta 1996 con un bronce. Después, en Atenas 2004 Conchita Martínez y Virginia Ruano lograron también plata, igual que Anabel Medina, actual seleccionadora, y Virginia Ruano en Pekín 2008.
El jueves cerró por tanto una jornada de ensueño, pero esto es sólo el principio, de unos Juegos, que aunque han empezado tarde, va a dar muchas alegrías a la delegación española.