Vega Gimeno, Sandra Ygueravide, Juana Camilión y Gracia Alonso emocionaron a toda España con su sorprendente actuación en los Juegos Olímpicos de París. Si bien, ganar una medalla olímpica ya es hacer historia, hacerlo en una modalidad ‘nueva’ y enganchando a todo un país es más admirable si cabe.
Por ello, Vega Gimeno, llega a esta entrevista con una sonrisa de oreja a oreja, porque pocos deportistas han tenido un año tan perfecto como ella. “Ha sido un año de ensueño, qué te voy a decir, a la vez surrealista, porque ha sido todo inesperado, pero ha sido un año de ensueño, creo que no voy a volver a tener un año así en la vida. No se va a repetir”.
El sueño comenzó ante Canadá
La Selección española femenina 3×3 tenía como objetivo clasificarse, por primera vez, para unos Juegos Olímpicos. El objetivo no era fácil, pero la forma en la que se dio presagiaba algo mágico.
España y Canadá iban 18-18 en la semifinal del preolímpico cuando quedaba poco más de 10 segundos para la finalización de este. Con la posesión para España fue Sandra la que inició el ataque. Tras unos segundos botando y planeando la jugada, Sandra vio a Gracia desmarcada y hacia ella fue la pelota. Gracia lanzó y su tiro salió fuera al tocar el aro, pero le dio tiempo a coger su propio rebote y, a falta de 4 décimas, meter una canasta de espaldas que clasificaría a España para sus primeros Juegos Olímpicos.
“La canasta que nos clasificó para Los Juegos es inverosímil total, es increíble. Esa canasta fue como un punto en el que dijimos ahora sí que hay que disfrutar de esto, quiero decir, te estás metiendo en unos Juegos con una canasta así, pues todo lo que venga después va a ser bueno”. Esa canasta hizo soñar, primero, a 4 chicas y, posteriormente, a todos los que descubrieron este apasionante deporte.
Tuvieron a España en vilo durante todos los Juegos
El baloncesto 3×3 es uno de los deportes más trepidantes e impredecibles del programa olímpico y, por ello, cada partido es un regalo para el espectador.
Los dos partidos previos a la final olímpica fueron de infarto. El primero ante Canadá, sí, otra vez Canadá. Donde, esta vez en la prórroga, una canasta de Sandra Ygueravide deshizo el empate en el marcador y nos metió, por primera vez, en una semifinal olímpica.
En semifinales nos tocaba bailar con la más fea, la todopoderosa Estados Unidos, vigente campeona y principal favorita a repetir hazaña. Además, venía de ganar a España en la fase de grupos.“El partido que perdimos contra ellas en fase de grupos nos vino muy bien a nosotras y muy mal a ellas. A ellas les vino mal en el sentido de que, creo, que se confiaron y pensaron que esas semis iban a ser un poco el mismo partido que el de la fase de grupos. A nosotras nos sirvió para ver el partido, analizarlo, rectificar los errores, trabajar mucho e ir más preparadas. Hicimos cosas diferentes y creo que ellas se vieron bastante superiores y en el 3×3 nunca, pero nunca, te puedes ver superior al rival”, palabra de Vega Gimeno.
Una heroica España se clasificaba para la final olímpica en su primera participación en unos Juegos Olímpicos.
Una agridulce plata para la historia
Al inicio del torneo nadie contaba con España, así nos lo reconocía la propia Vega Gimeno. “Nuestro objetivo era meternos en unos Juegos, vivir el sueño de ir era ya el tope para nosotras, es verdad que íbamos un poco como la cenicienta, éramos las tapadas. Sí que sabíamos que teníamos opciones, porque nos encontrábamos bien, llegábamos en un buen momento, pero de ahí a de verdad verte con una medalla ya es otra historia”.
Por esto, la plata, en su momento supo a oro, pero, pasados unos meses, haberse quedado a un punto de un oro olímpico escuece un poquito. “En el momento la celebramos, en ese momento fue un disfrute y no nos supo mal. En el momento fue celebración total, pero cierto es que, conforme ha ido pasando el tiempo, a mí me pica. Yo ahora cuando veo el partido digo, puff es que lo hemos tenido ahí. Entonces ahora el sabor es más agridulce que en el momento”.
España se quedó a tan sólo una canasta de llevarse el oro olímpico ante Alemania, pero eso no ensombreció el enorme torneo que realizaron.
Las ‘nuestras’ no supieron de la repercusión hasta que terminaron los Juegos
“Cuando estás allí, estás en la villa, estás metido en competición. Encima en el 3×3 competíamos muchos días seguidos y estábamos muy concentradas. Es verdad que nos iban llegando cosas, pero estábamos en una burbuja. Además, como todas teníamos a la familia allí, pues no éramos conscientes de lo que estaba pasando en España. Una vez ya volvimos ya nos iban llegando los mensajes desde todos los sitios y de lo que había significado aquí y fue muy guay”.
Vega Gimeno y sus otras tres compañeras de Selección no fueron conscientes de que en España estaban en boca de todos.
El oro europeo, la guinda de un verano mágico
“Conforme perdimos la final olímpica, que nos pusieron la medalla de plata, cogí a Sandra y le dije nos tenemos que llevar un oro en el Europeo, no podemos acabar este verano, tal y como estamos, sin un oro. Ahí sí que nos pusimos presión nosotras.” Dicho y hecho. España se llevó el oro en el europeo de Viena arrasando a Suiza en la final.
“Éramos el mismo bloque que en los Juegos y había que tener resultados. Ahora mismo ya no tiene que ser una presión sino una responsabilidad. Tenemos que sentir un poco esa responsabilidad, a mí me parece bien”, sentenció Vega.
Con presión o sin ella, la Selección española 3×3 nos ha regalado otro verano más que memorable del baloncesto español.