Tras una emocionante entrada a pista, en la que ni Rafa pudo contener las lágrimas, salía el de Manacor a jugar el que podría ser su último partido como tenista profesional. El equipo español, con David Ferrer a la cabeza, escuchó con emoción el himno español y guardó un solemne minuto de silencio en respeto a las víctimas afectadas por la DANA.
Con la exigencia y presión que supone abrir una eliminatoria de Copa Davis, Nadal, se secó las lágrimas y salió, como siempre ha salido, a dar todo lo que tiene y luchar, como siempre ha hecho, por defender los colores de su país.
El Martín Carpena, un fortín
Con una afición más que volcada con el español y con innumerables gritos de ‘Rafa, Rafa’ dio comienzo un partido que quedará para siempre grabado en la retina de todos los allí presentes. Las gradas estaban a rebosar y, aunque la mayoría apoyaba al español, los holandeses también se hicieron notar en este histórico encuentro.
La derecha, la cruz de Rafa en el primer set
Tras un inicio dubitativo en el que ambos jugadores conectaron más errores que de costumbre, la primera manga estaba siendo igualada, hasta que se llegó al final de la misma.
Sin opciones de break y con una errática derecha, Nadal, iba poco a poco cediendo a los ataques del neerlandés. Esto supuso que al llegar al 4-4, Rafa claudicó y cedió su servicio por primera vez en el encuentro. El español se intentó agarrar a la pista salvando la primera bola de break, pero con la segunda no pudo y con 5-4 y saque, el holandés, se ponía por delante en el marcador.
Con un resultado final de 6-4 a favor de Holanda, Rafa estaba obligado a hacer lo que tantas veces ha hecho, remontar un partido en el que no encuentra las sensaciones.
Van de Zandschulp se creció en el segundo set
El segundo set comenzó como terminó el primero, con Rafa cediendo el saque a las primeras de cambio. Un mal juego al servicio junto con las malas sensaciones del español con la derecha hicieron que en un abrir y cerrar de ojos, Nadal se encontrará 0-2 en el marcador.
Set y break abajo, cuántas veces se habrá visto Rafa en esta situación y cuántas veces habrá salido de ella.
Rafa necesitaba un milagro
No rendirse nunca, lo que Nadal lleva enseñándonos desde hace 20 años y lo que hoy ha vuelto a hacer. Porque con el marcador en contra, sin ofrecer su mejor juego y con su rival cada vez más crecido, Nadal se animaba en cada punto que conseguía, aunque ganar este partido pasaba de ser épica a ser un milagro.
El holandés no sólo conseguiría un break, pronto se haría con un segundo que le dejaba con 4-1 en el marcador y con su servicio.
Pero ya lo veníamos avisando, Rafa nunca se rinde, si no ¿cómo es posible que 15 minutos después ese 4-1 pasara a ser 4-3 y el que parecía estar contra las cuerdas ahora fuera el holandés?
Aun teniendo un break de ventaja, Van de Zandschulp, empezó a notar la presión y su servicio con 4-3 a favor, parecía un juego vital. El neerlandés, aunque empezó ese juego con algunas dudas, conectó 4 buenos servicios seguidos y terminó poniendo el 5-3 a favor. Toda la presión para Rafa, que, o ganaba su servicio, o perdería el que podía ser el último partido de su carrera.
Rafa hizo su trabajo al saque y puso el 5-4 en el marcador, pero el holandés no iba a ceder. Un juego inmaculado de Van de Zandschulp al servicio puso el 6-4 en el marcador haciendo que Nadal perdiera por segunda vez en su carrera un partido individual en la Copa Davis. Porque por muy increíble que parezca, el único partido que el español había perdido hasta la fecha en esta modalidad fue el de su debut, allá por 2004.
España, contra las cuerdas
Esta derrota de Rafa obliga al equipo español a ganar los dos siguientes partidos si no quiere ser eliminada a las primeras de cambio de la Copa Davis.
No sabemos si este ha sido el último partido en la carrera deportiva del español, pero, si este ha sido el final, ha sido un placer. Gracias Rafa.